Desde el año 2002, diversas ciudades en el mundo han acogido a los participantes y creadores del Proyecto denominado ‘Meeting of Styles’ (MOS MX, en sus siglas), Colectivo que reúne a los representantes del llamado Arte Urbano, cuya expresión suprema es la pinta de muros a la manera del grafiti, usando pigmentos volátiles, en latas de aerosol.
Fue así como en el reciente 2013, Guadalajara acogió a unos 150 creadores venidos de todo el mundo, gracias al apoyo de la Secretaría de Promoción Económica de Guadalajara, de Educación Pública, de Cultura y de Servicios Públicos, de modo que entre el 5 y el 6 de octubre, aprovechando los enormes muros de más de un kilómetro de longitud que separan las vías del ferrocarril de la Avenida Washington, a lo largo de dos jornadas agotadoras produjeron uno de los murales más grandes del mundo y, en muchos casos, de los más bellos.
La mejor manera de disfrutar esa colorida propuesta es deambulando a pie o en bicicleta, aprovechando la ciclovía y recorriendo toda su extensión, que va desde el entroncamiento de la referida arteria con la de Enrique Díaz de León, en la Colonia Moderna, hasta su conclusión en la Avenida Mariano Otero.
El extenso muestrario dejará al espectador a merced de las inquietudes más hondas de las generaciones actuales, que en sus expresiones plásticas no hacen otra cosa que volcar sus incertidumbres, dudas y deseos, apelando a valores desconocidos por los antiguos Maestros, pero legítimos y deseosos de una respuesta.
Cuánto de espiritual o no subyace en tales manifestaciones, corresponde al espectador descubrirlo, toda vez que la iconografía propuesta no apela a los valores estéticos heredados del pasado, aunque sí recurre a ellos y los sublima, distorsiona y manipula, en un afán que va de lo lúdico a lo doloroso, y toca muchas veces lo sublime.
Siendo arte efímero, éste es el mejor tiempo para aprovechar una visita a los sobredichos murales y valorar, hemos dicho, las inquietudes de las generaciones actuales y sus deseos de entroncar con algo que a todos atañe: la sed de trascendencia, el sentido o carencia del mismo, de la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario