jueves, 27 de octubre de 2016

5 categorías de crisis matrimoniales

Querida Lupita:

En mi matrimonio hay muchas diferencias en nuestra forma de pensar. Ahorita, por ejemplo, con hijos adolescentes, estamos discutiendo muchísimo. Y, por supuesto, son ellos quienes llevan la carga. Estoy a punto de separarme, pero no sé si esto será peor, especialmente para ellos. No veo salida; cualquier tema que toquemos es causa de pleito. Mi esposo, por supuesto, no quiere ir a ninguna terapia, y yo ya no sé qué hacer.

Imelda F.

Por-Qué-Fracasan-los-Matrimonios

Hermana mía, Imelda:
Todo problema tiene solución, y toda crisis implica cambio y crecimiento. Estás enfrentando una crisis matrimonial predecible. Los expertos han identificado 5 categorías de crisis y han propuesto algunas sugerencias para que venza la unidad y no la separación:

1)Crisis de desarrollo. Se dan en las diversas etapas evolutivas de la familia, identificando con claridad: los primeros dos años de matrimonio (en que se da el proceso de adaptación); el nacimiento del primer hijo; la etapa de hijos adolescentes (es cuando el nivel de estrés en la familia es el más alto); y finalmente, la etapa del nido vacío (los hijos se van). La recomendación para sobrellevar este tipo de crisis es paciencia y preparación. Esmerarse en un trato cordial, venciéndose a sí mismos en momentos de coraje y desesperación.
2)Crisis de distanciamiento. La experimentan aquellas parejas que viven con un estilo individualista: no piensan como pareja, sino como individuos. Para enfrentar exitosamente estas crisis, es preciso un cambio de actitud, poner a la otra persona en primer lugar. Debe haber iniciativa en el amor, empatía, buscar comprender las causas del dolor del otro o de su conducta inapropiada.
3)Crisis de agotamiento. La viven los matrimonios que se sienten desgastados; tienen expectativas idealistas del otro y de su relación. Quisieran todo diferente; piensan en lo que no tienen y dejan de valorar lo que sí hay. Son parejas que viven con alto estrés, muchas veces por dinero. Son prisioneros de sus deudas y compromisos. La sugerencia de los expertos irá en la línea de administrar bien su dinero y su tiempo. Vivir de acuerdo a los propios medios, buscar una vida equilibrada, con pensamientos positivos.
4)Crisis por infidelidad. El tormentoso sentimiento de saberse traicionado por quien más se ama. En la actualidad las estadísticas afirman que hombres y mujeres son infieles en la misma proporción, y la razón no es necesariamente la distancia emocional en la pareja, sino la inmadurez de ambos.
5)Crisis por patologías. Si alguno de los miembros de la pareja presenta una enfermedad psicológica o psiquiátrica, la ayuda profesional será indispensable. En las crisis anteriormente descritas, la preparación es irrenunciable. El conocimiento de las formas en que debe actuarse, y la voluntad de solucionar los conflictos, será suficiente en la mayoría de los casos. Es por ello que recomiendo acudir a Grupos de Pastoral Familiar dedicados a fortalecer los Matrimonios. Pero cabe mencionar que, en situaciones de patología franca, no habrá avance sin ayuda especializada. En estos matrimonios, uno o los dos miembros son víctimas de adicciones, ansiedad excesiva, depresión paralizante y/o dan o reciben abuso verbal y físico.
¡El matrimonio cristiano es camino de santificación! Dios permite dificultades en nuestras vidas cuando quiere fortalecer nuestro espíritu. No te digas a ti misma que tienes problemas que te superan; di con firmeza que tienes a Cristo para vencer lo que sea. ¿Tienes la tentación de no luchar más?… No dialogues con esa tentación, ignórala y muévete por un ideal: ¡ganar el corazón de tu esposo para Cristo!

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