jueves, 9 de julio de 2015

Provincia de Guadalajara, en marcha

Cardenal José Francisco Robles Ortega,
Arzobispo de Guadalajara

Homilía en la Clausura del Año Jubilar (1ª parte)

La celebración jubilar por el Aniversario 150 de la Creación de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara, que hemos celebrado, llenos de esperanza pastoral, y que concluimos con anhelos de amplio horizonte evangelizador y decidido compromiso apostólico, se yergue como verdadero tiempo de Gracia, mediante la cual, el Señor Jesús, Supremo Pastor de las almas, nos ha brindado la oportunidad de vivir eclesialmente una profunda experiencia de comunión y participación entre los Obispos y los Agentes de Pastoral de esta porción del Pueblo de Dios para que toda su acción misionera, empeño y vitalidad, sea dirigida a la instauración del Reino de Dios en las comunidades diocesanas que la conforman.
La Provincia Eclesiástica de Guadalajara ha sido fraguada en la mística de la Cruz. En primer lugar, porque tuvo, como contexto histórico previo inmediato, la declaración y reglamentación de las Leyes de Reforma en el marco del régimen anticlerical juarista y, en segundo lugar, porque al cabo de sus primeras cinco décadas, fue admirablemente consolidada por la sangre de los Mártires Mexicanos, que bajo el grito oblativo de “Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe”, dejaron caer en tierra el trigo de la propia existencia para el florecimiento del Reino de Dios y en honor a la fecundidad del Evangelio en nuestra Patria.
En la marcha histórica y el desarrollo pastoral de esta Provincia, no debemos olvidar la celebración de los Concilios Provinciales de 1897 y 1954, intermediados, en 1936, por la celebración del Primer Sínodo Arquidiocesano. Además, y con toda justicia, traemos a la memoria la celebración del Primer Congreso Eucarístico Nacional y del glorioso Año Mariano.
Cada uno de estos acontecimientos eclesiales delineó el rumbo pastoral de la Provincia y constituyeron, en las riquezas y limitaciones propias de su tiempo, esfuerzos concretos de renovación eclesial e innovación evangelizadora en nuestra Provincia. A este caudal histórico de salvación se une, en continuidad pastoral, el Año Jubilar por los 150 Años de Creación de la Provincia, que concluimos el pasado mes de junio.
En comunión y participación, hemos reflexionado, bajo la Luz del Espíritu Santo, sobre la compleja, vertiginosa y desafiante realidad pastoral que nos interpela seriamente y nos reta a buscar con audacia nuevos caminos en la acción evangelizadora, con el fin de asumir tal realidad, iluminarla y transformarla con la fuerza de la Palabra perenne del Evangelio.
Fruto de este discernimiento pastoral ha sido la detección de los desafíos pastorales y la propuesta de las Líneas Comunes de Acción que, en torno a los temas urgentes de la familia, la formación integral del discípulo misionero y de la paz, se han elaborado en la reciente Asamblea Pastoral de la Provincia.
Desafíos Pastorales y Líneas Comunes de Acción que, al ser integradas e implementadas en el Proceso Pastoral de cada una de nuestras Diócesis, serán un instrumento privilegiado de comunión y un signo eficaz de unidad, en respuesta a la situación actual de nuestra Provincia.
Con el impulso del Espíritu de Dios, maravillosamente manifestado en la Asamblea Pastoral, nuestra memoria histórica se concientiza y nuestra acción pastoral se renueva.

Yo les bendigo en el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.

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