jueves, 4 de diciembre de 2014

Un ‘Sí’ a la vocación

¿Qué quiere Dios de mí?


Con el objetivo de que los jóvenes conozcan las opciones que tienen para vivir una vida plena, partiendo de saber lo que el Señor les tiene preparado para su vida, la Arquidiócesis les ofrece una serie de herramientas y orientaciones.


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Dulce Natalia Romero Cruz


El Proceso Juvenil Vocacional, que se maneja con el slogan “Cambiar el rumbo de tu vida”, es un trabajo que se realiza y lo que más se asemeja al Plan Nacional actual, cuyo Promotor Vocacional del Seminario no sólo hace esfuerzos para atraer vocaciones, ni la Religiosa para llevarlas al Convento, sino que todos lo ejecutan conjunta y coordinadamente, y también se orienta hacia quienes tienen vocación al matrimonio, además de que se ofrece una auténtica formación laical para la soltería, etc. Este Proceso, originalmente, pretende enlazar esfuerzos de dos Pastorales afines, la Vocacional y la Juvenil, aunque todavía en Guadalajara no se ha oficializado el vínculo.

Dicho Proyecto nació en la Diócesis de Tepic, donde tiene 32 años realizándose con abundantes frutos, como una magnífica vía para encauzar vocaciones al Seminario o a una Congregación Religiosa. Llegó a Guadalajara por iniciativa de un grupo de chavos que pertenecían al Equipo Diocesano de Pastoral Juvenil, los cuales le presentaron la iniciativa al Encargado de la Pastoral Vocacional Diocesana, el Presbítero José de Jesús Apecechea Rosas, quien lo aceptó y lo emprendió casi de manera inmediata. En el primer Proceso, que se realizó en 2013, faltó mucha difusión; sin embargo, fue una buena experiencia, en la que participaron casi 80 muchachos, 64 de los cuales lo terminaron, lo que es considerado como un alto índice de perseverancia.

Actualmente, el Equipo es mixto porque en él colaboran Religiosas, Monjas de Claustro, Laicos (hombres y mujeres solteros, y matrimonios), Seminaristas y Sacerdotes.

Sin mitos

Uno de los temores de los Sacerdotes al enviar a sus jóvenes a vivir esta experiencia es que pueden “perder” un Laico comprometido, explicó el Padre José Antonio Aceves Álvarez, Promotor Vocacional: “Esto es un Proceso Juvenil Vocacional, no es un Movimiento, que brinda a los jóvenes de entre 17 y 35 años de edad -o más-, herramientas y ayuda para que sepan qué quiere Dios de ellos; además, como todo proceso, tiene un comienzo y un fin, y en este caso dura cinco meses. Al final, tienen que tomar una decisión, pero todos van con la mentalidad de trabajar por el Reino de los Cielos porque la meta es ser santos.

“El trabajo concreto, si no se elige entrar al Seminario o a la Vida Religiosa, es ser miembros activos de su Parroquia. Después de cada etapa se les deja tarea, incluso el formular un Proyecto Parroquial en el que se implica al señor Cura en cualquier sector de la Pastoral, no sólo la Juvenil. A quienes optan por conocer la vida sacerdotal o religiosa, se les invita a un Preseminario o a un Previda Consagrada”.

Por otra parte, el Padre Aceves Álvarez recomienda que sean mayores de 17 y menores de 35 años de edad, pero si alguien rebasa este límite se le considerará después de analizar su caso; el único requisito es que se sientan jóvenes. “Creemos que el Proceso también les conviene experimentarlo a los Coordinadores y Dirigentes de los Grupos Parroquiales, a fin de que cuenten con las herramientas necesarias para orientar a los jóvenes que están en sus Movimientos, aunque también está abierto a cualquier persona que tenga el deseo de conocer para qué Dios la llama”.


¿En qué consiste?


Este Proceso Juvenil Vocacional dura cinco meses y está compuesto por cinco Etapas. Son experiencias de fin de semana, a las que se ingresa el viernes y se sale el domingo.

No es un Retiro Espiritual, sino un discernimiento a través del cual cada quien podrá descubrir cuál es su vocación, que no necesariamente tiene que ser entrar al Seminario o a una Congregación Religiosa, porque el impulso más fuerte, de hecho, es la vida laical.

-Primera Etapa: Se trata el lado humano; se efectúan experiencias fuertes, tocando fibras sensibles de la vida personal y familiar. Quién soy, los errores que he cometido en la vida, mis proyectos, y el enfrentarse a la muerte.

-Segunda Etapa: Se resuelven asuntos personales desde el ámbito psicológico y humano, sin desligarse de la Fe.

-Tercera Etapa: Aspecto Espiritual. Se participa en las Misiones de Semana Santa con la vivencia de Jesús.

-Cuarta Etapa: Discernimiento. En esta Fase se comienza a ver el proyecto que se contempla para la vida y se presentan las opciones. Cómo formar un buen matrimonio, herramientas para el noviazgo, qué es la vida laical de soltería, qué es la vida sacerdotal y la vida religiosa.

-Quinta Etapa. Toma de decisión. Tienen que elegir una de las opciones que se les dieron, pues para eso disponen de las herramientas que se les han ofrecido.


¿Cuándo y en dónde?


-Primera Etapa A. Del 23 al 25 de enero.

-Primera Etapa B. Del 6 al 8 de febrero.

Entrada, el viernes a las 15 horas, en la SEDEC (Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis), Calle Román Morales, o Calle 32 No. 517, Sector Libertad, entre las de Industria y Federación.

-Segunda Etapa. Del 13 al 15 de marzo.

-Tercera Etapa. Del 28 de marzo al 5 de abril.

-Cuarta Etapa. Del 15 al 17 de mayo.

-Quinta Etapa. Del 12 al 14 de junio.

Inscripciones abiertas. El costo es de 200 pesos, por Etapa, en Calle Jarauta 510, entre Industria y Federación, de las 10 a las 14 horas, y de las 15 a las 19 horas. Tel. 33311565018 y 3313330627, con Joel Medina, Coordinador.

Cupo limitado.


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