jueves, 16 de enero de 2014

La unidad de los cristianos se construye lentamente

Es un contrasentido que quienes aceptamos a Cristo estemos divididos


El Obispo Auxiliar de Guadalajara, Juan Humberto Gutiérrez Valencia, habla sobre la división de las Iglesias de Occidente y hace una invitación al diálogo para limar asperezas con otras confesiones cristianas.


Sonia Gabriela Ceja Ramírez


Entrevistado Vert“Las separaciones en la Iglesia han existido desde tiempos muy antiguos, pero la gran división en el mundo moderno es la que se dio con el protestantismo, que comenzó con la reprobación de Martín Lutero a propósito de la concesión de las indulgencias.

“El Papa había otorgado indulgencias para apoyar la construcción de la Basílica de San Pedro, y éstas se predicaban en muchas partes. En Alemania causaron malestar en el Fraile Agustino Martín Lutero, quien en la víspera de la Fiesta de Todos los Santos, en 1517, colocó en las puertas de la Catedral de Wittenberg varios escritos con sus 95 tesis, mediante las cuales protestaba contra las indulgencias y algunos otros puntos de la Doctrina de la Iglesia”, explicó Monseñor Juan Humberto Gutiérrez, Obispo Auxiliar y Licenciado en Historia de la Iglesia por parte de la Universidad Gregoriana de Roma.


Libre interpretación


“Esto no se dio de la nada ni de un momento a otro. Martín Lutero tenía ya tiempo forjándose una mentalidad por la que se iba apartando de la enseñanza tradicional de la Iglesia en cuanto a la Teología y su interpretación de las Sagradas Escrituras.

“El principio que él impuso y que puede decirse es la raíz de la separación de muchos cristianos y de la formación de muchos grupos protestantes, es el de la libre interpretación de la Biblia. Es decir, afirmó que cada quien puede interpretar la Biblia de acuerdo a su mentalidad, o sea, de manera subjetiva, prescindiendo de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, y dejando de lado todo lo que se hizo en 1,500 años anteriores de existencia eclesial.

“Así fue como surgieron muchas personas que se sintieron ‘iluminadas’ por el Espíritu Santo e hicieron sus interpretaciones de la Biblia y fundaron su propia Iglesia. Esto dio origen a abundantes grupos y sectas, además de ciertas Iglesias, que pudiéramos decir tradicionales”.


Las piezas del rompecabezas


manos al cielo“Lutero fundó la Iglesia Evangélica en Alemania, llamada Luterana. Posteriormente, quien sistematizó la doctrina protestante fue Calvino, quien fue un Reformador y Fundador de la Iglesia Calvinista en Suiza, con una Teología bien determinada, bien cimentada.

“Inglaterra, en un principio, se resistía a aceptar el luteranismo y permanecía fiel a la Iglesia Romana, pero en tiempos del Rey Enrique VIII, en 1520, cuando éste quiso divorciarse de su esposa Catalina y el divorcio no le fue autorizado por el Papa Clemente VII, Enrique VIII separó a la Iglesia de Inglaterra de la Iglesia de Roma, y él se proclamó Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra, situación que persiste hasta el día de hoy, en lo que se conoce como Iglesia Anglicana, y que es totalmente antievangélica”, detalló el Prelado.


Y prosiguió: “Por otra parte, en Alemania había un Emperador, pero también varios Principados, donde los Príncipes eran reconocidos como cabezas de sus propias Iglesias. Algunos de éstos vieron ventajoso cambiarse al protestantismo (y lo hicieron tres, de siete), puesto que esto significaba apropiarse de los bienes de la Iglesia. Fue así como comenzaron a expoliar de sus riquezas a Obispados y Monasterios, con el pretexto de hacer avanzar la Reforma. Eso desató la pugna entre los Príncipes católicos y los Príncipes protestantes.

“Posteriormente, el Emperador Carlos V de Alemania, Carlos I de España, quien era católico, puso como principio que ya no se difundiera la Reforma. Otro principio fue que el Príncipe iba a establecer la Religión de sus súbditos. Es decir, según el lugar donde vivieres, sería tu Religión, y si no estabas de acuerdo, entonces deberías cambiar de lugar. Esto se hizo para evitar choques y guerras”.


Lo inimaginado


Martín Lutero“Lutero nunca pensó que al poner el principio de la libre interpretación de la Biblia estaba dando paso a la proliferación de ‘iluminados’ que fundarían sus particulares Iglesias, y que aún hoy continúan proliferando: la Luz del Mundo, los Bautistas, los Anabaptistas, los Metodistas, los Pentecostales; en fin, una innumerable cantidad de sectas, muchas de las cuales se han ido apartando hasta de la Biblia, porque ahora los protestantes liberales refutan que ésta haya sido escrita por inspiración y, por tanto, niegan que sea Palabra de Dios. Esto nunca lo imaginó Lutero.

“Otro de los cimientos que dio origen a la división, prosiguió el Obispo Gutiérrez, fue la negación de la mediación de la Iglesia, considerándosele una organización meramente espiritual, no terrena. Así, surgieron grupos que incluso nada tienen de cristianos, como son los Mormones o los Testigos de Jehová.

“Desde luego, es un contrasentido que quienes aceptamos a Cristo estemos divididos; es un antitestimonio porque son las señales que Cristo dejó para sus discípulos: el amor y la unidad”.


Pedir a Dios por la unidad


“Los intentos por restaurar la unidad también han sido varios, y desde muy antiguo. En 1442, en el Concilio de Florencia, hubo un intento de unirse con los Orientales.

“Y con los hermanos separados de Occidente se cayó en la cuenta de que había que superar el escándalo de la división, y así, las Iglesias del Norte de Europa, me parece que en Suecia, empezaron a promover esta unidad. La Iglesia Católica acogió tal iniciativa, y desde el siglo pasado se organiza coordinadamente este Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos”, ilustró el entrevistado.

“El Concilio Vaticano II promovió mucho esta unidad, y Pontífices como Juan XXIII y Paulo VI estuvieron tratando de superar la división”.



“Para terminar con la división, es necesario ver con caridad, con simpatía a los demás hermanos, aunque tengan distintas tradiciones y maneras de pensar. Hay que ver los puntos de coincidencia, como nuestra Fe en Jesucristo, como nuestro Bautismo, aunque muchos de ellos no aceptan los demás Sacramentos; pero lo importante es que estemos abiertos al diálogo, que es lo que puede ayudar a superar las diferencias”, afirma el Obispo Juan Gutiérrez Valencia.



“Incluso en el Concilio Vaticano II el Papa invitó a miembros de otras Confesiones cristianas para que estuvieran como observadores. Se llegaron a limar ciertas asperezas, pero lo que dividía mucho era la ‘doctrina de la justificación’ que Lutero entendía en un sentido, y los católicos en otro. De hecho, el Concilio Tridentino ya mostraba los errores de Lutero, y probaba en qué consiste realmente la justificación”.


Principes protestantes


La situación actual


Calvino“La unidad no consiste en decir que la verdad la tienen todos, sino en buscar las coincidencias, abrir un diálogo teológico, además del fraterno.

El avance que ha habido es que ya no son vistos como enemigos unos entre otros, porque en algunas épocas esta división provocó sangrientos conflictos bélicos que mezclaron la Religión y la Política”.

Al referirse a la situación de nuestra Arquidiócesis, el señor Obispo señaló que sí ha habido multiplicación de grupos religiosos no católicos romanos: “Hay algunos grupos protestantes tradicionales, como los luteranos o los bautistas o los anglicanos, que tienen sus Iglesias y que están presentes, pero han proliferado más los grupos creados recientemente, como la Luz del Mundo, los Testigos de Jehová, los Mormones, y algunas sectas que han llegado de Sudamérica, como Pare de Sufrir, que plantan su iglesia y que son de tipo pentecostal; es decir, que se dicen ‘movidos’ por el Espíritu Santo.

“También han proliferado, no sé hasta qué punto, grupos que han dado en llamarse cristianos, que cortan todo contacto con la Iglesia Católica, aunque practican algunas celebraciones con el mismo estilo y que se rigen por la Biblia”.

El Obispo Auxiliar comentó, finalmente, que es importante que en este Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos recemos también por la unidad de quienes nos encontramos dentro de la propia Iglesia Católica, “para que logremos crear un verdadero espíritu de caridad y de amor por la unidad. Debemos tener en cuenta que la unidad es un don de Dios, y esto es lo que hemos de pedir: que superemos nuestras dificultades y diferencias para que podamos celebrar juntos la Eucaristía, que es el máximo punto de comunión.


Lo más que hemos conseguido hasta ahora son Celebraciones de la Palabra o Conferencias y Encuentros, que van favoreciendo la empatía con otros grupos”.


Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

¿Es que Cristo está dividido?


Esta frase, tomada de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, es el Tema que se eligió este año para celebrar la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, del 18 al 25 de enero, en la Iglesia Católica Universal y a nivel diocesano.


Dulce Natalia Romero Cruz


IMG 1700Para llevar a cabo el Octavario de Oración, la Pastoral Ecuménica de la Arquidiócesis de Guadalajara, con la colaboración de las Hermanas Misioneras Ecuménicas, tomando como base el material elaborado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de las Iglesias, ha distribuido un subsidio que ayudará a cada comunidad a orar y profundizar, durante los ocho días sugeridos, por la unidad.


NUESTRO PASTOR

El Suplemento comienza con un llamado que hace llegar el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, a través de una Carta Circular, a todos los Párrocos, Rectores de Templos, Capellanes de Casas Religiosas y Formadores del Seminario, para que promuevan la Semana de Oración en todas sus actividades pastorales, con el apoyo del material que la Arquidiócesis les ofrece.

Sobre el Tema “¿Es que Cristo está dividido?”, tomado de la cita sugerida de la 1ª Carta a los Corintios, Capítulo 1, Versículos del 1 al 17, explica: “Pablo dirige estas duras palabras a los Corintios por la forma en que han distorsionado el Evangelio y han roto la unidad de la comunidad, diciendo ‘Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Pedro’. En este estado de división llega la llamada del Apóstol a unirse, para ‘recuperar la armonía, pensando y sintiendo lo mismo’. Exhorta a sus lectores residentes en Corinto a ‘desterrar cuanto signifique división’.

“Enraizados en Cristo, estamos llamados a dar gracias por los dones de Dios que otros, fuera de nuestro Grupo, aportan a la Misión común de la Iglesia. Honrar los dones de los demás nos acerca en la Fe y en la Misión, y nos conduce hacia esa unidad por la que rezó Cristo, con respeto hacia una auténtica diversidad de adoración y de vida” (Cfr. Mensaje para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2014, del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos).

“Hermanos, en nombre de Nuestro Señor Jesucristo, les ruego que se pongan de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que vivan en perfecta armonía de pensamiento y opinión” (1 Cor.)


LA METODOLOGÍA

El subsidio ofrece también temas específicos para la Celebración Eucarística de cada semana, inspirados en la misma cita de la 1ª Carta a los Corintios. Estos son: “Juntos… estamos llamados a ser santos”; “Juntos… damos gracias sin cesar a Dios, ya que nos ha otorgado su Gracia mediante Jesucristo”; “Juntos… no carecen ustedes de ningún don”; “Juntos… afirmamos que Dios es un Dios que cumple su Palabra”; “Juntos… hemos sido elegidos para vivir en comunión”; “Juntos… buscamos recuperar la armonía”; “Juntos… pertenecemos a Cristo”; y “Unidos-proclamamos el mensaje evangélico”.

Asimismo, muestra, para cada día, una reflexión con tres puntos destacados sobre el Evangelio, en un contexto ecuménico. Adjunto al material de la Misa diaria, se imprimió un folleto para una Hora Santa, que contiene tres preguntas para reflexionar:

-¿Cómo podría una mayor unidad en Cristo hacernos mejores testigos del Evangelio que hemos recibido?

-¿Qué significa para ti o para la tradición de tu Iglesia el término “Comunión de los Santos”?

-¿En qué modo nuestra llamada a ser una “nación consagrada” nos obliga a ir más allá de nuestro contexto cristiano más próximo?

Al final de su Exhortación, el Cardenal Francisco Robles recomienda celebrar este Octavario con la Misa por la Unidad de los Cristianos, como aparece en el Misal Romano, según lo permita el calendario. Y para cada día, en la predicación, se sugiere tomar en cuenta el Temario de esta Semana de Oración.



Mensaje del Papa Francisco, enviado al Patriarca Bartolomé I, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, Sede de referencia de las Iglesias Ortodoxas en el mundo, con motivo de la Fiesta del Apóstol Andrés, recordando que los cristianos debemos orar unidos para alcanzar la conversión interior, la renovación de la vida y el diálogo fraterno:

“Dios, fuente de toda Paz y Amor, nos ha enseñado que somos miembros de la misma familia. Unidos en Cristo, y por lo tanto, experimentando la alegría de auténticos hermanos en Cristo, siendo conscientes de no haber alcanzado la meta de la plena comunión, y a la espera de que algún día, por fin, participemos juntos en el Banquete Eucarístico, los cristianos estamos obligados a prepararnos para recibir este don de Dios mediante la oración, la conversión interior, la renovación de la vida y el diálogo fraterno”.



Actividades para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos


Viernes 17: 19 horas- Eucaristía en la Parroquia de San José Obrero, Col. San José del Bajío, Zapopan. Al final, se expondrá un tema de sensibilización por la Unidad de los Cristianos.

Sábado 18: 12.30 y 17.30 horas- Misa en el Templo de La Inmaculada, ubicado en Santa Mónica 475, Zona Centro.

Domingo 19: 12 horas- Misa en la Catedral, que presidirá el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara.

Lunes 20: 8 horas- Cenáculo de Oración por la Unidad de la Iglesia en el Templo Expiatorio de las 8 hasta las 20 Hrs.

Martes 21: 17 horas- Hora Santa en la Catedral.

Miércoles 22: por confirmar.

Jueves 23: Hora Santa en la Parroquia El Señor de los Rayos, Col. Rancho Nuevo.

Viernes 24: 19.45 horas- Hora Santa en la Parroquia del Señor Grande, Fraccionamiento 18 de marzo.

Sábado 25: 12 horas- Misa de Clausura en la Capilla de las Misioneras Ecuménicas, ubicada en la Calle Plata 245, Col. San Isidro Ejidal, Zapopan. A las 20 horas, Hora Santa en la Parroquia San José Obrero, Col. San José del Bajío.

Fuente: Misioneras Ecuménicas.


Unidad e integridad

¿Por qué ser parte de la Iglesia?


“El que no está conmigo, está contra Mí. El que no junta conmigo, desparrama” (Lc. 9, 50).


Asamblea nutrida2


Pbro. José Arturo Cruz Gutiérrez

Vicaría de Pastoral


Nuestra Sociedad cada día ha ido acomodándose a los acontecimientos de este mundo, y ha ido descuidando el fin y la vocación para la cual fue hecha. Y fue hecha para ser santa, como nuestro Dios es Santo.


LA IGLESIA ES MADRE Y MAESTRA
Jesucristo fundó una Iglesia, no varias o muchas. Y esta Iglesia, Cristo la comparó con la imagen de una gallina: “Jerusalén, Jerusalén, si supieras lo que puede conducirte a la paz; pero esto está lejos de ti”. Nos aferramos a querer vivir una vida al margen de Dios; decimos que creemos en Él, pero vivimos como si Él no existiera; vivimos un ateísmo práctico.

Somos de naturaleza refractaria, y cuando se nos da una orden y nos indica lo que debemos de hacer, reaccionamos y no nos gusta que nos den órdenes ni que nos digan otros lo que tenemos qué hacer. Nos sentimos lo suficientemente maduros como para saber lo que hemos de hacer. Y llega a adoptarse una soberbia extrema, a tal grado, que en ocasiones la Gracia divina no penetra en el alma de una persona así. Pero esta cuestión no es de si tengo que hacerlo o no tengo que hacerlo; ésta es una cuestión de obediencia y, a la vez, de humildad; es de acatar y saber cuáles son los preceptos y mandatos que en obediencia, y que como buen cristiano, debo de cumplir y respetar.


AMO, RESPETO, OBEDEZCO A MI IGLESIA
A la Iglesia Católica, con alevosía, se le ha querido también comparar con una especie de mercado o supermercado, donde uno va a comprar y se deja llevar uno por el gusto: esto me agrada, esto otro no tanto. Y si me gusta, lo compro; de lo contrario, lo dejo. La Iglesia no puede estar sujeta a los gustos y caprichos, toda vez que es una Institución seria, de inspiración divina, con una específica vocación en el mundo (sin ser del mundo).

Ella no puede estar sujeta a la buena o mala opinión de la gente. Ella es, y su esencia la hace no estar al acecho de los acontecimientos del momento; mucho menos al fluir de los sentimientos del “me cae bien, me cae mal”. En ella, no hay vuelta de hoja; es una Institución formal.

Ella es semejante a una de esas leyes universales, cuyo incumplimiento de lo cual está mandado, impide obtener los resultados que uno pretende encontrar. Si tú no cumples fielmente con los requerimientos que se necesitan para tu desarrollo y crecimiento, no obtendrás los resultados adecuados que pretendes encontrar.

Lo mismo pasa en la Iglesia, que somos todos los bautizados: si tú no cumples cabalmente con los Mandatos que se te dan, entonces no podrás conseguir los resultados apetecidos. La Iglesia no está sujeta a emociones o sentimientos. Está sujeta, más bien, a decisiones; es decir, me decido a pertenecer a ella y vivir en ella y a morir en ella. No se puede, tampoco, participar esporádicamente, temporalmente; estar “cuando te nace” y cuando “no te nace”, no estar, ya que estaríamos cayendo en lo mismo: en poner primero mis sentimientos. La palabra misma pareciera decirlo: “siento y miento”. Es muy peligroso dejarse llevar por ellos.


LA NECESIDAD DE FORMAR PARTE DE LA IGLESIA

No hay cosa más bonita que mirar a un pueblo reunido, que lucha cuando quiere mejorar porque está decidido. No hay cosa más bonita que escuchar en el canto de todos que es un solo grito inmenso de fraternidad. Qué bonito es pertenecer a la Iglesia, qué bonito es ser parte de ella, ser propiedad de alguien, formar parte de un Grupo, reunirse con un grupo de hermanos (as) a reflexionar, a meditar la Palabra, a platicar de mi vida, de mis cosas, de mi mundo.

En el mundo no habría tanta soledad, tanta tristeza, tanta angustia, tanta depresión, si formáramos parte activa de un Grupo. ¡Anímate a eso!; busca en tu comunidad o en tu Parroquia información de las reuniones de Grupo. No tengas miedo de participar, de pertenecer a un Grupo, ya que este miedo puede paralizarte y hacer que tomes falsos caminos, falsas decisiones. De ahí deviene la desorientación de acudir a sectas u otras Religiones o creencias.

Recuerda: a Dios le pertenecemos. A Él le debemos nuestra vida, que Él nos ha dado. Él pagó un gran precio por ella. No podemos malgastarla. Ciertamente, Él nos ha hacho libres y nos ha dado un libre albedrío para hacer un buen uso de nuestra libertad; pero lo contrario se puede convertir en libertinaje. Hay quien piensa que si le entrega su vida al Señor, sería haber hecho una mala inversión, y no, pues es la mejor inversión que un ser humano puede hacer de su vida. Es encontrar el tesoro escondido y la perla de gran valor que la Escritura nos narra. Es encontrar el faro que iluminará toda nuestra existencia.


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