jueves, 18 de diciembre de 2014

Junto al Pesebre de Jesús, nuevos Diáconos y Sacerdotes

Nuevos diáconos y sacerdotes para Guadalajara

¡El Señor ha escuchado la súplica de su pueblo!


Dulce Natalia Romero Cruz

Sonia Gabriela Ceja Ramírez


Grupo 1


El próximo 24 de diciembre, la Iglesia de Guadalajara recibirá el don de 29 nuevos Diáconos, 27 Diocesanos y dos Religiosos. Además, dos Sacerdotes, que se ordenarán en la misma ceremonia y uno que sería ordenado el jueves 18 de diciembre en Nochistlán, Zacatecas.

La ceremonia tendrá lugar en la Parroquia de San Bernardo, en punto de las 10 de la mañana y serán consagrados por el señor Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara.


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El primer grado

del Sacerdocio


Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el ministerio eclesiástico, instituido por Dios, está ejercido en diversos órdenes que ya desde antiguo reciben los nombres de Obispos, Presbíteros y Diáconos. La Doctrina Católica, expresada en la Liturgia, el Magisterio y la práctica constante de la Iglesia, reconoce que existen tres grados de participación ministerial en el Sacerdocio de Cristo: el Episcopado, el Presbiterado y el Diaconado.

Los Diáconos participan de una manera especial en la Misión y la Gracia de Cristo. El Sacramento del Orden los marca con un sello (carácter) que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo, que se hizo “Diácono” es decir, el “servidor de todos”. Corresponde a los Diáconos, entre otras cosas, asistir al Obispo y a los Presbíteros, sobre todo en la Eucaristía y en la distribución de la misma; asistir a la celebración del Matrimonio y bendecirlo; proclamar el Evangelio y predicar; presidir las exequias; bautizar y entregarse a los diversos servicios de caridad.


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Pbresbíteros horizontal


Sacerdote para siempre

1536 El Orden es el Sacramento gracias al cual la Misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el Sacramento del Ministerio Apostólico. Comprende tres grados: el Episcopado, el Pesbiterado y el Diaconado.

1581 Este Sacramento configura con Cristo mediante una Gracia especial del Espíritu Santo, a fin de servir de instrumento de Cristo en favor de su Iglesia. Por la ordenación recibe la capacidad de actuar como representante de Cristo, Cabeza de la Iglesia, en su triple función de sacerdote, profeta y rey.

1582 Como en el caso del Bautismo y de la Confirmación, esta participación en la Misión de Cristo es concedida de una vez para siempre. El Sacramento del Orden confiere también un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado (Cf Cc. de Trento: DS 1767; LG 21.28.29; PO 2).

1583 Un sujeto válidamente ordenado puede ciertamente, por causas graves, ser liberado de las obligaciones y las funciones vinculadas a la ordenación, o se le puede impedir ejercerlas (Cf CIC, Can. 290-293; 1336,1, nn 3º y 5º; 1338,2), pero no puede convertirse de nuevo en Laico en sentido estricto (Cf. CC. de Trento: DS 1774) porque el carácter impreso por la ordenación es para siempre. La vocación y la misión recibidas el día de su ordenación, lo marcan de manera permanente.

1584 Puesto que en último término es Cristo quien actúa y realiza la Salvación a través del ministro ordenado, la indignidad de éste no impide a Cristo actuar (Cf Cc. de Trento: DS 1612; 1154).

(FUENTE: Catecismo de la Iglesia Católica)


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