En la Catedral Metropolitana
Juan Real Ledezma
Viernes 27 de diciembre de 2013. 6 de la tarde. No sólo hace frío, sino que también llueve intermitentemente. La parte instintiva de cualquier persona le aconseja: “Quédate en casa; toma un chocolate caliente; te lo mereces”. Y cuando se está a punto de responder: “¿Y por qué no?”, interviene la lógica con sus demandas, argumentando: “¿Vas a privarte del gozo de asistir a un magnífico Concierto de Navidad? ¿No te importa el esfuerzo que han hecho los niños, los jóvenes y sus Maestros para prepararlo?”
Así pues, no queda otra más que emprender el recorrido al Centro de la Ciudad. Afortunadamente, ya hay muy poco tráfico vehicular, y en unos cuantos minutos está uno ubicado dentro de la acogedora Catedral Metropolitana de Guadalajara, contemplando la majestuosidad de sus naves, la belleza de sus bóvedas góticas y la monumental sillería del Coro de los Canónigos. Aunque, al mismo tiempo, duele verla herida por una gotera bajo las columnas del quinto tramo de la Nave Norte, así como por sus descuidados exteriores, llenos de basura, y por otros detalles negativos, impropios de tal lugar. Y todo esto, ante la indiferencia de muchos tapatíos.
Puntualmente, el Canónigo Arnulfo Jaime Arámbula, Rector del máximo templo, dirige unas breves palabras de bienvenida a la concurrencia, y acto seguido resuenan los primeros acordes del monumental órgano tubular para marcar el ingreso de los integrantes del Colegio de Infantes de la Catedral, encabezados por su Director Titular y Maestro de Capilla, Aurelio Martínez Corona.
De sorpresa en sorpresa
Y una vez instalados en la nave central, da inicio el Concierto con la interpretación del Gloria de John Rutter, para solistas, órgano y coro; composición por demás compleja de ejecutar, pero que, al ser espléndidamente interpretada por los Infantes y por el Maestro Héctor Salcedo Becerra al órgano, levantan las primeras ovaciones de la noche.
Luego viene la novedad de la parte de las Improvisaciones sobre Temas Navideños, en la que el Maestro Salcedo alterna al órgano con la joven percusionista Andrea Sáinz. El escuchar los acordes del órgano mezclados con los sonidos de la batería, en verdad, de entrada, suena raro, diríase que inédito en un recinto catedralicio, pero imperceptiblemente ambos instrumentos se van conjuntando para lograr una armónica ejecución de genuina música alternativa. Esto, como era de esperarse, entusiasma mucho a los jóvenes que asisten al Concierto.
Instalado luego el Coro frente al Altar Mayor, se sigue adelante con el clásico canto navideño del Adeste fideles, y enseguida los Infantes y su Director sacan guitarras, panderos, bombos y hasta una tarima para zapatear los Villancicos: Niño lindo, Festejemos al Niño, y Los Reyes Magos, los cuales pespuntean con admirable habilidad el niño y la niña más pequeños del Coro, emocionando y enterneciendo al respetable público.
Después se continúa con la tradición de los ‘seises’ catedralicios, tan afamados en Sevilla, de los cuales se canta In dulce jubilo, con una nueva improvisación al órgano, del Maestro Salcedo Becerra. Finalmente, el Concierto cierra el Programa con Campanas de Navidad y Noche de paz, y como digno remate, la Catedral se cimbra con el Coro del Aleluya del Mesías, de George Frederic Handel, que deja en la audiencia una huella de alegría y un recuerdo imperecedero de ese cálido Concierto ejecutado en la fría y lluviosa Navidad del reciente 2013.
Los Maestros Héctor Salcedo Becerra, Organista Titular de la Catedral Metropolitana de Guadalajara, y Aurelio Martínez Corona, Director del Coro de Infantes, protagonizaron, en ese recinto, un inolvidable Concierto de Navidad.
Foto: Archivo
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