lunes, 29 de diciembre de 2014

Vivir en la pantalla

Criterios para Evangelizar en las Redes Sociales (III)


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Continuamos con algunos criterios que el Sacerdote Jesuita, Director de la Revista Civiltà Cattolica, Antonio Spadaro, compartió en su Ponencia del 5 de abril, en el I Congreso Internacional sobre Evangelización Digital, celebrado en Madrid.


La Fe, en el ambiente digital

La Red, ¿puede ser una dimensión en la que viva el Evangelio? Más aún: si la tecnología, y en particular la revolución digital, tiene un impacto en el modo de pensar la realidad, ¿no acabará por involucrar también la Fe, de alguna manera? ¿No tendrá un impacto en el modo de pensar la Fe? A su juicio, uno de los cuatro retos más importantes para vivir la Fe en el ambiente digital, es:


1- CAPACIDAD DE BUSCAR Y ENCONTRAR A DIOS

Tengamos en cuenta que, anteriormente, el hombre se sentía fuertemente atraído por el mundo religioso como una fuente que aportaba un significado fundamental. Al igual que la aguja de una brújula, era consciente de sentirse atraído radicalmente hacia una dirección precisa, única y natural: el Norte. Más tarde, especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial, el hombre empezó a usar el radar que va en busca de su objetivo. Y así también el hombre ha comenzado a caminar en busca de Dios.

Y, ¿qué decir hoy? ¿Sirve todavía esa imagen? La imagen que se nos ofrece con más frecuencia es la del hombre que se siente perdido si su teléfono celular no tiene cobertura o si su aparato tecnológico (computadora, tableta o teléfono inteligente) no tiene acceso a alguna forma de conexión de Red. Si antes era el radar el que iba en busca de una señal, hoy somos nosotros los que buscamos un canal de acceso a través del cual puedan circular los datos.

Es el sistema push el que, con su lógica, nos ha llevado a una situación extrema. Más que ir en busca de señales, hoy el hombre se ha acostumbrado a intentar estar siempre en la posibilidad de recibirlos, pero sin ir a buscarlos necesariamente. Y así, primero con la brújula y luego con el radar, el hombre ha ido transformándose en un decodificador; es decir, en un sistema de acceso y de decodificación de preguntas serias, frente a las múltiples respuestas que le llegan sin que él vaya en su busca.

Vivimos bajo un bombardeo de imágenes; sufrimos una sobreinformación. El problema ya no está tanto en localizar el mensaje que nos interesa, sino en decodificarlo; es decir, en ser capaz de reconocerlo como importante para nosotros y significativo según las múltiples respuestas que nos llegan.


Hoy, lo importante ya no es dar respuestas

Todos dan respuestas: «The teacher doesn’t need to give any answers because answers are everywhere», decía Sugata Mitra, Profesora de Educational Technology en la Newcastle University. Hoy día, lo importante es reconocer las preguntas importantes, las fundamentales, y así lograr que en nuestra vida quede abierta la vía a través de la cual Dios pueda aún hablarnos.

El Anuncio cristiano corre hoy el riesgo de presentar un Mensaje junto a los otros, una respuesta más entre tantas otras.

Más que presentar el Evangelio como el Libro que contiene todas las respuestas, tendríamos que aprender a presentarlo como el Libro que contiene todas las preguntas idóneas. Por consiguiente, la gran palabra que hoy tenemos que descubrir es una vieja noción del vocabulario cristiano: el discernimiento. El discernimiento espiritual significa reconocer, entre las muchas respuestas que hoy recibimos, cuáles son las preguntas importantes, las verdaderas y profundas. Es una tarea compleja, que exige una extensa preparación y una profunda sensibilidad espiritual.

Y en este sentido, a todos nos corresponde ayudar a ese discernimiento; ayudar a que los hombres y mujeres de hoy se hagan las preguntas correctas, y en medio de estas preguntas, abrir las puertas en las que Dios puede hablarles. Es un desafiante reto unir la tecnología de las Redes con la verdadera Espiritualidad.


(CONTINUARÁ)

(Tomado de la Revista Española Razón y Fe, 2014, t. 269, Nº 1386, Págs. 365-374. Publicado electrónicamente el 5 de mayo de 2014).


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