Inician ciclo escolar 1,351 Seminaristas
El Rector del Seminario de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, ofició una Misa, en el marco del 318º Aniversario de la Institución
Yara Martínez González
El Seminario Diocesano de Señor San José está de fiesta, y para celebrarlo, su Rector, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo Metropolitano, presidió una Solemne Concelebración Eucarística, en el inicio del nuevo ciclo escolar, el martes 9 de septiembre.
Para este año, son un total de mil 351 Seminaristas los que conforman el alumnado, tanto del Seminario Mayor como del Seminario Menor y de las Casas Auxiliares ubicadas en varias poblaciones del Estado. A ellos, de una manera muy clara se dirigió el Arzobispo de Guadalajara al destacar la importancia de su vocación, así como la seriedad, compromiso y responsabilidad que de ellos se requiere durante su etapa de formación:
“Una cosa que se espera de manera muy especial de parte de los Seminaristas es una recta intención. Que aquellos jóvenes que en conciencia se sienten invitados por el Señor, busquen comprometerse con Él. Si hubiere alguien que no lo hace, decídase: no es éste su camino, no es éste su lugar, va a perder el tiempo y lo va a hacer perder”.
Asimismo destacó los recursos que la Iglesia aporta para la preparación de los futuros sacerdotes, que van desde lo económico hasta lo material y humano. Por eso reiteró, a quienes duden de su vocación a emprender un nuevo camino y a servir a Dios y a la Sociedad desde otra perspectiva, para así lograr su realización como personas.
La enorme responsabilidad de guías
Con voz firme, se dirigió a Formadores y Maestros, a quienes advirtió que la prioridad de su labor está en la preparación de los futuros Pastores de la Iglesia, misma que deben desempeñar con generosidad, calidad, puntualidad y, sobre todo, con un gran espíritu de Fe.
“Yo entiendo que muchos Maestros Formadores tienen que combinar este servicio a nuestro Seminario Diocesano con otras tareas que se les han encomendado; pero que este hecho no sea en detrimento de la formación de los Seminaristas. En todo caso, si tuvieran en un momento qué elegir, opten por la formación de los futuros Sacerdotes, aunque de momento sacrifiquen algún compromiso que tuvieran en su comunidad. La prioridad es la formación de los futuros Pastores; ésta es una tarea importante”.
Recordó la encomienda que el Papa Francisco ha hecho tanto a Sacerdotes como a Seminaristas para cubrir, como Pastores de la Iglesia, las necesidades que demanda la Sociedad de hoy.
En este tenor, mencionó que el Sacerdote debe ser un hombre de Dios, que esté en íntima comunión con Él, porque Él es el que los elige, los llama y los consagra. De igual manera, refirió que los dones recibidos en el sacerdocio no son motivo para quedarse como observadores, sino que deben utilizarse para ir en busca de los más necesitados y de aquellos que viven alejados de la Iglesia:
“El Sacerdote tiene que trabajar con una experiencia, con una forma de ser; no puede entenderse si no es en esa búsqueda permanente de estar en comunión con Dios por la oración, por los Sacramentos, por la búsqueda del rostro de Dios en los demás, en los acontecimientos y en su propia vida. Por eso hay que trabajar intensamente en todas las etapas de la formación sacerdotal”.
¿Qué es el Sacerdote?
Durante su homilía en la Capilla del Seminario Mayor, el Arzobispo de Guadalajara destacó que el Presbítero es un testigo viviente de Jesucristo, Muerto y Resucitado, que ama y que actúa en su persona. Además, recordó que, como ministros de la Iglesia, Cristo quiere que ellos participen de su Espíritu, como ya lo hicieron una vez a través del Bautismo y la Confirmación.
Señaló que el Espíritu Santo es quien los ayuda a hacer siempre el Bien y evitar el Mal: “El espíritu Santo conforma toda nuestra vida, todo nuestro ser; por eso lo invocamos al inicio de nuestro Curso, y por eso nos hacemos el propósito de invocarlo siempre, especialmente todos los días que celebremos la Santa Eucaristía, que se renueva el Sacrificio, la Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Que Él nos merezca el don de su Espíritu, y que en cada Eucaristía veamos renovada la generosidad de nuestra vocación”.
El Cardenal Francisco Robles aseguró que, como Sacerdotes, saben que su llamado al seguimiento de Jesucristo tiene origen en Dios Espíritu Santo y, por lo tanto, sólo es posible acudir a Él con la fuerza, los dones, y la Gracia que en Él encuentran.
Al respecto, pidió a los Seminaristas que todos los días invoquen la Gracia y la presencia de Dios Espíritu Santo para que los guíe en su misión de ayudar a quienes más lo necesitan; pero, sobre todo, para que su andar sea recto, sincero y honesto:
“Les pido que vayan en el camino del Seminario buscando solamente conocer, amar y seguir a Jesucristo de una manera por demás comprometida”.
EL SEMINARIO
Aunque sus actividades formales comenzaron tres años después, el Seminario Conciliar de Guadalajara fue fundado el 9 de septiembre de 1696 por el Obispo Fray Felipe Galindo y Chávez, Religioso Dominico, y se le consagró al Patrocinio de Señor San José.
Durante más de tres siglos, ha tenido como finalidad el formar a los futuros Sacerdotes en ciencia y virtud para proveer de Pastores aptos a la Iglesia, no sólo de Guadalajara, sino de muchas Diócesis del país.
Como en toda vocación, la formación de un Sacerdote requiere de varios años de estudio, y en este sentido depende de la etapa en la que se ingrese: si es para cursar desde la Secundaria, serán 15 años; desde la Preparatoria, 12 años, y desde el Curso de Nivelación, 10 años.
A partir del Seminario Mayor, se realiza un año del Curso Introductorio, y luego se ingresa por tres años a la Facultad de Filosofía, y por cuatro a la de Teología, mientras que en el Seminario Menor se encuentran quienes cursan la Secundaria y la Preparatoria; ésta recibe el nombre de Centro Humanístico Fray Antonio Alcalde, A.C.
Durante esta etapa se busca que los jóvenes conozcan a Jesús; pero, principalmente, que lo amen y encuentren su vocación para seguir su ejemplo. Además, se pretende brindar una formación integral a través de la oración, el estudio, el trabajo y el deporte.
El esfuerzo, tanto de Formadores como de alumnos, no es menor en el Seminario Mayor, ya que en sus aulas se comienzan los estudios superiores y propiamente eclesiásticos, estructurados en las etapas de Filosofía y Teología.
Ambas áreas tienen sus finalidades claramente definidas. A través de los estudios filosóficos se busca ayudar al alumno a integrar su personalidad humana y cristiana, así como a consolidar su opción por el sacerdocio como estado de vida, incluida la maduración en la Fe, el conocerse a sí mismo, el lograr una madurez afectiva, además de una conciencia crítica y constructiva ante el hombre y ante el mundo.
Con el nombre de Instituto Teológico Cristóbal Magallanes, e incorporado a la Universidad Lateranense de Roma, la Facultad de Teología tiene como Patrono a San Felipe de Jesús.
Durante cuatro años se estudia a fondo la Sagrada Escritura, los Sagrados Sacramentos, la Liturgia, la Moral Cristiana, la Antropología Teológica, la Historia de la Iglesia, así como la Doctrina de los Santos Padres, entre otras materias.
Sus estudios tienen como finalidad lograr en los alumnos una madurez integral para que sigan con verdadera responsabilidad a Jesucristo.
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