Lic. Francisco Javier Cruz Luna
“Me alegra llenar mi corazón de Pastor con una gran esperanza”. Así lo expresó el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, al visitar, y celebrar con ella, 25 Años de la Comunidad Laical Ciudad de Dios.
Este Movimiento -Asociación Privada de Laicos, jurídicamente hablando- está cumpliendo un cuarto de siglo de su Fundación, y con el fin de festejarlo y darle gracias a Dios, ha venido organizando en su Año Jubilar una serie de eventos.
El sábado 21 de junio se realizó uno de ellos, en el que el invitado principal fue el Pastor de nuestra Arquidiócesis, quien se hizo presente en la casa comunitaria de esta Asociación y pudo conocerla más, convivir con sus miembros y, juntos, celebrar eclesial y festivamente ese gran regalo de Dios que representa el llegar a 25 años de servir al Señor y a su Iglesia, y de ser testigos de las grandes maravillas que Él ha hecho a los que lo han aceptado en su corazón.
En medio de un ambiente por demás fraternal, amistoso y de gran júbilo, el Sr. Cardenal Robles, manifestando su personalidad sencilla, accesible, así como una singular humildad en el acercamiento y trato con todos los miembros presentes de esta Comunidad, compartió con ellos, lo que se convirtió en una auténtica y familiar fiesta, disfrutando junto con los ahí presentes de un sabroso desayuno.
Previamente, dirigió un profundo mensaje que tocó los corazones de los presentes y puntualizó grandes e importantes conceptos en cuanto al papel y la gran importancia que los Laicos tienen en la vida y el futuro de la Iglesia Católica, lo que los hizo reflexionar seriamente y reavivar el deseo de vivir con autenticidad su compromiso bautismal como tales.
Entre otros conceptos, expresó: “Cuando entré a esta casa, inmediatamente sentí la sensación de entrar en una familia de hermanos. No me sentí extraño, no sentí extraño a ninguno de ustedes, sino que inmediatamente percibí este clima de hermandad, de fraternidad… Me alegra tener este contacto con ustedes y llenar mi corazón de Pastor con una gran esperanza, porque, para un Pastor, encontrar Laicos que toman conciencia de su ser, de su quehacer, de su lugar en la Iglesia, de Laicos que se forman, que se comprometen, es un aliento de gran esperanza, la cual se acrecienta al vivir y corroborar que él mismo pertenece a una comunidad de hermanos”.
Mostrándose sumamente complacido por esta experiencia, concluyó felicitando a esta Comunidad y augurando que “no sean tan sólo 25 años, sino que serán muchísimos más en crecimiento y proyección.”
Cabe señalar que antes de concluir el evento, hizo entrega de reconocimientos a personas que han sido destacadas colaboradoras de Ciudad de Dios a través de su historia.
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