La discriminación, atentado contra la armonía y la paz
FRATERNIDAD, FUNDAMENTO ESENCIAL
En su Mensaje por la 42ª Jornada Mundial por la Paz, del 1º de enero, el Papa Francisco dice en el No.1: “Quisiera desear a todos, a las personas y a los pueblos, una vida llena de alegría y de esperanza. El corazón de todo hombre y de toda mujer alberga en su interior el deseo de una vida plena, de la que forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros”.
Desafortunadamente, vivimos en un país en el que la Fraternidad está muy lejos de ser una realidad homogénea; en principio, por la desigualdad social, y en particular, por la grave discriminación que nos aqueja. En este sentido, la Revista México Social, a la que podemos acceder por internet, presentó en el mes de diciembre varios Artículos que nos ponen en contexto sobre esta realidad discriminatoria nacional. Pongo a su consideración extractos del Editorial de la misma, de su Director, Mario Luis Fuentes.
MEXICO SOCIAL
México es un país en el que la discriminación es un fenómeno normalizado y tolerado. Sin duda, sus efectos son catastróficos para las poblaciones en mayores condiciones de desventaja social; pero, en realidad, todas y todos hemos sido víctimas o hemos presenciado al menos un acto de discriminación en nuestras vidas.
DISCRIMINACIÓN
Las personas hablantes o que forman parte de una comunidad indígena, las personas con alguna discapacidad, así como muchas de las personas extranjeras en situación irregular en nuestro país, enfrentan duros escenarios de rechazo, amenaza y hasta violencia de parte de la Sociedad. Lo mismo ocurre con niñas, niños y adolescentes, con las personas adultas mayores, con quienes están enfermos por el VIH-SIDA.
Las preferencias o la identidad sexual, las ideologías, las creencias religiosas, o bien, diversas posturas políticas, son vistas y asumidas con suspicacia, y con base en ello, quienes las sustentan o afirman son objeto de rechazo, de segregación o de agresión constante.
AGRESIONES CONTRA LO DIFERENTE
No es fácil vivir en un país con tan arraigada cultura de rechazo y agresión en contra de la diferencia. En ese sentido, la interpretación de la cuestión social, como sinónimo exclusivo de carencias objetivas de bienestar, debe incorporar la compleja agenda de la subjetividad, incluyendo como uno de sus ejes rectores el complejo fenómeno de la discriminación. De acuerdo con todos los estudios de Opinión Pública que se han llevado a cabo en el país, las personas opinan que regularmente no les son respetados sus derechos por alguna de las causas señaladas, y perciben que, en efecto, de manera generalizada hay grupos de población históricamente discriminados.
EDUCACIÓN, ECONOMÍA Y RELIGIÓN,
POSIBLES CAUSAS
Por otro lado, la mayoría de la población percibe que son la educación, el nivel socioeconómico y las creencias religiosas lo que más divide a las personas, y que en ese sentido lo que se requiere es una educación dirigida a promover una Sociedad mucho más incluyente, respetuosa y tolerante de los demás. Recientemente, una persona perteneciente a una comunidad indígena fue literalmente sacada de una cafetería porque los propietarios creían que era una vendedora ambulante; la juzgaron así por su vestimenta. Ejemplos como éste, sobran y no hay una semana en la que la Prensa, local o nacional, no registre un evento que evidencia y desnuda nuestra arraigada visión racista, clasista o de otras formas de intolerancia, reproduciendo así la lógica de la violencia y la exclusión social.
FRATERNIDAD Y JUSTICIA,
UNIDAS A LA CARIDAD
Como lo asegura el Compendio de Doctrina Social Cristiana en el Número 205, sólo la caridad, unida a la justicia social, puede lograr una verdadera convivencia e interacción social, una verdadera fraternidad. Le invito a reflexionar estas cosas al inicio del año con motivo del mensaje papal, y repasar los Artículos de esta excelente Revista México Social.
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