lunes, 29 de diciembre de 2014

Belén, el corazón de la Familia

En el hogar laten la Fe y el Amor


Transmitimos a continuación, íntegro, el Mensaje dirigido durante la Convivencia pre navideña a los Comunicadores Profesionales por parte del Padre José Refugio López López, Religioso de la Sociedad de San Pablo, a nombre de la Sección Diocesana de Pastoral de la Comunicación.


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Foto: Rebeca Ortega Camacho


El olor de la Navidad nos invade. Fácilmente, podríamos imaginar a La Sagrada Familia viviendo como una familia normal de su tiempo, compartiendo cada día las alegrías, trabajos y penas. José, realizando su trabajo de carpintero; María, atendiendo las labores domésticas, y el Niño Jesús, aprendiendo de sus papás a vivir, y también a leer y escribir.

Seguramente, los sábados iban juntos a la Sinagoga para orar con los Salmos y escuchar las Sentencias de los Doctores de la Ley. Ahí, Jesús aprendería las primeras oraciones, empezaría a conocer lo que eran la Ley y los Profetas, el respeto mutuo y los valores, tales como la honestidad, la lealtad, la rectitud, la verdad… y el amor por su Patria, por su Ciudad que, aunque pequeña, había sido elegida por Dios para hacerla su pueblo escogido.

Los contemplo como personas que sabían dialogar entre sí, que disfrutaban de un ambiente cordial, de respeto por cada uno. Y, lo más importante de todo: eran felices. Era una familia que gozaba de la presencia de Dios en su vida. Dice el Evangelio que Jesús iba creciendo en estatura, Sabiduría y Gracia delante de Dios y de los hombres… Y creció tanto, que el mundo entero supo de su estatura, de su empuje, de su ideal sublime, del compromiso de su vida, entregada para lograr la meta de su existencia: que todos los hombres conocieran a su Padre y llegaran a amarlo en espíritu y en verdad.

…Sin embargo, entre más pasan los años, más lejos estamos de este panorama ideal, de esta meta. Cada vez es mayor el permisivismo, y más grandes los pasos de la pérdida de la libertad. ¡Tantas cosas que nos esclavizan hoy, desde el celular, el chat, la computadora y hasta la televisión, y cuántas veces se convierten en nuestra escuela!

Cuántas veces nuestros valores y costumbres se trastocan por estos Medios. Duele decirlo así, pero no hemos sabido ser felices; hemos equivocado los caminos y andamos por rutas equivocadas; estamos labrando nuestra propia autodestrucción como personas y como Sociedad. Suenan fuertes las palabras de San Pablo a la Comunidad de Corinto, cuando les dice: “Se vanaglorían de lo que tuvieran que avergonzarse”. Todos tenemos derecho de ser, pensar y creer lo que mejor nos venga; pero la verdad es que la libertad, mal entendida, nos hace llegar al libertinaje, y caro será lo que debamos pagar cuando la Naturaleza misma nos cobre el precio de esas malas decisiones.

Escuché, hace algunos años, una frase dicha por un Maestro: “Respeta a la Naturaleza, pues lo que le hagas, te lo cobrará”.

Cuidar la familia, su origen, su razón, su naturaleza, es esencial para la armonía de nuestro mundo, de nuestro ambiente, de nuestra Sociedad.

Gandhi decía que la felicidad se da cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces está en armonía. Busquemos ser felices, busquemos la armonía; la armonía del ambiente que estoy creando cada día con mis palabras, con mis pensamientos, con mis actos. Hoy por hoy, la familia es una de las “especies” más amenazadas.

En la palabra Familia, recuerdo haber leído en alguna parte, tiene una perfecta definición en el idioma inglés: FAMILY. Y es que cada letra de la palabra invita a formular una oración gramatical: Father And Mother I Love You.

A Belén lo relacionamos con al Amor; ahí recordamos a La Sagrada Familia. Un hombre, una mujer, un hijo. Elementos que, en armonía con la Naturaleza, generan vida, descendencia, estabilidad, trascendencia.

A todos ustedes, de corazón, les deseo una Feliz Navidad.


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