martes, 1 de septiembre de 2015

La Virgen de Zapopan anduvo en el Mercado

Como Ama de Casa

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José de Jesús Parada Tovar

Como es tradición desde hace casi 40 años, la imagen de Nuestra Señora de la Expectación visitó el Mercado Libertad, esta vez el sábado 15 de agosto, para recibir el clamoroso tributo de veneración de miles de fieles, entre ellos un medio millar de locatarios, del total de 1,700 que conforman el Mercado de San Juan de Dios, el más grande, famoso y popular de toda la Región.
El Lic. Miguel Ángel Hernández Pérez, Coordinador de la Visita, reveló que desde con mucha anticipación se prepara el acontecimiento, para el que suelen cooperar unos 480 de los dueños u ocupantes de los puestos del centro comercial, al igual que colaboran, de distintas formas, otras instancias, tanto gubernamentales como privadas y eclesiásticas. En este año se gastaron $34,054.00, muy poco menos que el año inmediato anterior.

PIADOSO Y COLORIDO FESTEJO
El patio central sirvió de sede para la Recepción y la Celebración Eucarística. Previamente se habían dispuesto largas alfombras de viruta con figuras de colores; la Danza Azteca de San José Tetlán-Río Verde le daba el toque característico a estos eventos marianos; decenas de niños le hicieron valla a su ingreso por el lado Poniente; la Guardia de la Virgen le rendía honores, mientras la Banda de Guerra alternaba sus marciales sonidos dejando oír los vivas y aclamaciones a la Madre de Dios, que fue instalada en un triángulo tupido de flores, frente al Altar adaptado en un toldo, llevada en manos de un Religioso Franciscano y del Padre Alejandro Ramírez García.
Correspondió a este último leer el Evangelio, referente a la Visita de María a Isabel. El Presidente de la Celebración, señor Cura Ignacio Romo González, Párroco de la Santa Cruz y San Juan de Dios, durante la Homilía dijo que la Santísima Virgen “fue una de las primeras Misioneras, al llevar a su prima el Mensaje y también la Caridad en el servicio solícito. No iba de prisa, sino a ayudar con humildad. Nada tiene el que cree tener todo, porque carece de Fe y de humildad; le falta Dios, a pesar de que es fiel con nosotros hasta el extremo”.

GENTE DE BIEN, PARA HACER EL BIEN
Añadió el Padre Romo que “este Mercado se ha significado por su gente trabajadora, luchadora, de Fe”. Y cuestionó: “¿Qué sería de Guadalajara, qué sería de la economía de esta gran Ciudad sin el Mercado de San Juan de Dios, cuyo nombre y actividad le ha dado tanto prestigio a nivel internacional, si es que llegara a desaparecer? Sería, éste, un cráter de muerte”.
Luego exhortó a los comerciantes: “Reciban a todos los visitantes, clientes y turistas, con caridad, con buenos modales. Y, en cuanto a las condiciones físicas y materiales del Mercado, en cinco años que tengo aquí de Párroco, no he visto que el Gobierno le haga algo. De todos modos, ustedes únanse y organícense para hacerle las mejoras que convengan. Cuiden su Mercado como centro importante de economía; quieran a su Parroquia, que les ofrece servicios de Evangelización en su hermoso y antiguo Templo.
“Atendiendo al nombre de su Mercado, la Libertad lo hace a uno libre de ideologías y del pecado, para servir mejor y merecer más de Dios, que nos ha dado libertad. Así también la Virgen María actuó con libertad para servir y nos ofertó a Cristo. Ustedes, con su comportamiento, pueden ser también Evangelizadores. El Evangelio siempre es nuevo porque Cristo es el Anunciado y el Anunciador”.
Al final, los Sacerdotes dirigieron plegarias especiales a “La Generala” y con su imagen bendijeron a la multitud, que prorrumpió de nuevo en cantos y alabanzas. El sol calcinante no atenuó el fervor; resonaron otra vez las cornetas y tambores; el revuelo de palomas, entre asustadas y saludadoras, le dio rúbrica a la despedida de la Patrona de la Arquidiócesis, que se abrió paso entre varios pasillos de la popular vendimia, y era acercada por los Frailes a las cabezas y las manos suplicantes.

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