jueves, 2 de julio de 2015

Proyecto piloto para abatir costos de uso de maquinaria

Racionalizar la labranza, reto del campo de Jalisco

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En un tiempo, el uso de los tractores en el campo era señal de progreso. Ahora, no tanto. Y es que, con el fin de difundir tecnología agrícola de vanguardia, en el agro de Jalisco se aplica un proyecto piloto de labranza mínima, lo que permite reducir costos del uso de maquinaria, además de incrementar rendimientos en el cultivo del maíz y contrarrestar el deterioro de los suelos de cultivo por el abuso en el empleo de los arados.
Se persigue el objetivo de reducir en 30 por ciento los costos de uso de maquinaria agrícola, y de incrementar al menos en 15 por ciento los rendimientos de maíz, según confió el responsable de la Dirección de Agricultura de la Secretaría de Desarrollo Rural de Jalisco (SEDER), Gustavo O’Hara Ruiz.
Detalló que el programa supone un cambio radical en el empleo de la maquinaria agrícola, ya que, además de la difusión de la labranza de conservación de los esquilmos agrícolas (residuos de los cultivos del ciclo anterior), se añade la limitación del uso del llamado “arado de disco”, en respuesta a la tendencia internacional de rechazar este implemento agrícola para inducir la protección de los suelos.

Explorando otros procedimientos
Al respecto, acotó que desde 2013, en Jalisco, ya no se subsidian las adquisiciones de tractores con arado de disco dentro de las acciones del Programa de Concurrencia, con tal de facilitar la renovación del parque de maquinaria rural.
Hizo mención de que en el presente ciclo agrícola Primavera-Verano 2015, este proyecto se aplica en forma piloto y supone un módulo de maquinaria de un tractor y tres implementos (de diseño suizo-francés) para las tareas de siembra y aplicación de agroinsumos, además de la composta orgánica.
Otro aspecto relevante de esta iniciativa es el empleo de un GPS (localizador satelital) para recabar información específica de las variables de gran impacto en el cultivo, tales como la densidad de semillas por hectárea y las dosis de fertilizantes (entre lo que destaca la composta orgánica) y de aceleradores del crecimiento de las plantas, de modo que esto facilite una rigurosa evaluación de cada predio cultivable.
O’Hara Ruiz refirió que, si bien la difusión de la labranza conservacionista lleva varias décadas en el ámbito internacional y nacional, este método experimental pretende ponerla al alcance de los productores jaliscienses de una manera accesible y con resultados comprobables que estimulen al agricultor a modificar conductas muy arraigadas, por otras que han mostrado resultados evidentes en mayores ingresos, y en facilitar el mejoramiento de los suelos, lo que supone un enfoque sustentable de la agricultura.
Citó que entre las conductas que deben revertirse, figura la de las quemas de los residuos agrícolas y de los pastizales en los terrenos de cultivo, porque esto implica desaprovechar los beneficios que contiene el material vegetativo al integrarse en los suelos como materia orgánica.
Esta difusión de la labranza de conservación se acompaña de la promoción de otras alternativas encaminadas a una agricultura más eficiente y sustentable, así como a la vinculación con el mercado mediante esquemas de agricultura por contrato, lo que también incluye el fomento a la producción del maíz amarillo para la sustitución de importaciones de este grano.

EL DATO
Un costo promedio del uso de maquinaria en preparar tierras para una siembra comercial de maíz supone mil 800 pesos.
El grupo promotor de esta alternativa es la Sociedad de Producción Agropecuaria, S.A. de C.V.
El costo de un módulo de maquinaria para la labranza de conservación es de un millón 300 mil pesos. Su adquisición se puede estimular hasta en 50 por ciento en el Programa de Concurrencia SEDER-SAGARPA.

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