jueves, 9 de julio de 2015

Crece demanda para aprovechar las “bodegas de lluvia”

Recurso natural capitalizable

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El agua pluvial, que literalmente es regalo del cielo, debe aprovecharse y no dejarla fluir para que se evapore o se vaya al mar. Una alternativa para su utilización es captarla y después almacenarla para un determinado objetivo. En el medio agropecuario, ya se percibe una creciente demanda de las llamadas “bodegas de lluvia”, como herramienta propicia para impulsar la actividad primaria.

Pruebas remitidas
Al respecto, el Director de Comercialización de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (SEDER), René López Ruelas, destacó que ya existen ejemplos muy evidentes de las ventajas de las denominadas “bodegas de lluvia”, que son un valioso apoyo en el riego de hortalizas, aguacate y maíz.
Citó el ejemplo del Municipio de Tototlán, de la Región Ciénega de Chapala, donde con agua pluvial almacenada se riega un invernadero de jitomate, lo que supone aprovechar el potencial que se obtiene con una precipitación anual de lluvia de mil milímetros, lo que implica captar que en cada metro cuadrado cae un metro cúbico de agua. La captación que logra del líquido es suficiente como para su aplicación en el riego de dos ciclos productivos de jitomate.
Otro ejemplo ya latente se constata en una huerta de aguacate en Zapotlán el Grande, cuyo propietario, Luis Cisneros, ha establecido una obra de captación de agua en una superficie de 18 mil metros cuadrados, que permite el almacenamiento de 22 millones de metros cúbicos, un volumen que facilita el riego de 3 mil 200 árboles que actualmente tienen una edad de ocho años.

Muy concretas bondades
Como una ventaja adicional del agua de lluvia, este productor de aguacate hizo notar su constatación de que ha obtenido rendimientos superiores al 15 por ciento en comparación con la fruta regada con agua de pozo, debido a una mejor calidad nutricional del agua de lluvia por su mayor contenido de nitrógeno.
En su caso, este fruticultor indicó que también ha tenido a su favor el ahorro de energía eléctrica porque el terreno donde maneja sus obras de captación y almacenamiento cuenta con la topografía adecuada para la conducción del agua por gravedad.
Ambos entrevistados subrayaron que, si bien al principio hay que aportar inversiones importantes en la adecuación de las obras de infraestructura de captación y almacenamiento, los recursos gastados se recuperan después con las utilidades generadas en los cultivos.
López Ruelas puso como ejemplo que una obra de captación de 800 metros cuadrados para una bodega almacenadora de 800 metros cúbicos, traería un costo de inversión de 800 mil pesos.
El Director de Comercialización de la SEDER subrayó que, ante el hecho de que 85 por ciento de la superficie cultivable de Jalisco es de tierras que dependen del temporal de lluvias, hay necesidad de multiplicación de obras de captación y almacenamiento de este recurso hídrico.

EL DATO
En el Sur de Jalisco ya hay instaladas cerca de 100 obras de captación de agua pluvial bajo el enfoque de “bodegas de lluvia”.
Las inversiones habrán de evaluarse según la rentabilidad de cada cultivo.
Las obras de captación, almacenamiento y su posterior canalización, suponen acciones diversas de ingeniería civil y equipamiento, como el empleo de membranas de material plástico para retener el agua.
Un tema pendiente para la promoción de las “bodegas de lluvia” es la inclusión explícita en los rubros susceptibles de apoyos estatales y federales para subsidiar una parte de sus gastos de inversión.

Fuente: SEDER.

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