Presentamos la segunda y última parte de esta interesante reflexión de J.C. Vásconez y R. Valdés, propuesta el 13 de mayo en la Página española del Opus Dei.
EL VALOR DEL ESTUDIO
El hábito del estudio suele relacionarse con la templanza. Santo Tomás caracteriza la virtud de la “studiositas” como un «cierto entusiasmante interés por adquirir el conocimiento de las cosas», que implica la superación de la comodidad y la pereza. Cuanto más intensamente la mente se aplique a algo gracias a haberlo conocido, tanto más se desarrolla regularmente su deseo de aprender y saber.
Esto es distinto del vivir abocado hacia fuera, dominado por una curiosidad que se manifestaría, por ejemplo, en el ansia de estar informado de todo o de no querer perderse nada. Esa actitud desordenada acabaría conduciendo a la superficialidad, a la dispersión intelectual, a la dificultad para cultivar el trato con Dios.
CURIOSIDAD VS ESTUDIO
Las nuevas tecnologías, al ampliar las fuentes de información disponibles, son una ayuda valiosa en el estudio de asuntos tan variados como un proyecto académico de investigación, la elección de un sitio para las vacaciones familiares, etc. Pero una persona puede abandonar un determinado estudio que constituye para ella una obligación, y comenzar «otra investigación menos beneficiosa», como cuando la atención se centra en la respuesta a un mensaje o a la última actualización, en lugar de concentrarse en el estudio o el trabajo.
La curiosidad desmedida, que santo Tomás caracterizaba como una «inquietud errante del espíritu», puede conducir a la acidia: una tristeza del corazón, una pesadez del alma, que no consigue responder a su vocación, la cual exige poner atención y esfuerzo en el trato con el prójimo y con Dios. La acidia es compatible con una cierta agitación de la mente y el cuerpo, pero que sólo refleja la inestabilidad interior. Por otro lado, el hábito del estudio mantiene el vigor a la hora de trabajar y de relacionarse con los demás, da eficacia al tiempo que empleamos, e incluso ayuda a encontrar gusto a las actividades que exigen un esfuerzo mental.
PROTECCIÓN DE LOS TIEMPOS DE SILENCIO
La templanza allana el camino hacia la santidad, pues construye un orden interior que permite emplear la inteligencia y la voluntad de manera productiva ¿Las nuevas tecnologías favorecen la superficialidad? Dependerá, sin duda, del modo en que se utilicen. Sin embargo, hay que estar prevenidos contra la disipación.
Evidentemente, cuando se cede a la disipación por un empleo desordenado del teléfono o de Internet, la vida de oración encuentra obstáculos para su desarrollo.
El recogimiento, que abre espacio al coloquio con Jesucristo, exige dejar en un segundo plano otras actividades que reclaman nuestra atención. La oración pide desconectarse de lo que pueda distraernos, y con frecuencia será oportuno que la desconexión sea física: desactivando las notificaciones de un dispositivo, cerrando los programas en ejecución o, eventualmente, apagándolo. Es el momento de dirigir la mirada al Señor, y dejar en sus manos el resto.
En una época donde contamos con recursos tecnológicos que parecen empujarnos a llenar todo nuestro día de iniciativas, de actividades, de ruido, es bueno hacer silencio fuera y dentro de nosotros.
SILENCIO PARA ESCUCHAR AL OTRO
Justamente en esta línea, el Papa Francisco invita a «recuperar un cierto sentido de lentitud y de calma. Esto requiere tiempo y capacidad de guardar silencio para escuchar. (…) Si tenemos el genuino deseo de escuchar a los otros, entonces aprenderemos a mirar el mundo con ojos distintos y a apreciar la experiencia humana tal y como se manifiesta en las distintas culturas y tradiciones». (Francisco, Mensaje para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2014).
El esfuerzo por formar una actitud personal de escucha, y la promoción de espacios de silencio, nos abren a los demás, y de modo especial, a la acción de Dios en nuestras almas y en el mundo.
Podemos, en base a los caminos señalados, hacer un mejor uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, sin descuidar la vida interior.
COMENTARIOS: vivirenlapantalla@gmail.com PARA SABER MÁS: https://http://www.opusdei.es/
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