jueves, 23 de julio de 2015

Nuevos Sacerdotes Jesuitas

Cuatro Religiosos de la Compañía de Jesús recibieron el Sacramento del Orden el sábado 18 de julio en el Auditorio Pedro Arrupe, de la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO).

Rebeca Ortega Camacho

La Solemne Celebración Eucarística fue presidida por el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara, Monseñor Juan Humberto Gutiérrez Valencia, Vicario Episcopal para la Vida Consagrada, y concelebrada por el Provincial de la Compañía de Jesús en México, el Padre José Francisco Magaña, así como por el Padre Carlos Cervantes, socio del Provincial. En este acto tan especial se contó con la asistencia de más de 60 Sacerdotes Jesuitas que viajaron desde distintos puntos de México para ser partícipes de la Ordenación de José Vázquez Álvarez, Arturo Estrada Acosta, Homero Apodaca López y Álvaro Dorantes Espinosa.
Durante la homilía, el Obispo Gutiérrez Valencia les recordó a los nuevos Sacerdotes su tarea de enseñar en nombre de Cristo. “Al meditar en la Palabra del Señor, procuren creer lo que leen, enseñar lo que creen y practicar lo que enseñan. Dense cuenta de lo que hacen e imiten lo que conmemoran, de manera que al celebrar el Misterio de la Muerte y Resurrección del Señor, se esfuercen por hacer morir en ustedes el Mal y procuren caminar en una vida nueva”, los instó el Prelado.
Uno de los momentos más intensos de la ceremonia fue el rito de las Letanías de los Santos, en las que se les invoca, mientras los elegidos se postran en tierra. Por cierto, en dicho rito evocaron también a Monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez, el Arzobispo de San Salvador que fue asesinado en 1980 en plena Misa por defender a las víctimas de la represión gubernamental, y beatificado el reciente 23 de mayo.
Al término de la ceremonia, los nuevos Presbíteros salieron del Auditorio revestidos con su flamante casulla y cantando la “Marcha de San Ignacio”, para luego recibir los abrazos de sus seres queridos, y con la misión de transformar el mundo. Decenas de Padres Jesuitas, procedentes de todo el país, concelebraron o estuvieron presentes en la Santa Misa.
Oficiarán su primera Eucaristía: Homero, en la Capilla del Instituto de Ciencias; Álvaro, en la Ciudad de los Niños del Padre Cuéllar; Arturo, en la Capilla de San Ambrosio, en el Cerro del Cuatro, y José, en la Parroquia del Espíritu Santo, de Cajetes.
Alrededor de 150 escolares Jesuitas de todo el mundo se ordenan cada año, y salen a la misión que se les confía en distintos destinos.

La Compañía de Jesús
El carácter internacional que distingue el trabajo de la Compañía de Jesús, Orden Religiosa presente en más de 120 países, alienta y apoya la presencia de sus integrantes en una diversidad de latitudes, a las que llegan con la consigna innegociable de trabajar y pensar, de estudiar y salir a la realidad, a la cotidianidad, a las necesidades de los habitantes.
Los Jesuitas, además de los tres Votos que caracterizan a la Vida Consagrada –pobreza, castidad y obediencia–, emiten un cuarto Voto, que es de la obediencia al Papa para la Misión, el cual San Ignacio de Loyola (Fundador de la Compañía) decidió añadir para señalar una expresa disponibilidad de esa Orden para las misiones especiales que el Santo Padre decida encomendarle.
Durante su formación, los Jesuitas siempre estudian y trabajan de manera simultánea. Una vez concluido el Noviciado en Ciudad Guzmán (actualmente tiene 14 jóvenes en formación), cursan los cuatro años de Licenciatura en Filosofía y Ciencias Sociales en el ITESO; posteriormente, dos de Magisterio (etapa de trabajo en una Misión Jesuita para aplicar los conocimientos adquiridos y desarrollar aptitudes de servicio) y luego se adentran en los estudios de Teología, en sedes como la Universidad Iberoamericana, de la Ciudad de México, o en la Facultad que la Orden sostiene en Belo Horizonte, Brasil.
La Compañía de Jesús, fundada en 1534, cuenta con unos 300 miembros en México y cerca de 17 mil alrededor del mundo.

Los Neo Sacerdotes Jesuitas

11206102 10153501873429878 4146129118684199311 n

Arturo Estrada Acosta, hijo único, nació el 29 de abril de 1982 en Puebla. Cuando tenía 20 años, dijo a sus padres: “Quiero ser jesuita”. Desde entonces, su vida ha estado rodeada de profundas experiencias humanas con haitianos en Brasil, migrantes en Tijuana e indígenas en Chiapas, Veracruz o Puebla, así como sus proyectos sociales y estudios de Filosofía en el ITESO.
José Vázquez Álvarez es de Zamora, Michoacán, donde nació el 28 de junio de 1984. Fue monaguillo, pero entonces estaba muy lejos siquiera de imaginar que el sacerdocio sería su vocación. “La gente me ha transformado. Si mi vocación tiene sentido es por eso, por la gente, no por algo mágico; tiene un sentido tan humano, que ya no depende de mí”. En la capital colombiana combinó sus tres años de Teología en la Pontificia Universidad Xaveriana con su trabajo apostólico, entre habitantes de los cerros que rodean la planicie bogotana.
Álvaro Dorantes Espinoza nació en Guadalajara, Jalisco, el 21 de febrero de 1978. Hijo menor de una familia formada por seis hermanas, un hermano y sus papás. Aunque Álvaro estuvo siempre consciente de que el camino para convertirse en Jesuita era largo, las experiencias cosechadas, el trato con la gente, convivir con personas de diferentes culturas y contextos, ratificaron su decisión. Egresado en 2000 de la Licenciatura de Derecho del ITESO, estudió en la misma Universidad la Maestría en Filosofía Social (2005–2008), además de la Licenciatura en Teología en el Centro Sèvres, en París (2011–2014), y actualmente la Maestría en Islamología en la Universidad de San José, de la Capital del Líbano.
Homero Apodaca López, de San Diego, California, nació el 2 de julio de 1979. Pasó del profundo silencio interior a las intensas experiencias con gente de carne y hueso en Brasil o el llano jalisciense mientras fortalecía su vocación. Estudió Filosofía en el ITESO y tres años de Teología en la Facultad Jesuita de Belo Horizonte, Brasil.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario