jueves, 9 de enero de 2014

La tarea de la Iglesia en la creación de nuevas Diócesis en México

Crecimiento que demanda atención


Nuncio Pierre


Sergio Estrada González

México, D.F.


Por el incremento de población en las Entidades Federativas de la República, en los últimos 60 años se ha multiplicado la erección de nuevas Diócesis, lo cual refleja la necesidad de la cercanía de los Obispos a la feligresía católica.

En entrevista, Monseñor Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, quien ocupara en años anteriores la Presidencia de la Dimensión de la Creación de Diócesis y Provincias Eclesiásticas, de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), recordó que el Delegado Apostólico Luigi Raimondi, en los años cincuentas y sesentas, promovió la creación de abundantes Diócesis en la Nación; sin embargo, hoy en día han sido esporádicas las ocasiones de presentar proyectos sociorreligiosos para el estudio y la creación de nuevas circunscripciones diocesanas por parte de los Obispos del país y la aprobación final del Papa para su plena constitución.

Monseñor Suárez Inda, añadió que en los últimos tres años se han aprobado solamente dos proyectos para este fin, los cuales ya se han enviado a Roma a través de la Nunciatura Apostólica. El propio Representante Papal en nuestro país, Arzobispo Christophe Pierre, recientemente anunció la aprobación pontificia para la creación de la Diócesis de Nogales, que forma parte de la Provincia de Hermosillo, Sonora, y de la Diócesis de Izcalli, desmembrada de la Diócesis de Cuautitlán, en el Estado de México.


Requisitos para nuevas Diócesis


Para la erección de más Diócesis en México se requiere, primero, una estructura con cierta autosuficiencia de Personal, así como de recursos económicos; delimitar la extensión donde se asentaría la nueva sede episcopal, su feligresía, y contar con un Seminario. Esto es lo básico. “El Papa Juan Pablo II dictó los criterios para la re-estructuración de las Diócesis en Polonia hace 20 años, y entre ellos destacaba que no tuvieran más de un millón de habitantes y no más de 10 mil kilómetros cuadrados”, explicó el Arzobispo Suárez Inda.

Sin embargo, también precisó que en México no se pueden llevar a la práctica esos requerimientos, porque nuestro país cuenta con un inmenso territorio. Por ejemplo, la Diócesis de Ensenada tiene 50 mil kilómetros, y no podría dividirse en cinco Diócesis, debido a que no existe la población necesaria. Por otra parte, la Arquidiócesis de México, que tiene ocho millones de habitantes, tampoco puede seccionarse fácilmente en varias Diócesis de un millón de habitantes, dada la movilidad humana que se registra en el Distrito Federal.


Proceso para la creación de nuevas Diócesis en México


Para la configuración de nuevas Diócesis o Provincias Eclesiásticas no hay tiempos fijos o predeterminados. Éstas surgen por iniciativa de algún Obispo que juzga conveniente dividir la Diócesis que preside, aduciendo razones de tipo territorial, poblacional, pastoral o administrativo.

Compete al Obispo titular de alguna jurisdicción eclesiástica, pedir a quien preside la Dimensión Episcopal competente (de la CEM), que haga los estudios convenientes y elabore la propuesta para crear una nueva Diócesis.

Una vez aceptada la iniciativa, se procede a levantar esos estudios y a compilar el formulario respectivo. La investigación tiene como objetivo ver la viabilidad pastoral, económica, territorial, poblacional y administrativa de la pretendida nueva Diócesis.

Después de esto, en el Consejo Permanente, y luego en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, se aprueba o se rechaza el proyecto. Si es aprobado, se envía a la Nunciatura Apostólica que, a su vez, después de analizarlo, lo remite a la Santa Sede para su revisión, y entonces el Papa, asesorado por la Congregación para los Obispos, emite el dictamen definitivo.


Probable aparición de más Diócesis


Se ha oído decir que posiblemente en Chiapas, en Sinaloa o en Jalisco pudiera presentarse algún proyecto de desmembración y/o nacimiento de otras Diócesis. En todo caso, se trata de asuntos de tan grande trascendencia, que no es bueno precipitarse. Antes de presentar un proyecto, se requiere sopesar muchos aspectos para garantizar que sea viable, que tenga futuro, y que no afectará gravemente, en vez de beneficiar, a la Diócesis y a la grey de la cual se separe.


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