“México se está moviendo”… ¿Hacia dónde?(Parte 1)

Visiones diferentes de la realidad

Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara

El Misterio de la Pascua del Señor, en el que recordamos la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús, nos inspira para ver todo lo que en nuestra vida tiene que morir, todo lo que tiene de falso, de egoísta, de injusto, de corrupto. Todo eso está destinado a ser sepultado, a morir, cada día y, después de sepultar todo ese mal que llevamos dentro, sepultarlo con Cristo.

Cada vez, nosotros tenemos que resucitar a una vida nueva, verdaderamente digna, libre y provechosa a los ojos de Dios y de nuestros hermanos. Así que, celebrar la Eucaristía, es celebrar el Evangelio.

Desde la Eucaristía podemos contemplar nuestra realidad. Hay muchas maneras de ver la realidad. Pensemos, por ejemplo, en nuestra Patria. Acaba de pasar el Informe Presidencial, y no cabe duda que es una visión de la realidad de nuestro país.

Nuestra máxima Autoridad, el Presidente de la República, hace un análisis, un balance de la realidad, desde su perspectiva y, por así decir, el resultado de esta visión de nuestro Presidente puede sintetizarse en el slogan que se viene repitiendo: “México se está moviendo”.

Desde la perspectiva y visión de nuestras Autoridades, nuestro país está en movimiento; pero nosotros, hombres de Fe, podemos preguntarnos: ¿En qué dirección se está moviendo?, ¿hacia qué meta se está moviendo México?

Podemos, en un momento dado, o darle la dirección que queremos a este movimiento de nuestra Patria, o sencillamente quedarnos con ser observadores del rumbo que nuestras Autoridades quieren ver sobre la dirección que ‘México se está moviendo’, y ser nosotros sólo espectadores, viendo hacia dónde quieren mover a nuestro país.

Nosotros, hombres y mujeres de Fe, estamos obligados también a mirar la realidad que nos circunda, y de la que formamos parte. También podemos tener nuestra propia visión de la realidad y coincidir, tal vez, en muchos temas y puntos con la visión de nuestra Autoridad, pero también tener una visión divergente.

Su Informe se basó en los ejes temáticos que proclamó al inicio de su gestión, y el tema que más ocupó, precisamente, fue el del adelanto y el progreso de México, basado en las Reformas. Todos estamos convencidos de que eran necesarias; pero no porque se hicieron y se aprobaron podemos estar tranquilos y seguros de que el movimiento de México, que originan estas Reformas, va por el camino recto.

Tan es así, que todavía no reportan beneficios para la población. Tan es así, que no estamos seguros de que vayan -efectivamente- a beneficiar a la gran mayoría de nuestros hermanos y hermanas, sobre todo a los pobres, que son un 50% de la población.

Me preocupa, por ejemplo, que parece que todo este avance y movimiento de México depende del Estado, entendido como Gobierno, y del mercado, entendido como la aceptación acrítica de los cánones de la economía global.

Pareciera que todo indica que el movimiento de México será por la fuerza del Estado, por su poder y por el destino del mercado, de la economía global, y no por otros factores también importantes qué considerar, como lo es la Sociedad.

Llama la atención que en el Informe sólo se haga mención, en trece ocasiones, de la Sociedad organizada, de las fuerzas de la Sociedad. Pareciera que, desde esta perspectiva, la Sociedad es un lastre, una realidad que hay que soportar, que hay que asumir. En el mejor de los casos, parece que las Reformas -cuando lleguen los beneficios- van a ser, sí, para la Sociedad, pero en ningún momento aparece como gestora, como participante, como corresponsable, sino que aparece sólo el Poder del Estado, del Gobierno, del Mercado, de la Economía Global.