jueves, 20 de octubre de 2016

EDITORIAL

Por Haití, clamor, rezo y caridad

Haití, vuelve a tocar las puertas de la conciencia a la Humanidad entera. Cerca de un tercio de sus poco más de 10 millones de habitantes está pasando situaciones difíciles. Haití figura en el puesto 85 de los 196 estados que componen la tabla de población mundial. Ahí, desde la época de los piratas, ya decían: “Los hombres muertos no cuentan”.
En la llamada antiguamente Isla “La Española”, en los inicios del Descubrimiento de América, hoy existen dos naciones muy diferenciadas: la República Dominicana, que ocupa el puesto 90 en la clasificación del Desarrollo Humano, exactamente en la mitad de la tabla mundial, y Haití, que ocupa el lugar 149; casi de los últimos… En una, se acabaron los bosques; en la otra, sobreviven manchones verdes.
En un mundo así -lleno de desgracias-, la caridad no debe tener descanso. Allá, como en muchos pueblos, sufren por todos lados: grupos gangsteriles; gente amañada de vicios; robos; políticos corruptos; creyentes sin convicciones; autoridades ensoberbecidas. Ahí los desastres naturales se ceban en los más pobres. Dicen los enterados que, del daño infligido a la ecología, surgen miles de sufrimientos para los moradores de este planeta desigual.
Al levantar la vista al mundo y deshilvanar las noticias que llegan, vemos un planeta en retroceso de humanismo. Todos los días retoña la desidia, encumbrada en la soberbia. Hacemos caso omiso del sinnúmero de daños, que luego cargamos a los demás. La Misericordia, como Caridad para compartir, parece que duerme detrás de alguna ventana enrejada. A los pobres no les queda sino una cobija agujereada, por el desinterés de muchos.
El corazón está demasiado lleno de uno mismo, de las propias fantasías, de las ambiciones escondidas. En este mundo de miles de millones en riquezas, también existen miles de millones de seres humanos desahuciados, ignorados y atormentados.
En la médula del Caribe hay muchas historias gloriosas. También yace, para la vergüenza internacional, la cruel realidad presente de un país olvidado. En esta región, la indiferencia es descaradamente inhumana. Ahí han surgido demasiados conflictos sociales; Gobiernos con políticas de ensayo y sometimiento. Pareciera -dicen allá- que “hasta el cielo se oscurece y se ensaña contra nosotros”.
Sólo las catástrofes regresan del olvido a este mundo de pobres. Es, Haití, nación de diez millones de habitantes; descalabrada por los déspotas, la corrupción, los fracasos, la deforestación, el analfabetismo, que son las enfermedades de la miseria.
La Historia haitiana es excesiva en sufrimiento. Una cadena de terribles acontecimientos la han acompañado antes y después de la Conquista. Cáritas de Guadalajara está en campaña para encauzar recursos que la gente ofrece a ese pueblo tan golpeado
El Papa Francisco dedicó un recuerdo especial a la población caribeña, dañada fuertemente por el Huracán Matthew, que provocó centenares de muertos, numerosos heridos y daños materiales. Dijo: “Aseguro mi cercanía a la población, y expreso confianza en el sentido de solidaridad de la Comunidad Internacional, de las Instituciones católicas y de las personas de buena voluntad”… Ya envió también un significativo donativo.

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