Hacia el Sexto Plan Diocesano
Los folletitos amarillos
O las grandes transformaciones que nos plantea La Nueva Evangelización.
Vicaría de Pastoral
“Otro… sencillo folletito amarillo”, podríamos decir, pero tales folletos son solamente un memorándum, un sencillo apunte para ayudarnos en esa labor que es primordial, de trabajar con un objetivo común, como es el sentir de la Iglesia Universal, del Magisterio Episcopal Latinoamericano y deseo prioritario del Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara. Tomadas las actitudes y el sistema de trabajo que la Iglesia y las necesidades nos apremian, los folletitos son lo de menos.
El simple folletito amarillo nos va ayudando, si queremos, a entender y a poner en práctica un proceso que avanza paso a pasito, pero de forma irreversible y definitiva.
¿Qué dicen tales folletitos?
No tiene doctrinas super archi ultra modernas y novedosas. No llegan a tanto. No son soluciones acabadas, órdenes terminantes, recetas mágicas. No.
Los tales folletitos amarillos quieren retratar nuestro caminar. Rescatan nuestra vida pastoral, sencillamente.
Por ejemplo, hace unas semanas, en la Reunión Conjunta, hubo oportunidad, lo recordarán los Vicarios Episcopales y Encargados de Comisiones, de hablar de uno de ellos, el de La Glosa del Objetivo. ¿Se conoce el Objetivo? ¿Ha llegado a la base el conocimiento de la Glosa?
Las respuestas fueron variadas: positivas, en parte afirmativas, y de plano, otras negativas.
¿Qué dijo el Arzobispo de tal situación?
-Que hay que seguir adelante; que ninguna Parroquia se quede sin hacer esta tarea de discernimiento del Objetivo y su Glosa. Si no se ha hecho, que conforme al criterio de simultaneidad se haga, sin considerar que tal plazo ya pasó; que no se deje sin abordar este momento de arranque en nuestro caminar pastoral.
Quiere decir que los tales folletitos son eso, una ayuda, un subsidio para que las cosas no queden volando; que no se nos olvide cómo va el rumbo, y que los tengamos por señuelos e indicadores en nuestro proceso.
¿Se puede señalar algún resultado o fruto de esos folletitos amarillos?
-No podemos hablar de cambios trascendentales o aparatosos… pero se pueden identificar cambios en el lenguaje, en las actitudes, en el estilo de trabajo. Salvo su mejor opinión, podemos apuntar, entre otras cosas:
-La metodología participativa. Entre todos hacemos el proceso. “El que no se involucra, no asume” Es fundamental nuestra participación.
-Vuelta a la base, partiendo de la realidad parroquial. Ninguna de nuestras estructuras u organizaciones eclesiales vale por sí o para sí misma, si no parte y vuelve al Pueblo de Dios en la Parroquia, que en términos evangélicos equivale a las multitudes del Jordán, del Tiberíades y de Galilea, que nos darán el necesario “olor a ovejas”.
-Caminar en nuestra Pastoral por procesos y no por eventos aislados y repentinos, emergentes e inmediatos. Nos invitan a llevar un proceso en el que se incorpora también el acontecer de los eventos que se van presentando.
-Se nos pide ir transformando una Pastoral de conservación hacia una Pastoral Misionera, como nos indica el Santo Padre Francisco.
-Los procedimientos se generan en la comunidad parroquial y vuelven a ella, y entonces el Decanato debe ayudar a lo que necesita la Parroquia, y la Vicaría a lo que le pide el Decanato. Este modo de proceder puede ayudarnos a desactivar el “Teléfono descompuesto”: Allá dijeron tal cosa, enseguida alguien interpretó otra, y al final se dijo algo enteramente distinto. Allí está el humilde apunte, que es el folletito amarillo, para hablar el mismo idioma.
¿Pero, se ha hecho tal cosa, ha funcionado?
