jueves, 4 de junio de 2015

¿Qué hacemos después del 7 de junio?

Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero

Cuando usted, amable lector, tenga en sus manos este ejemplar y generosamente esté leyendo este texto, estaremos en la veda electoral; es decir, en el momento estipulado en las Leyes Electorales para discernir su voto, y cuando los Partidos debieron haber suspendido ya sus Campañas proselitistas.
Independientemente de los resultados de estos Comicios, uno de los saldos que nos deja todo lo acontecido durante los últimos meses es la necesidad de fortalecer la participación ciudadana como una de las formas más eficaces y privilegiadas de ampliar la democracia local y cotidiana. No es una buena decisión esperar que los Gobiernos y la clase política resuelvan los problemas que tenemos, ya que la experiencia diaria nos dice que si la gente no exige y demanda cambios, éstos no llegarán o serán los temas de las Campañas de los Institutos Políticos en los próximos tres años.
Ahora bien, ¿qué podemos empezar a hacer desde el lunes 8 de junio para fortalecer la participación ciudadana? ¿Qué toca hacer, luego de la “cruda electoral”? Van aquí algunas modestas sugerencias:
1. Reunirnos como vecinos para platicar sobre los problemas que nos aquejan como Colonia, como Barrio o Comunidad, para establecer una agenda común de trabajo, identificando y planteando problemas prioritarios y necesidades compartidas que requerimos atender.
2. Recuperar los espacios públicos cercanos para convertirlos en lugares de encuentro y de convivencia cotidiana, a la vez que exigir a las Autoridades correspondientes el mantener esos lugares limpios y funcionales.
3. Establecer Acuerdos de “buena vecindad” entre los habitantes de la Colonia o Barrio, que claramente estipulen reglas mínimas de cordialidad y convivencia, como: limpieza de las banquetas; mantenimiento de árboles y plantas; el uso de los espacios para estacionamiento en las calles; normas para la realización de fiestas; manejo de la basura; alumbrado, entre otras.
4. La gestión de un Curso anual para las y los habitantes del Barrio o Colonia sobre un asunto de interés para todos; por ejemplo: el uso eficiente del agua en la Comunidad; Agricultura urbana; Finanzas sanas para los hogares, o alguno más que salga de la propia iniciativa de los moradores.
5. Acordar el Festejo del “Día del Barrio”, una vez al año, en afán de que, a lo largo de un día entero, los vecinos convivan, compartan los alimentos, realicen algún evento deportivo y promuevan una función de cine para todos. Es una fecha para celebrar el vivir en comunidad.
6. Establecer una estrategia comunitaria de autocuidado del Barrio o Colonia, que implique el diseño de alertas frente a posibles riesgos, e implementar medidas de seguridad y de comunicación con la Policía Municipal, con el objetivo de garantizar la seguridad de las personas, sin violar los Derechos Humanos, por supuesto.
7. Disponer de un canal de comunicación eficaz con el Gobierno Municipal y con los Diputados Locales y Federales correspondientes, para informarse de las políticas, leyes y decisiones que van a afectar a la Comunidad en concreto, y para gestionar la solución de necesidades que surjan, cuidando que esas colaboraciones no se conviertan en una forma de exigir votos por parte de la clase política. No nos están haciendo un favor; es su obligación como funcionarios públicos. No se trata de reproducir relaciones clientelares, sino de construir relaciones transparentes con las Autoridades.
8. Elaborar un Medio de Comunicación local (en físico o virtual), donde todas y todos puedan estar informados de lo que pasa en la Colonia; que incluya avisos; que presente reflexiones colectivas de lo que sucede en el entorno social; es decir, un espacio de comunicación que construya comunidad.
9. Analizar y discernir críticamente el desempeño de los políticos en funciones, sobre todo lo más cercanos, para formar colectivamente una opinión informada, pero también respetuosa de las diferencias entre los miembros de la Comunidad.
10. Finalmente, pueden instaurarse mecanismos propios y muy locales de resolución de conflictos, mediante los cuales los vecinos de un Barrio o Colonia puedan procesar los problemas intercomunitarios que surjan, desde una óptica no violenta, pero que predomine el criterio de justicia y de reparación del daño.
La experiencia empírica nos muestra que los cambios sociales profundos se gestan desde abajo y en lo local; casi nunca vienen desde arriba o de las grandes políticas. Más bien, las segundas son las consecuencias de lo primero. Por eso creo que, después del 7 de junio, lo que toca es reconstruirnos como Comunidad, reconstruir la localidad porque, con esa base, nuestra participación ciudadana seguramente será más sólida y más efectiva.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

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