jueves, 2 de julio de 2015

¿Qué es un Matrimonio?

Familia integración DIF Tlaq

Lic. Lupita:
Soy estudiante de Psicología y tengo el sueño de ayudar a construir mejores familias, como usted lo hace. He entrado en duda porque en la Facultad nos dicen que un Matrimonio no necesariamente es la unión entre un hombre y una mujer, sino la unión entre dos personas que pueden tener diferente preferencia sexual. Yo rechacé en un principio estas posturas, pero me cuestiono si no estamos faltando al respeto de los derechos humanos de los homosexuales. Quiero conocer su punto de vista.

José Antonio Z.

Estimado en Cristo, Antonio:
Conozco las voces que se alzan en las Facultades, los Medios de Comunicación y en las Leyes, descalificando a quienes defendemos el Matrimonio natural. Aun así, te daré una respuesta clara, aunque se considere “políticamente incorrecta”.
Usamos el lenguaje para comunicarnos y entendernos. Hemos asignado una palabra para cada cosa o concepto. Si yo te pido que pienses en una mesa, con certeza evocarás alguna de forma acertada porque tenemos un consenso sobre este concepto todos aquellos que hablamos español.
Usamos la palabra Matrimonio para evocar la relación legal que tiene un hombre con una mujer, dispuestos a tener hijos y a formar una familia. Guillermo Velasco nos recuerda el significado etimológico de la palabra ‘Matrimonio’: matris, que significa ‘de la madre’, y munium, que significa ‘cuidado’. El término hace referencia al rol de la madre frente a los hijos, y a la obligación del padre, de cuidar la familia que ha formado.
Un Matrimonio es una realidad natural, anterior y superior a cualquier legislación. No debe ser re-definido, sino fortalecido.
Sabemos que, en nuestro país, la Suprema Corte de Justicia pretende imponernos una ideología que intenta cambiar la acepción de ‘Matrimonio’ para aceptar, con el mismo término, a las relaciones entre dos hombres o dos mujeres.
Aprobar esto, sería caminar con la ideología del género a la instauración de la cultura de la muerte. Primero es la creación de las ‘sociedades de libre convivencia’; luego la aceptación de cambiar el concepto de Matrimonio; después, la adopción de niños por parte de personas con atracción al mismo sexo; más adelante, la exigencia de los “derechos” de los pederastas… Y en el camino, mucho dolor físico, emocional y espiritual.
Es muy interesante conocer lo que ha sucedido en Massachusetts, el primer Estado de la Unión Americana que aceptó llamar “Matrimonio” a la unión legal de homosexuales. Hoy es una Sociedad intolerante con las familias que respetan el Matrimonio natural, promueven desde el Gobierno las relaciones promiscuas y han tenido que enfrentar el dolor emocional de estas parejas que no solucionan sus conflictos con la legalización de su unión. Los índices de violencia en estas uniones son altísimos, y se ha destinado un presupuesto exclusivamente para el tratamiento de las secuelas del maltrato homosexual.
Recientemente, el Consejo Nórdico de Ministros retiró más de 50 millones de euros que se destinaban a la investigación de género, ante la falta de base científica que quedó demostrada en el Documental “Lavado de cerebro”, producido por el Periodista y Sociólogo Harald Eia.
Existen los Derechos Humanos, son universales, y todos debemos respetarlos, pero hay otros derechos inventados que son inexistentes. No hay tal cosa como derecho a drogarme, a quitarme la vida, a elegir mi sexo, a robarle a la vecina, a pegarle a mi mujer que me desespera. Si estos existieran, la vida sería caótica.
Sin valores universales, reina el caos.

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