jueves, 19 de junio de 2014

El Corazón de Jesús purifica, ilumina y unifica

Sagrado corazón de JesúsLa conciencia moral del Corazón de Jesús suscita la adhesión a su Mensaje, iluminando y unificando las libertades humanas en la elaboración de sus “proyectos de vida”.

A través de su Amor sensible, especialmente, el Corazón de Jesús transfigura la vía purgativa. Porque el culto ofrecido a su Corazón sitúa la lucha contra las tentaciones, los vicios y los pecados en el horizonte de una reparación amante, de un amor desinteresado y lleno de gratitud respecto del Salvador. Ayuda a percibir los valores contenidos en la mortificación y la abnegación.

Jesús es visto como inseparablemente Creador, Modelo, Mediador, Intercesor, Abogado, Juez, Remunerador y Salvador. La contemplación de su Justicia y de sus exigencias de Legislador jamás ha estado separada de su Divina Ternura, Misericordia y Bondad: “Considera, pues, la Bondad y la severidad de Dios; severidad hacia aquellos que han caído, y hacia ti, Bondad, en tanto permanezcas en esa Bondad” (Rm 11, 2).

En esta vía purgativa, un rol especial es reservado a las imágenes del Corazón de Cristo, que es la Imagen por excelencia de la Bondad del Padre invisible (Col 1, 15). Las imágenes prolongan y manifiestan, de acuerdo a la Doctrina Católica, la Encarnación del Verbo-Hijo-Imagen, con miras a la Redención de las imágenes humanas convertidas en desemejantes. Las imágenes del Corazón, coronado por las espinas de nuestros pecados, llevando en Sí mismo, desde su concepción, la Cruz de nuestra Salvación, plantada en su profundidad humana y divina, nos recuerdan constantemente el pensamiento de San Pablo: “Me amó y se entregó por mí” (Ga 2, 20); es decir, me amó de un modo sensible y sufriente.


(Bertrand de Margerie, S. J.)


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