Análisis de la realidad
En entrevista el Doctor en Sociología, Alberto Gutiérrez Formoso, Maestro en Antropología, Licenciado en Filosofía y Docente, nos compartió una profunda reflexión sobre los hechos de violencia ocurridos el sábado 22 de marzo en el Estadio Jalisco, en el encuentro de Atlas vs Guadalajara.
Dulce Natalia Romero Cruz
En una primera parte, el Dr. Gutiérrez Formoso, hace un análisis del comportamiento humano en una situación de excitación, como la que provoca un partido de futbol, y la divide en tres niveles:
Exasperación. Cuando estamos exasperados, estamos fúricos; suele llegarse a este nivel en muchos momentos, pero es muy peculiar que suceda en un partido de futbol.
Cordura. En Sociología, a lo que la gente piensa de lo que hacemos, se le llama Pautas Conceptuales de Comportamiento. Esto, frente a las pautas reales de comportamiento; es decir, lo que hace la gente y lo que piensa la gente de lo que hacen otros, o lo que no piensan las personas de lo que están haciendo. Hay quienes son cuerdos y quienes no, que son los que llegan a la insensatez, lo que ya no es sano. Cordura es un anglicismo, que en inglés se dice sanity: salud mental y conductual. ¿Sabemos actuar socialmente?
Todo esto lo refiero también a la anomia, es decir la ausencia de Ley, y las conductas anómicas se producen sin límite alguno, sin freno ni control de conducta.
Acatamiento. Acatar es una palabra cuyo significado hemos perdido. Los viejos sí la tenemos presente, pero los jóvenes de hoy ya no quieren obedecer, mucho menos entender las razones por las que existe tal o cual Norma o Ley, por lo que no saben cómo actuar. Creo que en ese hecho se actuó sin convicciones de lo que está ligado en la línea de principios sociales, que tiene mucho de principios morales.
Se puede ser hincha con fervor y pasión pero con respeto al contrario y con jucio personal”.
CUESTIONAMIENTOS
Además, el Sociólogo nos invita a hacernos algunas preguntas:
-¿Por qué le dimos tanto amarillismo sensacionalista y alarmista al hecho? ¿Qué lo retroalimenta y qué se pretende; acaso no estamos agrandando los hechos?
-¿Se da, y vale la pena, la sana competencia deportiva?
-¿Se debe prohibir rígidamente ver a sus equipos en vivo a estos fanáticos enardecidos, sin juicio personal?
-¿Cómo se frenan las pasiones ya desbordadas? ¿Dónde está el origen de este tipo de actitudes y cuál debe ser la respuesta?
Tenemos que conocer las causas. En el caso de los muchachos de las Barras si llegan bajo la influenza de alguna droga o llegan pagados, ya con una encomienda y órdenes especificas (tanto los de un lado como los de otro; esto es: policías y aficionados). La gente no explota sólo porque sí.
ASEVERACIONES
Como parte de las conclusiones, el experto advirtió:
“Para lograr un ambiente de sana convivencia y rivalidad, debe educarse al público y nunca encender pasiones desbordadas. Es una obligación de la Sociedad el educar a la gente para saber actuar en actos públicos. Este caso no fue ni único ni mucho menos insólito. Ahora nos tocó más de cerca en nuestra ciudad, y por eso le damos tanto espacio.
“Tiene que haber compromiso por parte de los Medios de Comunicación, antes, durante y después de este tipo de eventos, para no incitar a la violencia y el desenfreno. Y es que, regularmente, los Cronistas están todo el tiempo encendiendo a la afición.
Estar atentos a discernir los verdaderos intereses políticos o sociales.
“Que la reflexión sirva para formarnos un criterio de acción sensato y honesto. Debe servirnos como una reflexión para saber cuál va a ser mi conducta después. En mi muy particular criterio, hubiera impedido que en el siguiente partido del Guadalajara, que fue en el Estadio Omnilife, hubiera público, porque, a final de cuentas, fue la afición de las “Chivas” la que cometió la agresión.
“Hay una ética deportiva, comunicacional, y una ética de interacción social. Tres niveles que están dentro de los principios éticos de lo que es el deber. Nuestro animal racional no puede permitirse actuar a lo troglodita-cavernario”.
El mejor ejemplo
Existen ejemplos sanos de hinchas, partidarios genuinos pero sensatos. Somos mayoría los que nos entusiasmamos con el futbol. Hoy podemos ejemplificar a esta afición con un gran ‘fan’, en la figura del Papa Francisco, quien es aficionado al futbol y asiduo seguidor del equipo argentino San Lorenzo de Almagro, muy popular en su país natal.
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