jueves, 16 de julio de 2015

Nuevos retos pastorales que nos interpelan

Homilía en la clausura del Año Jubilar por los 150 años de la Provincia de Guadalajara (2ª parte)

Cardenal José Francisco Robles Ortega,
Arzobispo de Guadalajara

El discernimiento pastoral de los múltiples factores históricos de esta ya prolongada época de cambio caracterizada por la explosión de las generaciones nacidas en la era digital, nos plantea grandes retos pastorales que hemos de atender si queremos ser fieles al mandato misionero recibido de Cristo.
Nos hemos preguntado, entre otras cuestionantes pastorales, cómo responder ante la pérdida progresiva del sentido cristiano del matrimonio y la familia, con sus graves y erosionantes consecuencias para la Iglesia y la sociedad, cómo articular y vincular las fuerzas pastorales para implementar una nueva evangelización en favor de la familia; cómo realizar la inaplazable urgencia de una formación integral del discípulo misionero que logre, a partir del encuentro vivo con Cristo, la configuración con Él; y cómo encaminar hacia la paz a una sociedad alejada de Dios y plagada de violencia, cómo hacer que cada creyente, desde la familia, respete el absoluto valor de la dignidad de la persona y la vida humana, en fin, cómo generar procesos familiares y sociales de construcción de la paz a la luz del Evangelio. Estas son algunas de las preguntas, y cuál será la respuesta.
Es la misericordia de Dios y su compasión la que nos asiste ante los grandes desafíos. Es su corazón el que se conmueve, y su misericordia la que se inflama ante las diversas situaciones pastorales que nos interpelan, y es su misma misericordia la que conduce, sostiene e impulsa nuestro esfuerzo pastoral para responder ante cada carencia y vacío.
Si bien estos desafíos nos reclaman una entrega generosa, sería un error entender la respuesta a cada uno de ellos como una heroica tarea personal, “ya que la obra es ante todo de Él” (Evangelii Gaudium –EG–, 12).
Sólo en dócil y comprometida colaboración con el impulso de su Espíritu se gestará la renovación de la vida y acción pastoral de nuestra Provincia en sus estructuras, agentes y métodos.
Desde aquí se plantea el gran reto pastoral englobante y su correspondiente línea de acción: cada vez que intentemos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotarán nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado que respondan a las situaciones del mundo actual (Cf. EG, 11).
Recordémoslo, “es Dios quien hace crecer” (1Co 3,7). Esta convicción nos permite, como Provincia, conservar la alegría en medio de una tarea tan exigente y desafiante que empeña nuestra acción pastoral por entero. El Señor nos pide todo, pero al mismo tiempo nos ofrece todo.
Encomendamos este nuevo impulso evangelizador de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara a la maternal intercesión de la Santísima Virgen María y a la protección de los Beatos y Santos Mártires de Cristo Rey para que cada día sea Dios quien lleve a buen término la obra que Él mismo ha confiado en nuestras manos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario