Tiene carácter perentorio reducir la matanza de vaquillas y vacas en etapa reproductiva que se realiza actualmente en los rastros de mayor demanda de sacrificio, pues de lo contrario se resentirán serias dificultades para lograr el repoblamiento del inventario de ganado bovino, que se redujo drásticamente en los años recientes.
Este planteamiento lo hizo el ex Presidente de la Unión Ganadera Regional de Jalisco (UGRJ), Arnulfo Magaña Ramírez, quien refirió que actualmente, en varios rastros jaliscienses, la matanza de hembras bovinas supone de 30 a 40 por ciento sobre el total de animales sacrificados, lo cual plantea un problema que debe contrarrestarse.
Hizo mención de que, ante la creciente demanda de ganado que se registra en todo el país, los introductores de animales a los rastros recurren también a las hembras, y eso es algo muy cuestionable cuando se trata de terneras o reses que no han cumplido su ciclo reproductivo, ante un escenario internacional de enorme demanda de ganado y carne.
Sale caro importar hembras
Insistió este ganadero en que, si de verdad hay la intención de facilitar el repoblamiento del hato bovino del país, debe suspenderse la matanza de hembras ante la carencia de animales machos, algo que se generó en los últimos cinco años por las exportaciones de semovientes, tanto jóvenes como adultos, y por los impactos negativos de las sequías en los Estados norteños y de la Zona Centro-Occidente de la República, como Sonora, Chihuahua, Jalisco, Aguascalientes y Zacatecas, entre otros.
El también ex Directivo de la Asociación Ganadera Local de Engordadores de Tlaquepaque (gremio que aglutina a los principales abastecedores de carne bovina en la Zona Metropolitana de Guadalajara) expuso que, a la fecha, importar una vaquilla implica un costo de 3,000 dólares (cifra que se duplica en los animales de razas de registro); cantidad que, por otra parte, apunta una tendencia a la alza, dada la gran demanda de carne que se palpa en el mercado mundial.
Luego advirtió que, si bien están en marcha varios programas financieros para alentar la compra de ganado y favorecer el repoblamiento bovino, si no se facilita la supervivencia de las hembras en edad fértil, “lo único que va a generarse es el cambio de manos del ganado, pero no se incidirá en un auténtico repoblamiento del inventario, como es el propósito de las Autoridades”.
Válidos argumentos
Resaltó que el hecho de que el precio de la carne se haya incrementado sustancialmente, constituye un aliciente que debe considerarse para inducir acciones que retengan a las hembras en los hatos, e incluso para incrementar el número de vientres. Hay vacas con más de cinco partos, que ya deben tratarse como animales de desecho, aunque también existen animales más longevos que pueden aumentar el número de pariciones.
Refirió que el precio de una vaca engordada llega casi a los 38 pesos el kilogramo, en pie, algo muy cercano al de un becerro, que es de 40 pesos el kilo.
Finalmente, enfatizó que no hay justificación para que las vacas productivas y las vaquillas se confinen a los corrales de engorda para su posterior sacrificio.
Según información del Área Técnica de la UGRJ, una vaquilla en preñez se convierte en vaca después del parto.
El dato
El inventario ganadero bovino mexicano se redujo, hasta antes de 2013, en un millón 800 mil cabezas, tanto por las exportaciones de animales vivos, como por efectos de la sequía de años anteriores.
Veracruz es el Estado líder en el inventario, seguido de Jalisco.
Fuente: Sagarpa y Comisión Legislativa de Ganadería, de la Cámara de Diputados.
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