jueves, 25 de junio de 2015

Aborto y matrimonios homosexuales: Frutos de la obra del Demonio

“México tiene un destino especial para conservar la Fe en los Planes de Dios; yo creo que el Diablo lo sabe y estará tratando de que este destino se frustre”, señaló el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez.

Cardenal Sandoval (Foto Jorge Hernández)
Foto: Jorge Hernández

Sonia Gabriela Ceja Ramírez

A un mes de haber participado en el Magno Exorcismo de carácter general, no sobre una persona sino sobre una Diócesis y una Nación, que se realizó en la Catedral de San Luis Potosí el miércoles 20 de mayo, el Cardenal Juan Sandoval, Arzobispo Emérito de Guadalajara, ofreció una Rueda de Prensa en su domicilio particular de San Pedro Tlaquepaque para dar detalles sobre la oración realizada.
“El exorcismo se hizo a las 11 de la mañana, a puerta cerrada, a invitación expresa del Arzobispo de San Luis Potosí, Don Carlos Cabrero Romero, quien tiene muchos problemas en su Diócesis. Realmente está sufriendo mucho, persecución y maltratos. Me invitó porque, además, dijo que la situación de nuestro país es grave, por lo que quiso hacer un exorcismo, que es una oración para pedirle a Dios que aleje al Maligno de nuestros ambientes.
“Fueron invitadas personas muy conocidas en el ámbito internacional. El Padre José Antonio Fortea, Demonólogo, especialista en exorcismos, una autoridad en ello, fue quien formuló el rito litúrgico. Vinieron, además, exorcistas de fuera del país, así como unos seis o siete de México, de distintas Diócesis. Había también un grupo selecto de Sacerdotes y Laicos, tanto de San Luis como de otros lugares.
“Al tratarse de un rito insólito, acordamos no avisar antes, para que se hiciera tranquilamente, y para no suscitar expectativas que no son; pero, una vez realizado, había que darlo a conocer para que la población creyente sepa que las raíces del Mal son más profundas de lo que se cree, y que ese exorcismo debería ser repetido en muchos lugares de México”.

Según la Voluntad de Dios
El Cardenal Sandoval explicó que los alcances son “los que Dios nos quiera dar. Le estamos pidiendo a Jesucristo, Nuestro Señor, cuya misión fue venir a destruir la obra del Demonio, que lo aleje de nuestros ambientes. Uno pide, y Dios sabrá qué tanto nos escucha y qué tanto nos da o cuándo lo da. No sé si ustedes pudieran visualizar que las Elecciones que acabamos de vivir fueron pacíficas, después de todo, y abrieron una puerta a la democracia. Esto pudiera ser ya una bendición de Dios, con puertas que se abren y que son cosa buena para nuestro país”.
Luego dijo desconocer si hay antecedentes en el mundo acerca de un exorcismo como éste, pues en nuestro país se han realizado algunos particulares sobre personas concretas o se han hecho Consagraciones al Corazón de Jesús y a la Inmaculada Virgen María; actos que tienen más o menos la misma intención, aunque el tono litúrgico de la oración es distinto. “La intención es pedir a Dios que las fuerzas del Mal no prevalezcan en nuestra Patria”.
Ante el difícil escenario político que se vislumbra para nuestra Nación, el Arzobispo Emérito reconoció que un exorcismo como éste es insuficiente para alcanzar la plenitud que México requiere. “Nunca pensamos que fuera la panacea, sino que, al hacerlo, quisimos que fuera una invitación implícita a que los Obispos, los Párrocos y los Religiosos y las Religiosas lo hagan en sus ambientes, en sus iglesias”.

Las manifestaciones del Maligno
“Es una invitación para caer en la cuenta de que el Mal de México, que es tan grande en estos momentos, que tiene muchos aspectos, es obra del Demonio, empezando por el aborto. Creo que la puerta que se le abrió al Demonio en México fue la legalización del aborto.
“Como dice San Juan: el Demonio es homicida desde el principio y quiere la muerte y la perdición del hombre. Sucede tanto con los niños que son asesinados en el vientre de su madre, como con las víctimas de los cárteles de la droga que son despedazadas y envueltas en costales; el número es inmenso.
“El ataque a la Familia, que es obra de Dios. Cuando los creó, dice el Génesis, los hizo varón y mujer, y les mandó que se amaran, los bendijo para que fueran una sola cosa, fueran fecundos y poblaran la Tierra. Desde siempre, el Matrimonio fue del hombre y la mujer, pero aquí en México la Constitución cambió la definición hace cuatro años y definió la Familia como la unión de dos personas, dándole entrada a la unión de dos personas del mismo sexo, lo cual es una grande aberración. Estamos ahora con la triste noticia de que la Suprema Corte está impulsando que las legislaciones de los Estados se acoplen a esa definición, lo cual es una aberración inmensa.

No es cosa de juego
“Hay gente que piensa que el Demonio es un invento, mientras que es una realidad revelada; en las páginas de la Sagrada Escritura, desde el principio, desde el Génesis hasta el Apocalipsis aparece una y otra vez el espíritu del Mal. Está revelado que, aparte de esta Creación visible a la que pertenecemos nosotros, hay una Creación invisible hecha por Dios, de seres espirituales que son sólo inteligencia y voluntad, no tienen cuerpo, y una parte de ellos se reveló contra Dios; se convirtieron en espíritus malos, y son los que llamamos Demonios.
“Por otra parte, hay quienes sí creen en el Demonio y lo invocan. Hay cultos demoníacos aquí en nuestra ciudad y en todo México, entre ellos, la ‘santa muerte’ o las ‘misas negras’, que es algo absurdo”.
Añadió la corrupción como fruto del Mal que nos lleva a la pobreza extrema. Asimismo, hizo notar que todos los pecados se cometen por insinuación del Maligno. “Que todo mundo peque y que todo el mundo vea el pecado como algo natural, esa sí es infestación demoníaca”.

Presencia histórica del Demonio en México

Los Demonios han manifestado, a través de un poseso, que ellos reinaban en México hasta 1531, y que reinaban, sobre todo, a través de los sacrificios humanos que se ofrecían de manera equivocada con una religiosidad generosa pero incorrecta. Estos sacrificios humanos llenaban de sangre las pirámides, como lo documenta Fray Bernardino de Sahagún en su Libro Cosas Notables de la Nueva España. Los naturales de estas tierras creían que para que Dios no muriera, había que ofrecerle la sangre humana. Cuando vino la Virgen de Guadalupe, les cambió totalmente la perspectiva, pues les presentó a Cristo, el verdadero Dios por quien se vive. Les hizo entender que no es el hombre el que muere para que Dios viva, sino que es Dios–Hombre, Cristo, quien murió para que el hombre viva.

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