Lic. Lupita:
Hoy me enfrento con el hecho de que mi hija se ha embarazado fuera del matrimonio; tiene 18 años y no le he dicho nada; no sé qué debo hacer. Muchos me han hablado de la posibilidad del aborto. En nuestras familias ya hay demasiadas madres solteras, lo cual no es conveniente para los niños que necesitan un papá. No quiero aplaudir este hecho, pero estoy muy confundido.
José de Jesús C.
ESTIMADO CHUY:
Los padres de familia de hoy debemos prepararnos más y mejor que nunca. Antes, los ambientes favorecían la creación de familias unidas en el amor. Hoy, todo va en sentido contrario: los Medios de Comunicación, las Escuelas y las Leyes parecen confabularse en contra de esta forma de vida, y se favorece el hedonismo en todas sus expresiones (buscar el placer como fin único y último de nuestra existencia).
A nuestros hijos los bombardean con la promoción de los falsos “derechos sexuales y reproductivos” y, si no hemos hecho un buen trabajo de formación humana, social y espiritual en ellos, serán víctimas de este triste post-modernismo.
Nuestra misión como padres es enseñar a nuestros hijos a ser personas maduras. Que sean personas de bien, capaces de amar y luchar por los más nobles ideales. Pero, para conseguirlo, hay que ir contra corriente, es menester volver a lo básico: fortalecer el núcleo familiar con nuestros valores más trascendentes.
Hoy se hace necesario revertir la tendencia que tienen las familias. En un estudio comparativo, se revisaron 5 características entre el funcionamiento familiar de hace tres décadas y el actual. Las familias, en general, hace 30 años experimentaban:
– Mayor índice de felicidad
– Había menos conflictos entre sus miembros
– Se vivía menos estrés
– Se comunicaban más
– Existía tiempo de convivencia.
La tendencia en las familias de hoy, se opone, pues existe:
– Menor índice de felicidad
– Experiencias conflictivas abundantes
– Mucho estrés, especialmente por la economía
– Poca o nula comunicación
– No hay tiempo para convivir
Ante esta crisis que te toca enfrentar, puedes acercarte a Cristo como nunca antes. Él vivió la desolación y la tristeza profunda que hoy te embarga. Sólo Él puede comprenderte y darte la luz y fortaleza necesaria para seguir adelante. Nuestro Dios de Amor nos pide movernos en tres tiempos:
Comprender, perdonar y emprender.
Comprender a tu hija y no juzgarla, amarla incondicionalmente. Se corrige la conducta con respeto, pero se valora a la persona, pues ella siempre vale mucho más que lo que hizo.
Perdonarla. Ella está aprendiendo a vivir y se ha equivocado, como podemos hacerlo todos.
Emprender un nuevo camino, en donde Dios sea el Centro de nuestras vidas. Se trata de empezar de nuevo, se trata de dar la bienvenida a la vida de este ser que será alegría en tu hogar, y de re-construir la vida familiar en torno a Cristo.
Con esta actitud no estás avalando que existan más madres solteras, sino que estás siendo cristiano ante el dolor y la injusticia. Tú devuelves Bien por Mal y, con ello, dispones las cosas para que todos alrededor tuyo deseen ir al encuentro de Dios.
Demos testimonio de la alegría que nos trae el mirar a Cristo, y amarlo actuando como Él nos lo pide. En el campo de la sexualidad, Dios nos llama a la fidelidad, a la exclusividad y al amor total de las parejas. A esto debemos aspirar, y de ello hay que hablar en casa constantemente.
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