Ante el sexting, la mejor arma es la comunicación con los hijos
Cuando un adolescente se siente solo, busca compañía, muchas veces mediante las Redes Sociales, lo cual lo vuelve vulnerable ante quienes pueden hacerse pasar por gente de su misma edad, pero que esconden a redes de personas que buscan satisfacer sus instintos sexuales.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
El término de sexting fue acuñado en Europa y consiste en el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles.
“Esto se produce aparentemente de manera consensuada, (aunque habitualmente es manipulada) entre los interlocutores, y es un contenido que, regularmente, quienes lo intercambian son adolescentes; es el sector de la población más vulnerable”, explica la Psicóloga Claudia Angélica Rangel Martínez, Fundadora y Presidenta de la Asociación Civil Cuepaliztli.
LOS PAPÁS ABREN LA PUERTA
Y es que, en estos tiempos, todos los niños sueñan con poseer un celular o una tableta que les permite el acceso a cientos de juegos y la comunicación, tanto con sus familias como con los compañeros de la escuela y amigos. Así, los papás, con el afán de tener un mejor control sobre la ubicación de sus hijos y poder comunicarse con ellos, acceden a regalarles los dispositivos, sin consciencia, muchas veces, de que los exponen a riesgos que pueden ser incluso letales.
“Hay Redes Sociales muy identificadas, sobre todo algunas para búsqueda de pareja, que no tienen ningún tipo de restricción en cuanto a la edad de sus usuarios.
“Los acosadores contactan a los y las adolescentes haciéndoles creer que los conocen de la escuela o de algún otro grupo, y es el propio adolescente quien da datos que lo hacen más vulnerable”.
CÓMO SE TEJEN ESTAS TELARAÑAS
Las redes de acosadores que están detrás del sexting utilizan un lenguaje con el que el chico o la chica se sientan identificados, y así los van enganchando, con halagos, conversaciones románticas, temas de interés.
“Hay grupos de Whats App en los que puede haber hasta 5 mil hombres viendo la misma conversación de uno solo con una adolescente”.
BASTAN 12 DÍAS
En el sexting, el intercambio de las fotografías o videos no es de forma inmediata; es algo gradual. La trampa es que el acosador se va ganando la confianza.
“Hay personas que ni siquiera buscan obtener imágenes, pues con la pura conversación obtienen su estímulo sexuado. Hay quienes sí solicitan fotografías, pero no necesariamente tienen que ser explícitas; pueden pedir fotos de las manos, o de la ropa interior, o de su recámara; todo es gradual.
“Una relación de estas características puede establecerse en períodos de 24 horas a una semana. De lo más que hay registros es de 12 días. En este tiempo, esa adolescente se enamoró, mostró el rostro, se desnudó y mandó contenidos de características sexuales a la persona que le estaba observando a través de la Red Social o del Whats App”.
SUBE LA INTENSIDAD Y EL PELIGRO
“Después de estos 12 días, la persona se desaparece y la adolescente empieza a entrar en una crisis pensando qué paso, si la persona ya no la quiere, y entonces entra otra persona y le dice: ‘Oye, soy amigo de fulano de tal, sufrió accidente, está muy enfermo, quiere que le mandes una foto, etcétera.
“Así comienza otro tipo de manipulación emocional, cuyo contenido es más explícito. Le empiezan a sugerir que entre en un ritual de masturbación, de tocamientos directamente al cuerpo o incluso que invite a alguien más.
“En esos 12 días pueden pasarse horas intercambiando mensajes de texto o incluso hablando por teléfono. La otra persona les pone crédito y el adolescente lo interpreta como un interés de su parte, pero la realidad es que la persona le está invirtiendo porque sabe que eso va a remunerarle 500 veces más.
“Algo muy importante es que muchas veces, cuando ya pasan al punto de una entrevista personal, de conocerse físicamente, ya les sacaron información del domicilio, la escuela, las amigas, en qué trabajan los papás, los hermanos, ya saben exactamente toda la dinámica cotidiana de esa persona en tan sólo esos 12 días, lo que puede derivar en otros delitos.
