jueves, 9 de julio de 2015

Cómo enfrentar y superar la depresión

Un mal que no respeta edades

“Corazón alegre mejora la salud; espíritu abatido seca los huesos” (Prov 17, 22).

1403615500--depresion-1

María Teresa Edmé González Maciel

Todas las personas estamos llamadas a vivir con alegría, plenitud, gozo. Pero hay cosas que llevan al hombre a sentirse triste momentáneamente. Esto es natural y es parte de la vida del ser humano.
Cuando la tristeza que se presenta es profunda, permanece todo el día y se prolonga en el tiempo, haciendo sentir a la persona que se encuentra en un pozo profundo sin salida aparente, ha llegado, queriéndolo o no, a un estado de depresión.
Este momento, muchas veces va acompañado de sentimientos de angustia, soledad, de poca valía y de culpabilidad, desgano, agitación, fatiga, dificultad para concentrarse, insomnio o sueño excesivo, pérdida o aumento de apetito, irritabilidad, llanto frecuente, baja autoestima, desesperanza. Ésta es una enfermedad que, de manera segura, afecta los pensamientos, sentimientos, la conducta y la salud física.
Cuando la depresión proviene de cambios químicos cerebrales, se le llama endógena. Por ejemplo, cuando hay cambios en los neurotransmisores, la serotonina provoca insomnio. Los cambios o la baja en la noradrenalina, que es la que nos da energía, causan desgano, cansancio, fatiga. Si disminuye la dopamina, que es la que regula el dolor y produce placer, la persona se hace más susceptible al dolor, y las actividades normales ya no le entusiasman. Esta depresión, sin duda, debe ser tratada con medicamentos.
La exógena tiene qué ver con los eventos externos en la vida de las personas, como son: pérdidas de seres queridos, de trabajo; quebrantos económicos; enfermedades; divorcios; violencia intrafamiliar; traiciones, etcétera.
La depresión en el varón se da más por pérdida de estatus o por reveses laborales. En la mujer, por pérdidas emocionales.

Cómo se supera
Si es endógena, la solución casi segura llega a través de medicamentos y psicoterapia. La dosis y duración dependen del grado de depresión.
Tanto si es exógena como endógena, la persona –con ayuda espiritual y de psicoterapia– debe buscar resolver de raíz los problemas. Quien se somete a este tratamiento, tendrá en cuenta que hay mucho qué hacer individualmente.

Trabajo personal
Lo que atañe a quien se encuentre en un estado de depresión es tener paciencia y emprender acciones concretas para lograr salir de esta situación. Los puntos que ayudan son los siguientes:
•Tomar conciencia del precio que se está pagando por permitir pensamientos negativos, y cambiarlos por positivos, para evitar que afecten su salud.
•Muy importante: fortalecer la autoestima, valorarse, hacer un recuento de las propias fortalezas, de las cosas positivas que haces o has hecho.
•Atender las necesidades personales, tales como alimentación rica en vitamina B12 y folato; practicar deportes; descanso y momentos de recreación.
•Evitar el consumo de drogas y/o alcohol.
•Reconocer y expresar, de forma constructiva, tus sentimientos, pensamientos y necesidades.
•Apoyo familiar y social.
•Poner límites, para evitar el abuso de los demás o de uno mismo.
•Cambiar lo que se pueda cambiar de la situación, y manejar en forma positiva lo imposible de cambiar.
•Recordar, si es posible, qué evento desencadenó la depresión. Si se toma conciencia, puede resignificarse el evento; es decir, verlo desde un enfoque positivo, para salir de la depresión.
•Tener la convicción de que, con la ayuda necesaria, se puede manejar la propia depresión.
•La percepción de uno mismo es de gran importancia para la salud emocional y física. Si es positiva, habrá más probabilidad de responder de forma adecuada y asertiva a situaciones externas.
•Ver la depresión como una oportunidad de crecer, facilita la tarea.
•Centralizar o ubicar el problema y no totalizarlo, pensando que todo está mal o que la vida es un desastre.
•Ver de lejos el problema, para lograr ser objetivo en la observación de la realidad; enfatizar las cosas positivas, lo que sí se tiene.
•Evitar hacer recuento permanente de la(s) experiencia(s) dolorosa(s) del pasado: traumas, desilusiones, injusticias.
•Realizar acciones concretas en el aquí y ahora realistas, alentadoras.
•No tomar las cosas a nivel personal, pensando, por ejemplo, que esa persona quería hacerte daño.
•Agradecer las cosas positivas de cada día: la salud, los sentidos, la comida, amistades, el amanecer, etc.
•Buscar motivaciones, el sentido de la vida. Quien vive con Fe y trasciende los hechos, no puede sufrir depresión de manera permanente.
•Aunque por el momento se sienta que no hay mejora, es necesario perseverar en el sentido contrario al que se venía caminando.
•Es importante cambiar la forma en que se maneja el origen de la depresión, para prevenir que nos lleve de nuevo a la depresión.
Finalmente, recordar que si tenemos Fe y creemos en Dios; si nos dejamos abrazar por su Amor, estamos seguros. “Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me dan seguridad” (Sal 23, 4).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario