jueves, 27 de octubre de 2016

Refranes Mexicanos

Texto y Foto: Luis Sandoval Godoy
Formuló: José Sánchez Orozco

74- Es muy fácil engañar a quien no engaña
Dice nuestra gente que dos agujas no se pican.
Con eso, hay que tener cuidado, sacar la vuelta y evitar que nos pinche aquél que es capaz de hender su evenenado aguijón.
Si estamos en el lado de las gentes confiadas y sinceras. Si obramos con transparencia y verdad. Si creemos en lo que nos dicen, confiamos en quien nos promete y aceptamos lo que nos proponen…
Con eso, estamos poniéndonos de frente para que el pícaro y mentiroso, el perdulario y el truhán, hagan picadillo de nuestra ingenuidad.
De esto, hay que concluir en la necesidad de actuar en todo con prudencia. No que seamos desconfiados y díscolos, timoratos y asustadizos… Pero sí, que veamos bien antes de tomar
una decisión, en el quién, el qué y el cómo de la persona que nos impulsa a ella.
Así, el engañador no podrá tan fácilmente engañarnos, aun cuando no sepamos engañar a los demás.

75- El que de veinte no puede, de treinta no sabe, de cuarenta no tiene, no podrá ni sabrá ni tendrá
Ni anticipados ni remisos; a la hora de cumplir, hay que cumplir.
Todo en la vida tiene su momento; la Naturaleza dispone en nosotros las facultades que requerimos en la hora que conviene.
Que el muchacho tenga fuerza y energía, y realice aquellas proezas de que es capaz. Luego, venga la etapa de la ponderación, del juicio certero, del señorío de la inteligencia y el conocimiento.
Así, hasta que, con el ejercicio de aquellos atributos bien aplicados, pueda obtenerse un medio económico indispensable…Es preciso vivir la vida en sus etapas y conseguir de cada una el provecho que nos diseñó así la Naturaleza. Y no acabemos al final de la vida con los brazos cruzados, con las manos vacías. No tengamos que dolernos en una triste ancianidad en lo que pudo haber sido y no fue, sino en lo que pudimos haber alcanzado por la fuerza, por la inteligencia y en la lucha por la vida…

76- Quien tiene la cola de paja, no se arrime a la llama
Hemos de ser sinceros y conocer cuántas limitaciones lleva en su naturaleza el ser humano.
Hemos de considerarnos llenos de actitudes menos nobles, de fallas que
no hemos podido superar.
Así entonces, hemos de aceptar que, de un modo o de otro, todos traemos una cola hecha de paja. Y la paja se incendia con facilidad, la paja se desbarata con el ventarrón, la paja puede quedar reducida a ceniza en un instante.
El consejo, entonces, del refrán, es para que nos retiremos de aquellas hogueras sociales, aquellos torbellinos de insidia, de murmuración o de escándalo. No sólo no hemos de alentar situaciones de conflicto, sino que debemos apartarnos de todo eso.
No vamos a dirimir cuestiones que no nos competen, no vamos a enderezar
a quienes se han aferrado a sus errores. Que se queden en lo suyo y nosotros libremos nuestra independencia y tranquilidad; es decir, la naturaleza de
nuestra cola hecha de paja.

77- Si bien no te lo ganas, bien te lo papas
Hay muchas maneras de entender el mundo; hay muchos modos de caminar por la vida.
A quien dijo que hay que ser cumplidor en el trabajo y ahorrativo en lo que se tiene, viene este gritón a echar todo por tierra.
Conforme a este refrán, no hay para qué ahorrar; que nadie se limite en nada. Éste quiere que volteemos la bolsa al revés, que sacudamos la faltriquera en el aire. Para qué guardar un cinco, para qué esconderlo o dejarlo que el tiempo lo carcoma.
Lo trabajaste, te costó tu esfuerzo, gastaste sudor y voluntad, horas largas de actividad. Tu trabajo te costó; cuéntalo bien y date el gusto que quieras, hasta hartarte, hasta no pedir más.
Y luego esa palabra no usual, por cierto, en nuestro modo de hablar. Dice: “bien te lo papas”; esto es, que lo disfrutes, lo saborees, lo bebas, hasta que la papada se te desarrolle en tres blandas blondas.
A ese extremo llega el mal consejo del refrán.

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