jueves, 18 de junio de 2015

Qué es la Universidad Católica

Ex corde Ecclesiae

Dicen que la Academia nació en Grecia; la Universidad, en cambio, nació en la Iglesia…

Misa Colegio Mexicano EPA

Pbro. Carlos Javier Díaz Vega
Roma, Italia

“Nacida del corazón de la Iglesia (ex corde Ecclesiae), la Universidad Católica (…) se revela como un centro incomparable de creatividad y de irradiación del saber, para el bien de la Humanidad”. Comienza así una Constitución Apostólica del Papa, de la autoría del Juan Pablo II, hoy Santo, y escrita en 1990, hace precisamente 25 años.
En el Documento Ex corde Ecclesiae, el Santo Padre profundiza en la identidad de la Universidad Católica: en cuanto Universidad, es una comunidad académica que goza de aquella autonomía institucional, y que garantiza a sus miembros la libertad académica, salvaguardando los derechos de la persona y de la comunidad dentro de las exigencias del bien común. En cuanto Católica, se caracteriza por la inspiración cristiana, por la reflexión continua a la luz de la Fe Católica, por la fidelidad al Mensaje Cristiano, por el servicio a la familia humana en su itinerario, en su objetivo trascendente, que da sentido a la vida. Por ser Universidad y por ser Católica, está llamada a una continua renovación.

Razón de ser
Toda Universidad, por vocación, se consagra a la Investigación, a la Enseñanza y a la Formación. Estudiantes y Maestros, libremente, se reúnen animados por el mismo amor al saber, por el gozo de buscar la verdad, de descubrirla y de comunicarla. Las Universidades Católicas son el signo vivo y prometedor de la fecundidad de la inteligencia cristiana en el corazón de cada Cultura, contribuyen al florecimiento de la Cultura cristiana en el contexto de nuestro tiempo cambiante.
Aquella invitación de San Agustín: “Intellige ut credas; crede ut intelligas” (entiende para que creas; cree para que entiendas), es válida para la Universidad Católica. Es una exigencia, hoy, considerar la búsqueda del significado de los progresos y los descubrimientos científicos al igual que tecnológicos, de tal modo que sean usados para el auténtico bien de la Sociedad humana. Y en esta labor, la Universidad Católica incluirá en su búsqueda la dimensión moral, espiritual y religiosa en la perspectiva total de la persona humana.
La Universidad Católica es una presencia pública, continua y universal del pensamiento cristiano, que tiende a promover la Cultura Superior y a formar a todos sus estudiantes, de manera que lleguen a ser personas insignes por el saber, preparadas para desempeñar funciones de responsabilidad en la Sociedad, además de testimoniar su Fe ante el mundo. La tarea de la Universidad Católica es, pues, necesaria; es uno de los mejores instrumentos que la Iglesia ofrece a nuestra época; época que está en busca de certeza y de sabiduría.

De oportunas respuestas y propuestas

Sus actividades de investigación incluirán, por tanto, el estudio de los graves problemas contemporáneos, tales como la dignidad de la vida humana, la promoción de la justicia para todos, la calidad de vida personal y familiar, la protección de la Naturaleza, la búsqueda de la paz y de la estabilidad política, una distribución más equitativa de los recursos del mundo y un nuevo ordenamiento económico y político que sirva mejor a la comunidad humana a nivel nacional e internacional.
Es necesario que la Universidad Católica tenga la valentía de expresar verdades incómodas; verdades que quizá no halagan a la Opinión Pública, pero que son también necesarias para salvaguardar el bien auténtico de la Sociedad; promoviendo la justicia; cooperando en proyectos comunes de investigación; en la educación permanente de adultos; siendo interlocutora privilegiada ante el mundo académico, cultural y científico.
En una Universidad Católica, la investigación abarca, necesariamente:
a) la integración del saber; b) el diálogo entre Fe y Razón; c) una preocupación ética, y d) una perspectiva teológica. El Papa Juan Pablo II dedica a cada uno de estos Puntos un Apartado especial en su Documento. Los estudiantes deberán ser verdaderamente competentes en el campo específico al cual se dedicarán en el servicio de la Sociedad y de la Iglesia; pero, al mismo tiempo, deberán dar testimonio de su Fe ante el mundo. Últimamente, de frente al concepto ‘universidad’, está tomando fuerza el término ‘multiversidad’, que se distingue porque éste carece de una misión unitaria; es decir, cada quien viene a lo suyo sin importarle lo demás, como si las otras personas o Facultades y Carreras resultasen incompatibles entre sí… ¡Qué triste que una Universidad no sea comunidad!
Docentes, Alumnos, Dirigentes y Personal Administrativo han de formar una comunidad auténticamente humana, animada por el Espíritu de Cristo. Es tarea de cada miembro de la comunidad universitaria ayudar a promover la unidad y reforzar el carácter católico de la Institución.

Todos los fieles de la Iglesia somos invitados a prestar apoyo a las Instituciones Católicas de Enseñanza Superior y a asistirlas en su proceso de crecimiento y renovación.

Cada alumno que se inscribe en una Universidad Católica habrá de encontrar una educación que busca formar personas de gran compromiso individual y comunitario, con miras a forjar una Sociedad donde se promuevan, se tutelen y se vivan los valores. Los Profesores, Directivos y Alumnos deben estar muy atentos a no sustituir la verdad y la ética para, en su lugar, entronizar la utilidad, el éxito, el poder.

Además, el Papa, en este Documento, se dirige también a los millones de Profesores católicos que enseñan en Universidades no católicas, pues con su propio estilo de vida ayudan a los jóvenes a estimular la búsqueda de la verdad y de la sabiduría que viene de lo Alto.

En la Universidad Católica, no debe faltar:

* La Pastoral Universitaria, que concretiza la Misión de la Iglesia en la Universidad; es decir, ayuda a encarnar la Fe en sus actividades diarias.

* El diálogo cultural, pues, por su misma naturaleza, la Universidad promueve la Cultura; es el lugar primario y privilegiado para un fructuoso diálogo entre el Evangelio y la Cultura. Un campo que concierne especialmente a la Universidad Católica es el diálogo entre pensamiento cristiano y ciencias modernas.

* La Evangelización, pues toda Universidad Católica presta una importante ayuda a la Iglesia en su Misión Evangelizadora.

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