EPIGRAMARIO

El Juglarón Arrimado

Magro fin tuvo Donaldo,
Como todo potentado
Jactancioso y presumido

Trump murió de un golpe duro:
Tras perder en los Comicios,
según todos los indicios
lo mató, al caerse, el muro.

Su sepelio fue muy triste;
sin plañideras, qué caray,
cual cenzontles sin alpiste,
sólo Peña y Videgaray.

Tres días de luto nacional
Por el Primer Magistrado,
Que ya truncó su Mandato

Reprendido por Obama,
sin dolientes ni vecinos,
feneció allá en Los Pinos
Don Enrique en su cama.

Pidió que no lo cargaran
sus Secretarios en peso;
no sea que luego bajaran
cotizaciones del Peso.

Contaminado por virus
Del polvo de Tuneladora,
Ya felpó Don Aristóteles

Línea Tres del Tren Ligero
causó la muerte a Sandoval.
No previó que escarbadero
trajera el fatídico mal.

También pereció de pena
por su porfiada insolvencia:
se acrecentó la violencia
y fue su dura condena.

Entre suspiro y suspiro
Se fue Don Enrique Alfaro
Queriendo ser un Tlatoani

Ni tarda ni perezosa
Se lo llevó “La Pelona”.
Se le hizo fácil la cosa
En esta Ciudad tan matona.

Así rezaba la placa
del muy tenaz soñador:
“Se lo canchó ‘Doña Flaca’
antes que ser Gobernador”.