jueves, 11 de septiembre de 2014

Hidalgo

Hidalgo de José Clemente Orozco


Sonaron las campanas de Dolores

Voz de alarma que el cielo estremecía,

Y en medio de la noche surgió el día

De augusta Libertad con los fulgores.


Temblaron de pavor los opresores,

E Hidalgo audaz al porvenir veía,

Y la Patria, la Patria que gemía,

Vio sus espinas convertirse en flores.


¡Benditos los recuerdos venerados

De aquellos que cifraron sus desvelos

En morir por sellar la Independencia;

Aquellos que vencidos, no humillados,

Encontraron el paso hasta los Cielos

Teniendo por camino su conciencia!


Manuel Acuña Narro


Hidalgo y Morelos


¡Hidalgo y Morelos, palabras radiosas!

Pregunta esos nombres al monte y al plano,

a cielos y mares, a todas las cosas,

y así te dirán:


El monte de nieve y eternos basaltos,

que siglos y siglos sus crestas irguió:

“¡Morelos, Hidalgo -dirá-, son más altos,

más altos que yo!”


El Sol, alma fuente de vivos destellos,

imán de los mundos que el Padre creó:

“¡Hidalgo, Morelos -dirá-, son más bellos,

más bellos que yo!”


Y fuentes y prados y valles y cielos,

cantando los nombres de luz de los dos,

dirán con mil voces: “¡Hidalgo y Morelos,

bendígalos Dios!”


Amado Nervo


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