-Bueno, pues cada quien tiene una respuesta más adecuada. Pero podríamos sospechar lo de siempre: que se cumpla aparentemente o que, de plano, el folleto se confine al cuarto de las injurias y cosas inútiles, que nunca falta en una Parroquia formal y bien nacida.
Eso nos lleva a una pregunta muy fundamental:
¿Dónde se atoró el proceso correspondiente en cada instancia?
¿Por qué no hemos realizado esos pasos que nos pide nuestro proceso pastoral?
¿Qué va a pasar con el folletito de la Asamblea de Pastoral que tiene como fin aportar material parroquial para la Asamblea Decanal, Vicarial y Diocesana de junio de 2014?…
Nuevos Decanos para la animación y coordinación de la Acción Pastoral
“El Decano debe animar, fomentar y coordinar la actividad pastoral del Decanato, buscando siempre la comunión y participación de todos” (CIC 555 § 1).
Pbro. Hipólito Hernández Valle
Vicaría de Pastoral
En la reciente Posada Sacerdotal, el Sr. Cardenal José Francisco Robles, Arzobispo de Guadalajara, después de la debida consulta al Presbiterio, dio a conocer la lista de los Sacerdotes que prestarán el servicio como Decanos en sus respectivos territorios. Los que fueron nombrados los días 20 y 21 de enero, tomaron un Curso que los induce a llevar a cabo su nuevo servicio. Este acontecimiento nos ha de llevar a prestar la atención en este Presbítero tan elemental en el entramado de servicio pastoral de nuestra Diócesis. A continuación, algunos elementos que nos dejan ver su ser y quehacer:
Funciones al servicio de la Pastoral del Decanato
· El Decano promueve la unidad e integración de todos los miembros que conforman el Consejo Decanal, dando participación y voz a los Consagrados y a los Agentes Laicos.
· Es el principal animador y mediador entre el proceso pastoral diocesano y el parroquial, buscando que se realice el Plan Diocesano de Pastoral en el marco de la Misión Permanente.
· Procura que el Decanato cuente con los representantes de las diversas tareas pastorales requeridas. Igualmente, procura contar con un Equipo que le auxilie en el cumplimiento de sus funciones. Este Equipo está integrado – generalmente- por el Sub Decano, el Secretario y el Representante del Decanato ante el Consejo Presbiteral (éste es denominado el “Equipo Nato”).
· Animado por el Plan Pastoral, promueve anualmente un Programa Pastoral Decanal.
· Prepara, con el Equipo Nato, todas las reuniones.
· Realiza las Visitas Pastorales a las distintas comunidades del Decanato.
· Está atento a que los Párrocos y Responsables de comunidades presenten al Obispo la solicitud de construcción de los nuevos templos, para que nadie comience a edificar sin antes haber recibido la aprobación expresa del Arzobispado.
En caso de ser necesario, en coordinación con el equipo que estudia los límites parroquiales y la creación de nuevas Parroquias en el Consejo Presbiteral, toma la iniciativa para que, junto con el Párroco, y en equipo cualificado, se estudie la creación de nuevas Parroquias en su territorio, cuando así lo esté exigiendo el bien pastoral de los fieles.
· Cuando una Parroquia quede vacante y en ésta no haya ningún Vicario Parroquial, toca al Decano coordinar la atención pastoral de la misma, pidiendo ayuda a todos los Sacerdotes del Decanato. Igualmente, en caso de alguna enfermedad que implique una larga ausencia.
· Cuando conviene promover a un Sacerdote de su Decanato a otro lugar, oportunamente se lo comunica al Obispo. Asimismo, le informará de los Sacerdotes de su Decanato, candidatos a ser Párrocos o a emprender alguna especialización académica.
· Escucha a los fieles en general, y a los Agentes Laicos en particular, cuando tengan peticiones y demandas de sus comunidades, no atendidas por sus Sacerdotes.
Que el Señor, rico en Misericordia, bendiga a nuestros nuevos Decanos.
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