Jesucristo es el Centro de nuestra vida

Norma Angélica Trigo González

El Cuerpo y la Sangre de Cristo nos dan un mensaje de paz, unidad y seguridad. Es nuestro centro porque Él nunca nos fallará. Así lo manifestó el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, al referirse a la Celebración del Corpus Christi. Dijo que esta Fiesta tiene un gran simbolismo para los católicos, a pesar de todas las adversidades a las que nos enfrentamos cotidianamente.
“El significado de esta Fiesta, en el ambiente que vivimos de cierta división en la Sociedad, en un ambiente de inseguridad y a veces de violencia, pone a Jesucristo en el centro de nuestra vida, nos transmite mucha seguridad. Primero, porque Jesucristo nuestro Señor, en lugar de dividirnos, nos unifica, nos hace uno, aunque tengamos distinta manera de pensar, de actuar, de vivir nuestra vida. Como quiera que sea, nos conoce y nos acepta a todos por igual, sin distinción. También nos da seguridad, pues a veces ponemos la seguridad en mediaciones humanas que luego nos decepcionan o no nos responden. Jesucristo nunca nos fallará, Él es nuestra seguridad, Él nuestra paz. El mensaje del Corpus es de unidad, es de seguridad y de paz”.
Agregó que en la vida cristiana siempre tenemos la tentación de ponernos en el centro, como si fuéramos el eje de la vida de la Fe:
“Nosotros nunca seremos el centro; el Centro es Él, Jesucristo nuestro Señor; y en la medida que salimos de nuestro egoísmo, de considerarnos centro y poner nuestra mirada y nuestra vida en el que es el verdadero Centro, Jesucristo, en esa medida nos abrimos a los demás, nos entregamos a servir a los demás, y en esa medida somos sensibles y conscientes de nuestros hermanos y hermanas. Por eso es importante que el Corpus resalte la centralidad de Jesucristo en la vida de la Fe, en la vida cristiana, en la vida de la Iglesia.
“Para que nos ubiquemos, el Obispo no es el centro, el Sacerdote no es el centro, los Laicos no son el centro de la vida cristiana. Es Jesucristo. Y en la medida que todos nos comprometamos con el Centro, que es el Señor, entonces nos proyectaremos con Él, en una actitud nueva, de aceptación de todos, de sensibilidad de los problemas, de interés por resolver las necesidades de todos. Así que éste es el significado, es la motivación que quiero transmitir a todos los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.