lunes, 21 de abril de 2014

Pepe Hernández y los Altares de Dolores en Guadalajara

incendios de dolores


THO


Como un eco de la Semana Santa que apenas termina, vaya un reconocimiento público a un infatigable vecino del Barrio de la Capilla de Jesús, don José Hernández Martínez, Arquitecto por la Universidad de Guadalajara, “Pepe” Hernández, como gusta que le llamen, Maestro Investigador por El Colegio de Jalisco, y pivote fundamental de la Maestría en Historia Regional, que él mismo imparte, no sólo en las instalaciones de esta Institución, en Zapopan, sino también en Puerto Vallarta.

De raíces alteñas (Tepatitlán es la cuna de sus ascendientes), Pepe Hernández se ha involucrado desde hace muchos años y, lo mejor de todo, ha contagiado de su interés y entusiasmo a muchísimas personas, a rescatar el patrimonio tangible e intangible de oficios, tradiciones y costumbres del pasado, a punto de desaparecer, todas ellas arraigadas con el sentido religioso y litúrgico que impregnó la vida social de nuestros pueblos durante muchos siglos.

La sañuda persecución decretada por los gobiernos liberales en los Siglos XIX y XX contra las manifestaciones religiosas populares de Adviento-Navidad, Cuaresma-Semana Santa, y la falta de interés y promoción de las mismas por parte de las Autoridades Eclesiásticas, hizo que una profunda decadencia borrara de muchos lugares lo que la sensibilidad religiosa de las familias y los pueblos había enriquecido con elementos del todo naturales y espontáneos: papel picado, cera escarchada, frutas, comidas, cantos religiosos populares como ‘El Alabado’; labores artesanales de cerámica como el barro bandera y el barro canela, y textiles, principalmente.

Con el Grupo Folklórico de la Universidad de Guadalajara, Pepe Hernández -él mismo un estupendo conocedor de la gastronomía local-, y su eterna compañera en estos menesteres, su sobrina Carla Sahagún, ha salvado muchos secretos que se habrían llevado a la tumba sus ancianos portadores, y ha puesto al día todo un proyecto cultural que en Guadalajara, por ejemplo, ha permitido la instalación de Incendios de Dolores en diversas casas del Barrio de la Capilla de Jesús, el ya acostumbrado Incendio de Dolores de la Casa Iteso-Clavigero, Altares de Muertos y muchos proyectos culturales más.


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