jueves, 30 de julio de 2015

El crucifijo comunista

La imagen recorrió el mundo. Todos quedaron sorprendidos.

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En el vuelo de regreso a Roma, el domingo 12 de julio, tras su visita apostólica a Ecuador, Bolivia y Paraguay, en Rueda de Prensa con los Periodistas que viajaron con él, el Papa Francisco respondió a varias preguntas y se refirió al extraño regalo del Presidente de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma.

“ARTE DE PROTESTA”, CON HERMENÉUTICA
A la pregunta del Periodista: “Santidad, ¿qué sintió cuando vio la hoz y el martillo, con Cristo, ofrecido por el Presidente Morales?, y ¿dónde está ahora ese objeto?” El Santo Padre respondió: “No lo sabía, y tampoco sabía que el Padre Espinal hubiera sido también escultor y poeta. Lo supe esos días. Lo vi, y para mí fue una sorpresa. En segundo lugar, se puede describir como un tipo de arte de protesta.
“Por ejemplo, en Buenos Aires, hace unos años, se hizo una exposición de un buen escultor, creativo, argentino -ya fallecido-; era arte de protesta, y recuerdo una obra que era un Cristo crucificado sobre un bombardero que se precipitaba. Era una crítica al cristianismo aliado con el imperialismo, que era el bombardero. Primer punto, yo no lo sabía; segundo, lo califico como arte de protesta, que en algunos casos puede ser ofensivo. En tercer lugar, en este caso particular, el Padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era una época en la que la Teología de la Liberación tenía muchas vertientes, una de las cuales era el análisis marxista de la realidad, y el Padre Espinal pertenecía a ella… En el mismo año, el Padre General de la Compañía de Jesús, el Padre Pedro Arrupe, escribió una carta a toda la Compañía sobre el análisis marxista de la realidad en la Teología, diciendo: ‘No, no es así; son cosas distintas, no es lo justo’.
“Y cuatro años más tarde, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer volumen, la primera Declaración sobre la Teología de la Liberación, que era muy crítica. Luego vino el segundo, que abrió perspectivas más cristianas… Hagamos la hermenéutica de esa época. Espinal era un entusiasta de este análisis marxista de la realidad, pero también de la Teología, usando el marxismo. De allí nació esa obra. Incluso, los poemas de Espinal son de protesta; era su vida, era su pensamiento, fue un hombre especial, con tanto genio humano, y que luchó con buena Fe. Con la Hermenéutica, entiendo su obra”.
En la Teología cristiana, el estudio hermenéutico consiste en distinguir dos interpretaciones diferentes de la Biblia; una es literal, y la otra es espiritual. En tanto que el mensaje literal de las Sagradas Escrituras se desprende de la propia redacción, y se desarrolla de acuerdo a las normativas de la correcta interpretación, el mensaje espiritual es generado por Dios en el ser humano, al proponer un contenido religioso que permite complementar a los signos. Esto le permitió al Papa asegurar que, para él, no fue una ofensa. “Pero he tenido que aplicar la Hermenéutica, y lo digo para que no haya puntos de vista erróneos”.

¿Y LA CLASE MEDIA?
En respuesta a la segunda pregunta del Periodista, “¿dónde está ahora ese objeto?”, el Obispo de Roma respondió: “Este objeto lo llevo ahora conmigo, me lo he traído. Usted tal vez haya escuchado que el Presidente Morales quería darme dos condecoraciones: una es la más importante de Bolivia, y la otra es la Orden del Padre Espinal, una nueva Orden… El Cristo me lo he traído”.
La Hermenéutica de Su Santidad es diferente a la Hermenéutica del Papa San Juan Pablo II, quien aseguró en su Encíclica Centesimus annus, de 1991, que “la causa principal del error antropológico del socialismo es el ateísmo: la negación de Dios priva a la persona de su fundamento. Esta forma de ateísmo tiene estrecha relación con el racionalismo iluminista, que concibe la realidad humana y social de manera mecanicista”.
Volviendo a la Rueda de Prensa en el vuelo papal de Paraguay a Roma, otro Periodista le comentó al Sumo Pontífice: “No hemos escuchado apenas mensajes para la clase media, es decir, para las personas que trabajan, que pagan impuestos, la gente normal. Mi pregunta es: ¿Por qué en la enseñanza del Santo Padre hay tan pocos mensajes para la clase media?”, a lo que el Vicario de Cristo respondió: “Tiene razón, es un error por mi parte… Pero creo que usted me ha recordado algo que debo hacer; tengo que profundizar el Magisterio de la Iglesia sobre este tema”.
Quedamos pendientes de que así sea, sobre todo luego de haber visto al Señor Crucificado en un símbolo dictatorial, así haya sido expresión artística de un Sacerdote socialista, así lo haya regalado un Presidente, así lo haya recibido un Papa.

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