jueves, 25 de junio de 2015

¿Por qué es importante el Papá en la Familia?

Un papel insustituible

Dios dispuso que el padre fuera la cabeza de la familia, y que alguien lo representara aquí en la Tierra para sus hijos. Por tanto, la paternidad es una labor sublime, preciosa, comprometedora.

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Cristina Parra Aguirre, Pastoral Familiar

En el Génesis se asienta que Dios nos hizo “a su imagen y semejanza”… y si Dios es AMOR, por lo mismo, en la medida que amamos, reflejamos esa imagen de Dios.
La definición de Paternidad Responsable, de la Familiaris Consortio, nos dice que corresponde dar a los hijos todo aquello que tienen derecho a recibir de sus padres en lo material (casa, vestido y sustento); en lo emocional (cariño, afecto, amor); en lo intelectual (educación, formación en las artes, deportes, etc.), y en lo espiritual (testimonio y formación religiosa).

Más que la presencia
Papá no es un cajero automático que me da dinero para lo que necesito y hasta para lo que no… Ciertamente, satisface las necesidades básicas de tener un techo, la ropa, el alimento; pero nos hemos hecho muy exigentes y nos creamos “necesidades” que son prescindibles (una TV por cuarto, teléfono celular de última tecnología, ropa de marca -aunque todas visten igual-).
En lo emocional, es evidente un gran vacío. Si no nos damos el tiempo de conocer el corazón de nuestros hijos, ¿cómo podremos satisfacer sus necesidades en este campo? Date el tiempo de hablar con él o ella, convive, toma en cuenta que hay temperamentos muy diversos. En lo intelectual, es importante conocer bien a tu hijo para descubrir qué talentos tiene, cuál es su potencial, para qué es bueno, y apoyarlo para que logre hacer lo mejor con sus cualidades y habilidades, y ponerlas al servicio de los demás.
En la parte espiritual es donde más andamos fallando. Acudamos a la Eucaristía y a la Reconciliación, juntos y frecuentemente. Hay que llevarlos al Catecismo en su niñez y adolescencia, sí, pero los papás también pueden acudir a algún Movimiento de Familia para seguir creciendo en el campo espiritual, o incluso hay Movimientos en la Arquidiócesis a los que van todos juntos, como FEF (Familia Educadora en la Fe). El administrarles los Sacramentos no es suficiente; hay que darles un seguimiento y crecimiento.

Una gran responsabilidad
Al papá le corresponde SERVIR: al ser autoridad, nos toca servir a la familia, atender sus necesidades y satisfacerla. El mismo Jesús nos puso el ejemplo: “No vine a ser servido, sino a servir” (Mt 20, 28). Hemos cometido el error de no manifestar el amor “ágape”, que se alegra en servir, en atender, en apoyar, en darse a los demás. El egoísmo está imperando en nuestro mundo, y concretamente en nuestras familias.
También le corresponde PROTEGER, y en esto hay mucho qué hacer. Proteger significa mucho más que poner herrería, seguros y alarmas a nuestras posesiones. En un hogar, los hijos y el (la) cónyuge son el BIEN MÁS PRECIADO, VALIOSO E IMPORTANTE. Por ello, hay que proteger el corazón de nuestros hijos, proteger su integridad, proteger lo que escuchan, lo que ven, las personas con las que conviven.
¿Cómo un papá puede FORMAR a su familia? Y no se refiere a la instrucción académica solamente, sino a una formación en valores, en principios. Para que puedan convivir sanamente en la escuela y los ambientes en que se desarrollan, es necesario que papá y mamá les den formación en su corazón y su mente para que, en el momento que estén solos frente al mundo, sepan dar una respuesta de comportamiento adecuada. Las tentaciones son muchas y están en todas partes, y los hijos que han sido bien formados no equivocarán el camino o lo rectificarán pronto.

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