S.E.G., Corresponsal en México, D.F
La Iglesia fue protagonista principal en la Guerra de Independencia de nuestro país. A más de 200 años, deben reconocerse estas acciones con el fin de dar su lugar a la Iglesia en el desarrollo cultural de nuestra Sociedad, con sus valores y principios de igualdad, de fraternidad, de justicia y de libertad para todos, no importando las creencias religiosas, las desigualdades económicas y las diferencias raciales. Ante esto, el Padre Mario Ángel Flores Ramos, Rector de la Universidad Pontificia de México, formuló varios comentarios sobre hechos históricos del papel de la Iglesia en dicha gesta heroica, respondiendo a estas interrogantes:
¿Cuál fue el papel de la Iglesia en la Guerra de Independencia?
Al principio del Siglo XIX, la Iglesia estaba muy involucrada en el desarrollo de una Sociedad que se estaba construyendo en torno a una nueva realidad. Y merced a la distensión de los vínculos coloniales de ese tiempo, dentro de la Iglesia hubo movimientos muy importantes a nivel universitario, eclesiástico e intelectual, que finalmente dieron pie a un movimiento encabezado por una parte de la Iglesia, pues, como se sabe, pese a que la lucha por la Independencia fue encabezada por Eclesiásticos, sin embargo siempre existieron opiniones adversas, aunque finalmente llegó a prevalecer la idea independentista encabezada por los Clérigos.
¿Qué motivó a la Iglesia a involucrarse en la Guerra de Independencia?
Hubo dos motivos. Uno fue la búsqueda de una distancia de la dominación francesa que ya controlaba España.
El segundo, el crecimiento de una conciencia nacionalista entre una gran parte de la Sociedad de ese tiempo, integrada, en buena parte, por descendientes de españoles.
¿Cuál fue el legado histórico que dejó la Iglesia como partícipe en ese Movimiento?
El legado que dejó la Iglesia en esta Guerra de Independencia es el de la nobleza de quienes encabezaron dicho Movimiento; muchos de ellos, verdaderos idealistas, como Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Mariano Matamoros, entre otros.
Asimismo, dejó el principio de que la Iglesia estaba comprometida con las causas más sensibles de la Sociedad; de que era una Institución capaz de crear una conciencia nacionalista apoyada en valores morales, y de unificar voluntades en torno a los ideales de Libertad e Independencia.
¿Usted cree que ahora se valora el papel de la Iglesia en la Guerra de Independencia?
Sí se valora. Esta memoria histórica no se puede borrar, es una Página de la Historia que algunos han tratado de dejar de lado, incluso por la misma Iglesia, que en una época trató de deslindarse de aquéllos que encabezaron el Movimiento.
Mas, nos conviene valorar nuestra Historia para no perder la memoria histórica de un pueblo; no debemos deformar los hechos, sino aceptarlos como fueron, incluso ahora, en que al vivirse situaciones tan distintas en las cuales la Sociedad no valora de la misma forma lo religioso y no se tiene el mismo aprecio por la Iglesia, no puede dejarse de reconocer el papel histórico que ésta y sus caudillos tuvieron qué ver con aquella gesta histórica que nos procuró la Independencia y que trató de hacernos no sólo libres, sino mejores como pueblo.
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