Siembras, frutos y dolencias de junio
En algunas poblaciones de Los Altos de Jalisco los campesinos estuvieron preparados para la llegada de las tempraneras lluvias. Ya con la tierra húmeda y la confianza en la Providencia, echaron las primeras semillas al surco. Con sudor y plegarias, la vida se torna más animosa y esperanzada.
Mientras tanto, el futbol de primer nivel, ante el torneo mundialista, hizo su tarea de periplos y enfrentamientos preparatorios para afinar personas, recursos, estrategias, y al mismo tiempo impulsar cada vez más la mercadología del souvenir y del dispendio emocional. Balones, camisetas, viajes, aperitivos y comidas trashumantes, han sido la cantaleta de cierta prensa especializada y de “jilgueros” de ocasión, para una justa que debiera ser eminentemente deportiva, pero convertida en un caro juguete de gastos superfluos y cuentas de oropel.
Por otra parte, la Educación nacional, vapuleada y manoseada por algunos políticos de escasa prosapia cultural, sigue en picada. La Educación todavía es buscada por mucha gente como atajo de salida a su pobreza e inseguridad. Pero, ¿cuál será su devenir? Las ansiadas vacaciones veraniegas pueden convertirse en júbilo celebrativo o duelo silencioso por las carencias de mentores y alumnos.
Ante el enfoque de las masas y de los Medios hacia el descanso y la convivencia, la Iglesia quiere hacer su parte en la tarea inacabable de la Nueva Evangelización, que cada día tiene retos nuevos. Ejemplo de ello es el Folleto editado por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, subido también en la Web. En él analiza su realidad en medio de la justa futbolera, y pone su atención en los riesgos que sobrellevan las multitudes anónimas en busca de experiencias fuertes para coronar la victoria o amortiguar los sentimientos ante la derrota del equipo de su preferencia.
Usa un lenguaje de corte futbolero, que arrastra multitudes, pero invita también a una reflexión singular, propia de tierras brasileñas. Tiene tres tarjetas: una roja, más de corte social, que analiza sus problemas y sus factores de debilidad. Una azul, titulada ‘el gol de la victoria’, que atañe a aspectos positivos, encomiando el encuentro de la gente y la amable convivencia social. Y la amarilla, en la que señala los compromisos de la Iglesia, entre los cuales descuella el luchar contra el turismo sexual y respetar la dignidad humana. Ofrece tres números telefónicos gratuitos para denunciar violaciones de los Derechos Humanos, de ayuda a la mujer y de emergencia policial.
En el corazón de las multitudes apasionadas por el balompié, Brasil hace una tarea muy particular: informa y previene específicamente contra el turismo sexual. Hay una campaña llamada ‘Juega por la vida; denuncia la trata’, promovida por la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la Trata de Personas. Su nombre es “Talitha Kum”, expresión hebrea usada por Jesús cuando le dice a una muchachita que yacía como muerta: “Levántate y anda”; es el reto, la tarea de cualquiera ante los problemas.
Y mientras aquí se propone lo contrario, hay noticias alentadoras de países europeos que ponen fin a los intentos de introducir la legalización del ‘gaymonio’ por cualquier vía. Se ha dicho puntualmente que «no es posible que los derechos y obligaciones derivados del matrimonio le sean conferidos a algo que no sea la unión legalmente reconocida entre un hombre y una mujer». Con esto, no sólo cierra el paso a las uniones civiles; también protege a los niños. Así lo han hecho Eslovaquia, Polonia, Hungría, Croacia, Serbia, Montenegro, Bulgaria, Letonia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania y Moldavia, países que en sus propias Constituciones ya protegen a la familia natural.
Por acá, ¿andamos tan atrasados o nos empujan otras malévolas inercias? ¿Qué nos espera de “reformas” en ésa y otras materias mientras cobra forma la competencia futbolera mundial?
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