“Puede suceder que los acosadores de estas redes contraten a alguna persona, un adolescente manipulado y formado también en esto del sexting, para que vaya a la cita. Quizá es en una cita posterior que logran llevarla a otro espacio y desaparecerla. Ése es uno de los graves riesgos que tiene el sexting.
“No se trata de juzgar o prejuiciar a los hijos, pero sí de establecer reglas. Quizá nunca conozcan a su agresor, pero sus fotografías andarán rodando en el ciberespacio, en quién sabe qué manos”.
PARA PREVENIR
Es muy importante alertar a los adolescentes para que no proporcionen información sobre sus círculos.
En México, el 47 por ciento de los delitos cibernéticos está encauzado al sexting, según cifras de la UNICEF.
OJO VIGILANTE
Es importante que los papás estén al pendiente de los teléfonos, tabletas y Redes Sociales de los hijos, en todas las Cuentas que éstos tengan. Algunos chicos tienen 2 ó 3 chips que intercambian constantemente en el teléfono, así que los papás tienen la obligación de revisar y supervisar a los hijos.
“Si usted paga la Internet, usted tiene la facultad de exigirle a su hijo o su hija que le muestre el contenido que hay en sus dispositivos electrónicos”.
LAS SEÑALES
“Hay indicadores muy precisos en los adolescentes cuando están involucrados en esto: Empiezan a tener cambios en su forma de vestir o de arreglarse. Cambiar su peinado, utilizar más maquillaje no de forma gradual, sino repentinamente. En el sexting les piden que se maquillen más o se dejen la barba, para verse más grandes.
“Otro punto, es que piden ropa interior diferente, incluso, piden más ropa interior que exterior, también los muchachos.
“Una señal muy básica es que le ponen contraseña al teléfono y a todo.
“Desarrollan comportamientos no acordes a su etapa cronológica; por ejemplo, ya no quieren ir por una nieve; ahora quieren ir a tomarse unas ‘chelas’”.
Para entrevista completa, consulte: siag.org.mx
Un instrumento bueno que puede usarse para malos fines
La Iglesia considera la Internet y los Medios de Comunicación como instrumentos favorables para la Sociedad en diferentes ámbitos como el educacional, cultural, político, de comunicación, religioso, etcétera, aunque también es bien sabido que esto implica ciertos riesgos, sobre los que hay que tomar medidas preventivas.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
“Para hacer un buen uso de la Internet debemos tener en cuenta dos aspectos: si los contenidos buscan promover la debida dignidad de la persona, y conocer cuál es su fin último, su fin trascendente. No se puede buscar a la persona solamente como un cliente, como un usuario, sino que también se le debe considerar como alguien que trascenderá, alguien que está llamado a la vida eterna”, sostuvo el Padre Ramón Salazar Estrada, Profesor de Teología Moral en el Seminario Mayor de Guadalajara.
“Es un instrumento que, así como puede favorecer a la persona, puede estorbarle también, puede dañarle, ser un riesgo. Habrá que encontrar cuáles son los medios propuestos por la Iglesia y por la Ética para que se logre ese equilibrio, ese buscar siempre las mejores aportaciones”.
Los padres dan entrada a los extraños
“Lamentablemente, en algunas ocasiones Internet va en contra de la privacidad; es un instrumento que entra a las familias, a los hogares (y son los padres de familia quienes le abren la puerta) y a la persona misma en su forma de pensar y en sus convicciones; incluso, muchas veces llega a cambiar formas de pensar, a cambiar principios, cuando no sabe utilizarse debidamente y cuando no se le da el espacio adecuado”.
Y es que, si bien por años se nos ha dicho que no abramos la puerta a desconocidos, las ventanas del ciberespacio están prácticamente de par en par a quien desee acceder.
“La Internet va también en contra de la seguridad. Cuántos niños pueden verse afectados porque se publican datos de ellos, y eso los hace vulnerables. Los familiares deben estar pendientes de que no se publiquen tan fácilmente datos, ya que los mayores pueden exponer a sus propias familias mediante las fotografías, los datos de ubicación, etcétera”.
La conciencia, alerta
Dijo que se pone en riesgo el pudor cuando un menor se acerca a imágenes o a algún tipo de información que cambia su forma de ver el cuerpo humano y las relaciones humanas: “El encuentro tan valioso que debe haber en una amistad, en un matrimonio, en los papás, en una familia, a través de la pornografía se va desvirtuando a temprana edad, porque el niño, lamentablemente, no tiene la capacidad para discernir qué tanto aquello es correcto o incorrecto. Sabe, de alguna forma, que aquello es indebido, porque la naturaleza humana de inmediato lo rechaza. La consciencia, aunque no esté tan formada, alerta al respecto.
Esto va a traer consecuencias a las futuras relaciones humanas del niño. Entre más expuesto esté, más trastornos graves se le van formando. Si lo causa en mayores y en jóvenes que ya tienen una cierta estructura y cierta formación, cuánto más lo causará en niños”.
Discriminar la información y formar criterios
“En el ámbito de la formación de los niños hay que tener dos elementos: no sólo se trata de informar, sino también de formar, para saber con qué criterio van a utilizarse esos Medios.
“Hay que saber seleccionar la información que el niño requiere de acuerdo a su edad, y cuál es la que debe hacerse a un lado”.
Si sabemos que a un menor no se le debe soltar un vehículo automotor porque aún no tiene el desarrollo ni la capacidad para manejarlo, los dispositivos electrónicos implican otro tipo de riesgos para los que los niños tampoco están aún preparados.
Otro aspecto importante es la autodisciplina; el formar un criterio, “porque llegará un momento en que el niño tiene que asumir por sí mismo la determinación de qué va a buscar, qué va a aceptar y qué va a rechazar cuando los compañeros, los amigos, lo inviten a visitar Páginas o Redes que no convengan a su desarrollo”.
El Sacerdote Teólogo explicó que la libertad consiste en buscar, entre dos Bienes, aquél que mejor convenga, mientras que el libertinajes es buscar, entre un Bien y un Mal, aquello que se quiere. “Y peor aún cuando no solamente se busca entre un Bien y un Mal, sino entre dos Males. La libertad es elegir entre dos Bienes”.
“Y es que si bien es comprensible que los papás necesiten su espacio y su descanso, no es válido que se deje el entretenimiento de los niños, de manera completa, a los dispositivos”.
Documentos de la Iglesia que pueden orientar
-1971 Communio et Progressio
-1989 Pornografía y violencia en las Comunicaciones Sociales
-2000 Ética en las Comunicaciones Sociales
-2002 La Iglesia e Internet
-2002 Ética en Internet
Policía Cibernética en Jalisco
Detener los delitos en el mundo de la Internet
La Policía Cibernética fue creada con la finalidad de detectar, por medio del patrullaje en la Red, los sitios, procesos y responsables de las diferentes conductas delictivas que puedan cometerse en contra y a través de medios informáticos y electrónicos.
Dulce Natalia Romero Cruz
La Fiscalía General del Estado, por conducto de la Coordinación de Policía Cibernética, brinda orientación a la ciudadanía respecto de los pasos que deberán seguirse para presentar una denuncia en caso de ser víctima de un delito cometido a través del uso de las tecnologías de la información, además de que la Policía Cibernética colabora con el Ministerio Público, de así requerirlo en las investigaciones.
Existe desde 2002, y la de Jalisco fue la primera que se creó a nivel estatal, después de la federal. “Nació a raíz de investigación relacionada con la pornografía infantil, donde estuvo inmiscuido una persona pedófila que radicaba en Puerto Vallarta, Jalisco”, explicó en entrevista un Analista de la Policía Cibernética.
“Hay áreas dentro del Gobierno del Estado que también nos apoyan, como el Centro Estatal de Prevención Social, encargado de brindar pláticas informativas sobre los riesgos que tenemos como usuarios de Internet. Sin embargo, ya cuando ocurrió un delito y se levanta la denuncia, nosotros intervenimos y comenzamos la investigación”. Aunque también se puede tener contacto directo con esa Dependencia para alguna asesoría.
El delito más común en la Red
Ahora muchas personas tienen acceso a Internet, que siempre es una ventana para interactuar con personas que no conocemos, no sólo en las Computadoras o Laptops, sino desde sus dispositivos móviles, tabletas o ipads, por lo que ahora hay más riesgos y delitos. Uno de los más comunes en estos tiempos es el sexting, como se le llama al acto de mandar mansajes o fotografías sexualmente explícitas por medios electrónicos. Es un fenómeno que se está dando no sólo entre los adultos, sino también en menores de edad. Según la Analista, la propagación de estos contenidos es cada vez más común, y a diario recibe denuncias la Policía Cibernética, tanto por correo electrónico como a través del Ministerio Público.
“Lo que no se toma en cuenta o se piensa poco es que, cuando nos tomamos una imagen sexualmente explícita, perdemos el control de lo que puedan hacer con esa foto, y es imposible detenerla para que se haga viral en Internet; es decir, para que se propague, lo que se convierte en un delito. Si es un menor, es pornografía infantil”. En cuanto suceda, la Policía Cibernética puede intervenir apoyando al Ministerio Publico para dar con quién lo hizo.
Atentos
Lo que se recomienda, principalmente a los adultos, para que no lo hagan y para que estén al pendiente de los menores de edad, es pensar siempre en las consecuencias antes de tomarse una imagen con contenido sexual, máxime si se pretende enviarla o reenviarla.
“El ideal es no fotografiarse desnudos o semidesnudos, porque esto pueden llegar a verlo los familiares, amigos, maestros, compañeros de trabajo, aunque la foto sea sólo enviada a nuestra pareja, porque muchos las propagan cuando se enojan.
“Cuando ese contenido se ha hecho viral, se pide a los menores que proporcionen toda la información a la Policía Cibernética, porque ellos saben a quién la enviaron: si fue a algún conocido (amigo o compañero de clase); a través de un mensaje (de texto o whatsapp); a un perfil de una Red Social; a un chat público, para investigar a la persona y saber qué es lo que hizo con ella, a quién se la reenvió o cómo la difundió, y el Ministerio Público es el que se encargará de determinar lo conducente a la aplicación de la Ley”.
El Analista de la Policía Cibernética admitió que sí pueden ser un poco tardados los procesos legales porque obedecen a los tiempos de que les contesten, tanto los proveedores de servicios de Internet como las Compañías dueñas de las Redes Sociales.
Recomendaciones:
•Evitar tomarse imágenes insinuantes o que expongan alguna parte del cuerpo desnudo.
•Evitar difundirlas; es decir, enviarlas a alguien más.
•No permitir que alguien te tome una fotografía desde su celular. Si es así y no estás de acuerdo, debes denunciar.
•No guardar este tipo de contenido ni en las computadoras ni en los dispositivos móviles, porque pueden ser hackeadas y/o servir para extorsión.
•Que los padres estén al pendiente de con quién platican sus hijos, aunque crean que lo hacen con puros conocidos.
•Evitar proporcionar información personal por las Redes, como nombres, domicilio, teléfonos, nombres de las Escuelas.
•En las Redes Sociales implementar las medidas de seguridad y privacidad. Que los perfiles sean privados; que los contactos no se vean entre sí; que cuando nos etiqueten en una fotografía, nosotros podamos decidir si queremos que aparezca en nuestro Muro o no.
•No platicar con gente extraña.
•Eliminar de nuestra lista de contactos a quienes no tengamos la certeza de sus intenciones, aunque sean amigos de otros contactos.
•Evitar tener pláticas sobre temas sexuales.
•Siempre tener comunicación entre padres e hijos, para que los pequeños tengan la confianza de recurrir a sus progenitores cuando un adulto los esté presionando.
•Que todos los aparatos en los que se navega en Internet tengan instalado un buen antivirus.
¿A dónde recurrir?
Policía Cibernética
Teléfono: 3837-6000
Ext. 15832 y 15836
Correo Electrónico:
policía.cibernetica@jalisco.gob.mx.Centro Estatal de Prevención Social
Dir. Luis Armando Bazaldúa Flores
3837-6000 Ext. 38785
Brindan pláticas informativas en Escuelas, Empresas, etcétera.
Piensa antes de publicar
Ciber@coso
Rebeca Ortega Camacho
Una chica busca al hombre de su vida y decide internarse en el mundo de la Internet. En el universo digital encuentra miles de páginas de citas que pueden ser consultadas, donde la información personal se vuelve pública y donde lo que se publica puede ser anónimo, mentira, y muchos actúan de mala fe. Y en algunos casos la “búsqueda del amor” termina en acoso cibernético.
Existe un sinfín de testimonios de mujeres y hombres que han sido engañados por un perfil en Internet: “Inicialmente, el contacto fue llamarla, mandarle mensajes, estar adulándola y dándole apoyo, porque detectaba sus necesidades emocionales y psicológicas, que cubría con esa falsa fachada.
“Ella ya se veía casada con un americano retirado, pero le pedía hacer cosas tan ridículas como abrir una serie de Cuentas de Banco para depositarle dinero, y también le pedía que sacara dinero. Al ver este tipo de cosas raras, ella cerró su perfil y dejó de tener contacto con esa persona, pero le dio miedo que pudieran sustraerla o amenazarla.
“Uno pensaría que sólo las jovencitas podrían caer en esto, pero también caen personas adultas. También vemos muchas relaciones de parejas co-dependientes que pueden utilizar este tipo de Redes, y cuando la relación se está tornando violenta, puede ser otra forma de presentación del ciberacoso, lo que llaman stalkear, que es estar visitando continuamente las Redes para ver en dónde se encuentra, con quién está la ex pareja, etc.; conductas que detonan más su obsesión”, señaló la Psicóloga Martha Catalina Pérez González, Directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara, en entrevista para Semanario.
Acoso Digital
“La apertura digital viene con una serie de riesgos y, en cierto modo, se está viviendo y replicando la problemática que, en cierta manera, veníamos viviendo en la realidad, en el contacto de persona a persona. Es una forma de llevar a un nuevo nivel todo lo que venía pasando en este contexto social, y que replica las condiciones de violencia que vivimos en el día a día, nada más que ahora potencializamos ese daño porque otros se enteran y empiezan a observar este proceso de violencia.
“El ciberacoso lo entendemos como esa atención que se da de forma desmedida por una persona, pero que no hay respuesta por parte del sujeto a esas insistencias y peticiones (utilizando una plataforma digital: Facebook, Twitter, etcétera). Esto afecta, en gran medida, a toda la población. Estamos hablando de que no nada más es una persona con un deseo de venganza o un deseo de contactarla, sino que a veces están detrás organizaciones delincuenciales que se perfilan y que envían perfiles falsos con tal de estar en contacto con alguien”, advirtió la Especialista.
Sexting: consentimiento y manipulación
“El sexting implica mostrar imágenes del cuerpo en situaciones un poco más allá del Triple X, y esto llega a molestar, sobre todo cuando hay un proceso de acoso. A los niños está llegando este tema del sexting al poner mensajes por inbox para generar un proceso de excitación, de enganche: ‘Mira estas fotos, ahora envíame tú una’. Lamentablemente, se va generando una alteración en el desarrollo normal de la sexualidad en el menor, al estar en contacto con este tipo de materiales.
