El Informe Presidencial, entre la rendición de cuentas y la propaganda
Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero
En los primeros días de este mes, el Presidente de la República presentó su Segundo Informe de Gobierno. En otros tiempos, nada lejanos, el primero de septiembre era el “Día del Presidente”, no se trabajaba, y todos los interesados en la vida pública ponían atención al Mensaje del Ejecutivo Federal. Con la alternancia en el Poder, estas prácticas fueron transformándose, y hoy por hoy el Mandatario entrega el Documento en el Congreso de la Unión para su análisis, y luego pronuncia un Mensaje a la Nación.
¿Qué es la rendición de cuentas?
Realizar un Informe sobre el estado que guarda la Administración Pública Federal tiene como su sentido más profundo el hacer un ejercicio de rendición de cuentas; es decir, dar a conocer qué se hizo, cómo se utilizaron los recursos públicos, exponer las razones que justifican haber emprendido tal o cual acción gubernamental y, finalmente, señalar los errores y las omisiones. Dicho de otra forma, se trata de transparentar el ejercicio de gobierno, justificar y dar argumentos sólidos de las acciones emprendidas y apuntar la necesaria autocrítica.
Principales puntos del Informe de Peña Nieto
En el Mensaje del Titular del Poder Ejecutivo podemos encontrar cuatro aspectos nodales: a) Las reformas estructurales; b) Los resultados y beneficios a futuro; c) El anuncio de la construcción del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México; y d) La transformación del Programa “Oportunidades” en “Prospera”.
Se centró en anunciar que había logrado la aprobación de once reformas estructurales que, de acuerdo a sus dichos, son las necesarias para que México entre en una dinámica de desarrollo. Si somos estrictos en el análisis, de los once cambios a las Leyes mexicanas, no todos son de carácter estructural, sino sólo los que regulan aspectos económicos. Y, como ya he dicho anteriormente, todas estas reformas se hicieron con una lógica neoliberal; perspectiva que, por lo menos, lleva 30 años de grandes fracasos.
El segundo asunto donde puso mucho énfasis el Presidente Enrique Peña fue que las reformas no tendrán beneficios inmediatos; que tendremos que esperar dos, cuatro o hasta diez años para ver las mejoras. Dicho de forma coloquial, es un “espérense tantito”, que lo bueno vendrá después. Lo preocupante de esto es que, una vez más, los mexicanos tendremos que armarnos de paciencia para ver llegar la bonanza.
Un tercer aspecto es que anunció la construcción de un nuevo Aeropuerto para la Ciudad de México, lo cual no se explica ni se justifica plenamente, porque si el tránsito de paso en ese lugar se trasladara a otros aeropuertos, es muy probable que el flujo en la Capital de la República se reduciría de manera importante. Otro cuestionamiento serio a este proyecto es que, de nueva cuenta, se centraliza la inversión privada y pública en el Distrito Federal y no se exploran otras alternativas, como la construcción de trenes rápidos que conecten a todo el país, por ejemplo.
El cuarto anuncio es que el Programa “Oportunidades” ahora será “Prospera” y se añaden algunas novedades, como el acceso a créditos blandos o que los estudiantes que ingresan a Universidad contarán con un apoyo de cinco mil pesos. La crítica de fondo a este anuncio es que los fundamentos de dicho programa social son los mismos que tuvieron en su momento Solidaridad, Progresa y Oportunidades, y que ya demostraron que, a pesar de los beneficios inmediatos que otorgan, no son la estrategia idónea para combatir la pobreza, puesto que ésta sigue aumentando.
Un aspecto que resalta en el Segundo Informe es la notoria ausencia de autocrítica; una tendencia en estos ejercicios públicos que viene de antaño y nos muestra que los Informes se han convertido en actos de autocomplacencia, cuyos errores y fallas simplemente no existen; y si los hay, no son responsabilidad directa del Funcionario Público que informa. Por supuesto, la terca realidad sigue mostrándonos que esto no es del todo cierto, y que, efectivamente, los errores son muchos.
Mercadotecnia política
Entonces, ¿para qué sirven en realidad los Informes de Gobierno? A la fecha, este deber se ha convertido en acto de mercadotecnia política; esto es, en un burdo ejercicio propagandístico que busca mostrar una buena cara del Gobierno ante la ciudadanía. Se trata de lograr la legitimación política que no se genera por un buen ejercicio en la Administración Pública. Dicho en otros términos, se intenta convencer a los ciudadanos de que las cosas están bien, cuando su experiencia cotidiana dice lo contrario.
¿Hasta cuando seguiremos con este tipo de Informes?… Hasta que los ciudadanos exijan información y pidan cuentas a los gobernantes, y hasta que los Informes sí tengan un efecto real: que sean espacios donde a la clase política efectivamente se le pida cambiar de ruta cuando las cosas van mal. Si no es así, continuaremos con campañas propagandísticas que suplan a los auténticos procesos de rendición de cuentas.Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario