El Padre Jesús García, tapatío de nacimiento, ha entregado su vida a la formación de conciencias y mentalidades en favor de los más necesitados. El año pasado recibió el Doctorado Honoris Causa de una importante Universidad alemana.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Jesús García González nació en Guadalajara, Jalisco. Estudió en el Seminario Diocesano de Guadalajara hasta 1953, y cuando casi terminaba la Filosofía, el entones Obispo de Toluca, Arturo Vélez Martínez, vino a solicitar seminaristas que quisieran irse para allá, porque era una Diócesis nueva. Fueron diez los seminaristas que aceptaron la invitación, entre ellos el joven García, a quien enviaron al Seminario de Morelia para que concluyera sus estudios de Teología, pues aquella nueva Diócesis no tenía aún Seminario. Se ordenó Sacerdote, y su Cantamisa fue en Guadalajara, en la Parroquia del Dulce Nombre de Jesús, en mayo de 1958.
Posteriormente fue enviado a Roma a estudiar Ciencias Sociales, y desde entonces cumple más de 50 años trabajando en la Pastoral Social.
El 21 de mayo de 2013 le fue entregado el Doctorado Honoris Causa, por parte de la Universidad Johannes Gutenbergen, de la Ciudad de Mainz, Alemania.
Dicho Doctorado se le otorgó en el contexto del 50º Aniversario del Inicio del Concilio Ecuménico Vaticano II, por lo que se buscó que, quien lo recibiera, se hubiese distinguido en la difusión y aplicación del mismo en su respectivo campo de actividad pastoral.
Desastrosa realidad
Durante su reciente estancia en Guadalajara, en entrevista para Semanario, el Doctor y Presbítero Jesús García señaló que su acercamiento a la Pastoral Social comenzó cuando fue enviado a Roma a estudiar Ciencias Sociales: “Éstas me ayudaron a analizar y conocer la realidad, y me di cuenta de que la realidad de América Latina, y en particular de México, era desastrosa, lo cual me hizo comprometerme en formar Agentes para el cambio social. Eso es lo fundamental de la Pastoral Social: formar la conciencia y la mentalidad de los Agentes de cambio social”.
Recién concluidos sus estudios, a su regreso de Roma, el Padre García González fue destinado a laborar como Formador al Seminario, pero al año siguiente, finales de 1961, su Obispo lo envió al Secre-tariado Social Mexicano, que era entonces el órgano oficial para la Acción Social de la Iglesia Católica, y cuyos colaboradores acuñaron el término de Pastoral Social.
Otro de los importantes servicios que este brillante Eclesiástico ha prestado a la Iglesia ha sido el trabajo que a partir de 1969 inició en la Comisión Pontificia Justicia y Paz. “Yo era el Encargado de las Relaciones con América Latina, desde donde ayudé a formar o consolidar todas las Comisiones de Pastoral Social para todas las Iglesias del Continente, que ante las dictaduras que imperaban en casi toda Latinoamérica, se convirtieron en defensoras de los Derechos Humanos”.
Ingredientes del desastre
Y es que, al paso de los años, Latinoamérica ha ido variando, pero nunca ha alcanzado la utópica y anhelada justicia. “Hoy padecemos el modelo económico neoliberal que se viene aplicando desde los años 80’s en México, con el Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, y que se ha visto fortalecido ahora con las famosas Reformas del año pasado, que han integrado una estructura más vertical y, por lo tanto, más desigual entre la cumbre y la base, agravándose la desigualdad y el desempleo, porque, cada vez más, nuestra economía pasa a manos de transnacionales, y por lo tanto, ya no hay preocupación por el desarrollo socioeconómico de nuestra Patria, sino sólo por el lucro de los capitales extranjeros.
“Esto genera más violencia, porque los desempleados sin oportunidades de educación son el caldo de cultivo ideal para que las organizaciones criminales los recluten, ofreciéndoles atractivos beneficios económicos a corto plazo, sin darse cuenta de que se convierten en carne de cañón de la violencia. A ello hay que añadir factores omnipresentes, como la corrupción y la impunidad”, lamentó el Sacerdote.
¿Qué hace la Iglesia?
El Padre Jesús señaló que la Iglesia pone más énfasis a la Pastoral Social en los lugares de mayor marginación: “Donde la Iglesia es más dinámica, tanto en México como en América Latina, es curiosamente en las zonas indígenas más deprimidas, porque es ahí donde hay más conciencia de lo que es necesario cambiar”.
Un personaje muy importante, tanto en lo personal como en la labor del Padre Jesús García, fue Monseñor Samuel Ruiz García, de feliz memoria, y quien fuera Obispo de San Cristóbal Las Casas, Chia-pas, con quien llevó una estrecha amistad que se prolongó durante 52 años; incluso, en su lecho de muerte, al Padre Jesús le tocó administrarle su última Comunión. “A ambos, como Sacerdotes que estudiábamos en Roma y vivíamos en el Colegio Brasileño, nos tocó asistir a la elección del Papa Juan XXIII, que fue quien abrió por completo las puertas para la transformación de la Iglesia, para hacer de ésta, a su vez, un instrumento de transformaciones en el mundo”.
Muchos años más tarde, Don Samuel Ruiz se convertiría en mediador entre el Gobierno Federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), de cuya aparición se cumplieron 20 años el pasado 1° de Enero. “En su momento, fue una sorpresa la irrupción del EZLN en el instante en que se estaba proclamando el Tratado de Libre Comercio y que México se incorporaba a la OCDE. En aquella ocasión, por un lado, Salinas de Gortari presumía de que ya nos había instalado en el Primer Mundo, y al mismo tiempo, y calculadamente, surgía el Zapatismo para demostrar que una buena parte del país pertenecía al Tercer o Cuarto Mundo”.
Actualmente, el Padre García es Asesor de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, que preside Monseñor José Leopoldo González González, Obispo Auxiliar de Guadalajara.
Entre los alumnos que ha forjado en más de 35 años de servicio académico en distintas Universidades, destaca Monseñor Raúl Vera López, Obispo de Saltillo y distinguido como un Prelado de avanzada doctrina y acción social.
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