“Dicha ventana tiene otras implicaciones: empieza a colarse esta información y da el pase de entrada a personas que puedan abducirlas o secuestrarlas, chantajearlas, porque si se muestran esas imágenes puede quedar una huella perenne en Internet”.
La víctima “puede desarrollar trastorno de ansiedad, fobia y obsesiones”. Al cuestionarle a la informante si el sexting y el ciberacoso pueden terminar con un matrimonio, una familia y hasta con la vida, comentó: “Por supuesto, porque el sujeto, inicialmente, puede no sentirlo como una carga; pero, posteriormente, al no hacer una denuncia y dejar avanzar al agresor, va generando cargas, costo emocional, y va interrumpiendo su sueño, ciclo de comida, y no está rindiendo como debe de ser. Vive un proceso de stress post traumático: la víctima de este acoso debe imaginar que en algún momento todos van a enterarse, el miedo empieza a invadirlo, y esto va deteriorando tanto física como emocionalmente a la persona.
“La Universidad de Guadalajara pone a sus órdenes el Centro de Evaluación e Investigación Psicológica (Tel. 1058 5200, extensión del Departamento de Psicología Básica). También les pedimos que se informen; hay una Policía Cibernética y puede controlarse este proceso para evitar los daños que puede sufrir la persona a largo plazo”, concluyó la Psicóloga Martha Catalina Pérez.
Expedientes pendientes
Machismo y acoso sexual, signos de una modernidad desorientada
Dr. Fabián Acosta Rico
Universidad del Valle de Atemajac
Argentina, Mar de la Plata, 9 de septiembre de 2016: una joven de 16 años, Lucía Pérez, muere tras ser violada y sodomizada con un objeto contundente, posiblemente un palo. En Río de Janeiro, una joven es estuprada por 30 asaltadores sexuales en una favela. A principios de año, un caso por demás mediático, el padecido por la joven Daphné Fernández, de 17 años de edad, a quien cuatro jóvenes universitarios, de familias pudientes, secuestraron y vejaron tras salir de una discoteca, en Boca del Río, Veracruz.
Y así el recuento de la nota roja mundial continúa acumulando expedientes de mujeres que son agredidas sexualmente con violencia agravada. En la India, las noticias sobre violaciones tumultuosas, de tan comunes ya poco trascienden más allá de la escena local. Otro silencio cómplice del miedo a los prejuicios étnicos y xenófobos se cierne sobre los generalizados casos de asaltos sexuales que sufren las europeas de países como Alemania, Suecia, Holanda, Inglaterra… perpetrados por migrantes musulmanes. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué da la impresión de que la violencia sexual contra las mujeres va en aumento? ¿Será que siempre ha existido, sólo que ahora hay más espíritu de denuncia y medios para exponer los abusos y agresiones sexuales? En parte, quizás sí.
No obstante, resulta difícil de explicar el aumento de los índices de violencia sexual contra las mujeres dentro de Sociedades más educadas, desprejuiciadas, civilizadas, que presumen de liberales y modernas, o en proceso de llegar a serlo, como la mexicana. Otra vez las interrogantes. ¿Qué está pasando?, porque parece que retrocedemos en vez de avanzar, a pesar de todas las campañas y esfuerzos educativos para revertir el machismo y la cosificación o reduccionismo sexista de la mujer.
ESTUDIO DEL ASUNTO
Desde Platón, pasando por Sigmund Freud y llegando a George Bataille, se ha hablado de un eros humano, definido como una pulsión sexual interna, instintiva y, por tanto, irracional, que determina ciertos rasgos de la personalidad y mueve algunos de los engranajes de nuestras conductas recurrentes. Gobernados por este eros, hombre y mujer sienten una mutua atracción, un deseo de proximidad y de intimidad.
