Peregrinación de Cáritas Parroquiales al Santuario de los Mártires
Francisco Eduardo Rodríguez
y Pbro. Alberto Ávila Rodríguez
De muchos rincones de la Arquidiócesis en donde se vive la caridad organizada con el emblema de Cáritas, más en el corazón que en los rótulos y membretes, los Grupos de Cáritas Parroquial han hecho el camino de subida al Cerro del Tesoro para acudir al Santuario de los Mártires Mexicanos, como un acto de reconocimiento a Dios por haber otorgado tal Gracia a esos admirables Testigos, y como una inspiración para seguir ejerciendo el don de la caridad para con nuestros hermanos más desprotegidos.
Mujeres, hombres, ancianos, jóvenes y niños con sus familiares, originarios de algunos de los más de trescientos Grupos de Cáritas Parroquial, hemos acudido unidos a ese santo lugar para alabar y bendecir a Dios en esta fecha singular del Año Litúrgico: Pentecostés, teniendo la seguridad de que el Espíritu de Jesús sigue actuando a través del trabajo silencioso y sacrificado de muchos que se dan la mano, para que sean cada vez menos las que sólo las tienden para pedir porque su situación los obliga a vivir de la caridad de los demás.
Este ascender hasta el Santuario del Tesoro fue trazar, una vez más, el camino para que la construcción del Reino se haga realidad.
Día de fiesta y fraternidad
Fue el domingo 8 de junio cuando se llevó a cabo dicha Peregrinación de Cáritas Diocesana de Guadalajara. Citados a las 11 horas en el cruce de la Calle Paseo de los Balcones y la Avenida Colón, nos reunimos alrededor de 500 Voluntarios de los Grupos Parroquiales de Cáritas, donantes, asesores y operativos.
Con un clima fresco y nublado, portando globos amarillos, azules y rosas, comenzamos nuestro caminar hacia el Santuario de los Mártires. Durante el trayecto, llenos de alegría y de paz, dirigimos nuestra oración a Dios nuestro Padre, por la intercesión de nuestra Madre María, mediante el rezo del Santo Rosario. Al llegar a la explanada de la Capilla provisional, el cielo se llenó de colores con los globos que se soltaron hacia las alturas, como símbolo de celebración y de desapego a lo material.
En punto de las 12 horas dio inicio la Celebración Eucarística, presidida por el señor Cura Francisco de Asís de la Rosa Patrón, Párroco de María Madre de Cristo, y Coordinador de Cáritas Diocesana de Guadalajara. En la homilía nos habló sobre la necesidad de no estar encerrados en nosotros mismos, porque así no tendremos espacio para que Dios pueda entrar en nosotros. No somos propietarios de la caridad ni somos dueños del Bien. Para que no suceda lo mismo que pasó con la Torre de Babel, debemos entender que tenemos diferentes lenguas, pero todas están unidas por una sola Fe.
El Padre Francisco invitó, asimismo, a todos los que son parte de Cáritas, a ser más abiertos al Espíritu de Dios, a pensar como Dios piensa y a darse a sí mismos, como Dios se da para el Bien de sus hijos. Además, señaló la importancia de tener en cuenta a las personas que quieren colaborar pero que no comparten nuestra Fe, ya que la voluntad de ayudar a las necesidades del ser humano nos une a ellas. No podemos darnos el lujo de rechazar a alguien que quiere hacer el Bien; necesitamos abrirnos a todos, para así poder crecer.
Citando al Papa Francisco en su Mensaje para la Campaña contra el Hambre, que lanzó Cáritas Internacional, apuntó: “Cuando hay voluntad, lo que tenemos no se termina; incluso sobra, no se pierde”.
Ojalá y todos seamos capaces de colaborar en la construcción del Reino de Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario