Originario de Mendoza, en el Oeste de Argentina, y radicado en Roma desde hace ocho años, el Padre Miguel Humberto Yáñez, Sacerdote Jesuita, visitó por primera vez Guadalajara como Expositor de la XXII Jornada de Estudio y Convivencia Sacerdotal que tuvo como tema principal a la Familia, en preparación a la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos que se desarrollará en Roma durante el próximo mes de octubre. Presentamos la entrevista que el Padre Yáñez concedió al Centro Católico de Comunicaciones.
-Padre, usted es una persona cercana al Papa Francisco. ¿Cómo se fue dando esa cercanía?
“Por la Gracia de Dios, porque no fue mérito mío. Él fue el Superior Provincial que me admitió en la Compañía de Jesús y fue mi Formador al comienzo de la Vida Religiosa y también al final. Así que ha estado cerca de mí y hemos continuado una amistad hasta el día de hoy. Y he aprendido muchísimo de él”.
- Háblenos sobre el tema que viene a compartir con los Sacerdotes de la Arquidiócesis de Guadalajara; es muy interesante porque es el que se va a tratar en el próximo Sínodo de los Obispos.
“La idea de que el Tema de la Familia se tratara en el Sínodo en el próximo año es del Papa Francisco; pero, además, quiso precederlo con un Sínodo Extraordinario, para hacer reflexionar a los Obispos y a toda la Iglesia acerca de la crisis que viven hoy las familias, especialmente en Occidente.
- ¿Por qué a la Iglesia le preocupa la Familia?
“Todos somos conscientes de las dificultades que enfrenta la Familia, pero creemos también, al menos así lo dice el Instumentum Laboris del Sínodo, que estas dificultades también son una oportunidad. Esto quiere decir que también es una ocasión para mejorar la vida conyugal y familiar, además de la vida de la Iglesia, que nunca estuvo tan atenta a la vida de las familias.
“Yo creo que hay puntos positivos en la vida familiar. Esto no significa negar los problemas y las dificultades. Hoy en día hay una cultura más individualista, más hedonista, que dificulta, en general, todo tipo de vida asociada. Obviamente, también dificulta el vínculo matrimonial y las relaciones familiares.
“Pero, junto con eso, hay una actitud más sincera, y esto es un valor de la cultura actual. Antes, la Moral era mucho más exigente, pero cuando no se llegaba a cumplir, se mostraba una fachada de lo que no se era. Entonces, hay más sinceridad y autenticidad por vivir una genuina relación conyugal y matrimonial. Esto es muy importante.
“La Iglesia sabe que no se puede decir que todos los que se casan van a ser felices automáticamente, pero tampoco descartar esta posibilidad, porque hay muchos matrimonios felices que pueden ser testigos de que se pueden realizar, a pesar de las circunstancias”.
- ¿Qué espera el Papa Francisco de este Sínodo Extraordinario a realizarse en octubre?
“Creo que espera que la Iglesia reflexione que esto es sumamente importante para la Pastoral. Realmente tenemos que tratar de entender qué es la Familia, porque es una realidad humana a la que tenemos que acercarnos, y tratar de entenderla desde dentro. Por eso necesitamos dialogar y entender la experiencia de los matrimonios. Él espera que, en base a esa reflexión, puedan surgir nuevos caminos para una Pastoral que sea más eficaz”.
-¿Cuál será el papel que desempeñarán los Obispos que participarán en el Sínodo?
“Serán como vínculos, puentes entre la jerarquía de la Iglesia y el Pueblo de Dios, incluyendo a los Laicos y a los Matrimonios, para poder llegar a una Pastoral integral donde no solamente se haga bien a la familia, sino que ella nos hagan bien a nosotros los que somos célibes; que, frente a un testimonio de vida conyugal y familiar, nos sintamos edificados. Necesitamos de ese testimonio”.
-Hay muchos matrimonios y familias que señalan que cómo un Sacerdote puede estar al frente de la Catequesis Matrimonial, si no tiene esa experiencia de la vida conyugal.
“La Primera Lectura del Profeta Jeremías, es en donde el Señor nos pone a los Sacerdotes como centinelas. Un centinela es alguien que está atento de lo que pasa a su alrededor. Entonces, nosotros no deberíamos hablar, si no es escuchando con una oreja lo que vive la gente, y el otro oído debemos enfocarlo a Dios y a lo que nos enseña la Iglesia con su tradición y su experiencia milenaria. Porque seguramente quien vive la familia puede decirnos algo acerca de su experiencia; pero también nosotros, por estar fuera, podemos aportar algo simplemente por no estar implicados en la problemática”.
-Hablaba usted de la casuística, sobre la comunión a los divorciados y unidos a una nueva pareja ¿Podría ir por ahí el Sínodo?
“El Papa Francisco insistió mucho en que, más que la casuística, es un estudio profundo de la realidad familiar. Seguramente saldrán algunas indicaciones de distintas problemáticas; pero tenemos que esperar los resultados.
“La expectativa tiene que ir respecto a una profundización de la comprensión de la realidad familiar y conyugal en el mundo de hoy”.
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