El eros masculino propende a la dominación, al poseer el cuerpo femenino. En el reino animal, los machos experimentan el frenesí irracional de esta pulsión en sus actitudes desafiantes, en la intimidación y la violencia que ejercen y padecen de otros machos de su especie, sobre todo en épocas de celo o apareamiento. El eros masculino sufre de estos atavismos bestiales, y ante las mínimas licencias, afloran transformando al caballero en el pelado, del que habla Samuel Ramos en su Libro El perfil del hombre y la cultura en México. El pelado es el hombre desgarbado que alardea, sin pudor, de una genitalidad dominada por pasiones y traumas que rompieron los tabiques de una dañada e incontinente psique. El macho es la reducción del hombre a su estado más bestial, a la esclavitud de los instintos; y el machismo, en consecuencia, es el eros masculino incontinente e irracional.
El eros femenino tiene también sus tendencias definidas y evidenciables en la etología o comportamiento animal instintivo; dicho eros no se decanta por la violencia, sino por el narcisismo. Desprovistas de los refinamientos estéticos consustanciales al ingenio humano, las hembras animales, en el juego del cortejo, asumen, recurrentemente, un rol pasivo-atrayente en su tarea de seleccionar al macho portador de los mejores genes; la seducción del individuo o espécimen óptimo o complementario le procurará a la hembra una descendencia sana y fuerte. El eros femenino tiende a gravitar en torno al narcisismo, a esta necesidad de mostrarse y de darse a desear.
UNA VISIÓN ALTERNA
Como ocurre en otras culturas, en Occidente el Ethos cristiano, entendido como el conjunto de rasgos, normas, valores e ideas que determinaron la personalidad colectiva de los pueblos surgidos de la matriz cultural cristiana, ha intentado racionalizar (algunos dicen reprimir) al Eros, tanto al masculino como al femenino.
El Ethos cristiano recluyó a la mujer en el seno de su familia y la obligó a dosificar las pulsiones de su eros femenino; es decir, a destilarlas con recato en fiscalizadas dosis de coquetería y romanticismo desgenitalizado. Estas fiscalizaciones parecían amurallar rígidamente al objeto del deseo masculino (la mujer); mas el Ethos cristiano dejaba algunas rutas validadas para que el eros masculino pudiera decantar sus pulsiones civilizadamente. Bajo las reglas de un romanticismo monogámico, los hombres tenían derecho a cortejar, a ganarse el corazón de la amada; incluso a batirse en duelo contra algún rival de amores. Sólo el amor otorgaba las licencias culturales para acceder a los placeres de la alcoba.
Sin la pertinente sacralización, el sexo devenía a su condición primitiva; asumía las formas de la promiscuidad bestial o irracional; al deseo sin sentido ni propósito, o lujuria, y al acto genital que lo consumaba, se les etiquetaba de pecaminosos.
Cuando la Ilustración y la Revolución Cultural del llamado Siglo de las Luces cuestionaron el Dogma Cristiano, y la modernidad venidera terminó por debilitarlo, el Ethos cristiano también se vio afectado. El Marqués de Sade, desde la Literatura, emprendió, como Voltaire, la revolución en contra de los viejos valores morales, a su entender represivos y anacrónicos. En Justin y en La Filosofía en el tocador, las protagonistas son liberadas, por Sade, de las represiones sexuales, y a la vez expuestas o dejadas a merced de un eros masculino, cuyas correas morales cortó la guillotina revolucionaria.
METAMORFOSIS
El binomio amor-sexo impuesto por el Ethos cristiano se fue gradualmente disociando. La Revolución Sexual de los años 60 del siglo pasado acrecentó la separación; el eros humano se liberaba cada más del Ethos cristiano; recuperaba mucho de su carácter dionisíaco e irracional. La creciente industrialización y, como diría Federico Taylor, su demanda cada vez mayor de fuerza de trabajo no especializada, aunada al creciente consumismo, predispusieron y luego obligaron la incorporación de la mujer al mercado laboral: la civilización moderna demandaba mujeres asalariadas con poder adquisitivo propio; es decir, emancipado de la cartera del marido, dispuestas a comprar en los supermercados, y gustosas de hacer shopping los fines de semana en los grandes centros comerciales.
La modernidad liberó a las mujeres de la tutela patriarcal de la familia tradicional; pero también las dejó expuestas; inmersas en una Sociedad donde las reglas del Ethos cristiano van perdiendo vigencia. Y el nuevo humanismo secular, a marchas forzadas, intenta construir un nuevo ethos, fincado sobre los valores del respeto, la tolerancia y la libertad. Entre el fenecer del viejo Ethos cristiano y el errante nacimiento del nuevo, la mujer se ve sobreexpuesta y, obviamente, vulnerable.
Ya no está y muchas veces ni desea la sobreprotección de su familia nuclear y extensa, pues su eros ya no está endosado al honor familiar como antaño; puede disfrutar de él sin represiones. El eros femenino es libre de explayar su narcisismo con todo derecho; pero el eros masculino también deambula en las urbes humanas sin inhibiciones. El amor cortés, para él, es una opción; el cortejo puede reducirlo, si desea, a un burdo galanteo sin ingenio, aminado únicamente por sus impulsos hormonales. Pero el problema no se reduce a un simple tránsito histórico, a un ¡Murió el rey, Viva el rey!
El nuevo ethos, el que supuestamente debe sustituir al cristiano, surge en una cultura de libertad; pero también de amor líquido o reducido, según Zigmunt Bauman, a las leyes del mercantilismo global. Es probable que ni Sade haya imaginado la sobreerotización que hoy padece la Sociedad. Sin hacer juicios morales, esta sobreerotización, que va de lo erótico a lo pornográfico, alienta o le da cuerda al eros masculino.
Siguiendo a George Bataille, antes, el varón complaciente con su eros masculino mal entendía o daba por ciertos, de mala gana, los riesgos teológicos de la fornicación. Con el advenimiento de la modernidad, el hombre (y también, en buena medida, la mujer) cada vez siente menos comprometida la inmortalidad de su alma (si cree poseer una) por seguir o entregarse a los dictados de un eros emancipado (la antes llamada lujuria); y menos reprime su deseo de placeres carnales por el anacrónico respeto a la romántica asociación amor-sexo.
Anteriormente, cuando a una mujer le faltaban al respeto, las fuerzas patriarcales, legitimadas por el Ethos cristiano, podían exigir la reparación de la afrenta o, en su defecto, actuar punitivamente contra el transgresor. ¡Prohibido pronunciar malas palabras ante una mujer! Una cultura que sobreestimula erógenamente al hombre, vendiéndole la idea de eros femenino igual de resuelto como él a la genitalidad (como en la pornografía y en cierta música como el Reggaetón o la Banda), no sólo lo mal informa acerca del natural narcisismo o coquetería femenina, sino, además, le crea la falsa y perniciosa demanda de que su masculinidad no será plena ni completa sino hasta consumarla en el acto de coitar. Bajo estas condiciones culturales, el Eros masculino desespera, se pervierte hasta volverse, en casos extremos, en acosador y agresivo. Y a su vez, el eros femenino, también demandado por el contexto cultural, al sobreexponerse en todo su potencial narcisista, queda cada vez más vulnerable y atrapado en megalópolis industriales y sobrepobladas, donde un depredador o una jauría de ellos pueden acecharlas y atracarlas sexualmente sin temor al Infierno ni esperando represalias familiares, sociales y morales.
El cuerpo femenino y también el masculino, tras su desacralización, se han convertido en simples mercancías, con un valor de uso y de cambio proporcional a su belleza y lozanía. Por eso, ser bella y joven siempre ha sido un problema y un peligro para la mujer, y las actuales condiciones culturales lo ha agravado aún más. No sólo urge cambio de paradigma cultural, sino también económico y social para revertir el problema de la violencia y el acoso sexual que sufren hoy en día las féminas. O, en su defecto, sería pertinente reactivar el viejo Ethos cristiano, adecuándolo a las demandas y necesidades de la Sociedad postmoderna.
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