Terremoto, 8.2°
“Chile, una geografía fantasmagórica… Y en verdad no exageramos, en descripción de una realidad en sus 4,500 kilómetros de longitud de Norte a Sur. Es una columna de corteza terrestre, donde existe la ‘diferencia’ más grande en una coordenada terrestre: la Cumbre del Llullaillaco, de 6,743 metros s/n/m., y la Fosa Marina más honda, de Atacama, con 7,600 metros de profundidad, una diferencia de 13,343 metros. Y en su cordillera andina se registran 58 cumbres de más de 6 mil metros de altitud con el segundo Pico más alto: Ojos Salados, de 6,863 metros…” (Cfr. AGF, Kaleidoscopio de esta América Nuestra, ECG. Págs. 115 y 116).
¿Nos imaginamos, con estas ponderaciones, lo que provoca un terremoto de 8.2° en la Escala de Ríchter (que es de 10 Grados) en esas latitudes y altitudes? En esa Zona del Norte de Chile se sitúan tres Puertos de altura muy importantes hacia el Pacífico: Arica, Iquique y Antofagasta, con una población aproximada de cien mil habitantes cada uno. Puertos de gran movimiento pesquero; de astilleros importantes; de movimiento de carga muy específica: salitre…
Y ahí, en esa Zona, además del sismo de 8.2°, cota muy alta, se estuvieron dando casi 240 réplicas en un día y una noche, de hasta 7.5° de magnitud. Así lo ha estado reportando el Centro Sismológico Nacional. Y en esa área geográfica se extiende el Desierto de Atacama y su inmenso solar. Claro que riquísimo en sus yacimientos minerales de yodo, azufre, carbón, manganeso, molibdeno, litio, además de hierro, oro, plata y cobre. Y no citamos las áreas boscosas de nobles maderas. Y, por la red hidrográfica de sus ríos, Chile cuenta con una base de energía hidroeléctrica muy bien explotada. Su densidad demográfica, a pesar del aumento poblacional, todavía no es grande: 8.29 habitantes por kilómetro cuadrado, en 2012.
CONCRECIÓN AFOCADA A ESE RINCÓN DE NUESTRA AMÉRICA
El sismo de 8.2° fue a las 20 horas y 46 minutos del martes 1º de abril, a una profundidad de 46.4 kilómetros frente a la Costa entre las Ciudades de Arica y Antofagasta. Y sacudió al Puerto de Iquique, a Laguna Verde y a muchas Comunas menores, como Alto Hospicio; al territorio de Parinocota y Pahica; Mocha y Loanzana, en la Región de Tarapacá. Citamos las poblaciones y Comunas, además de las ciudades porteñas, para ponderar su repercusión. Lo sorpresivo, por la fuerza sísmica, ha sido que el tsunami terrible que se pronosticaba, gracias a Dios, fue de menor intensidad destructiva. Llegó a temerse que pegaría hasta el Puerto de Valparaíso, muy al Sur. Ya se levantó la alerta.
Hay que resaltar que en Chile, en su población, se sabe de recios temblores que lo han sacudido, como el último en febrero de 2010, de 8.8° de magnitud, frente a Currenique y Cuboquecura, donde sí hubo más de medio millar de muertos y 500 mil viviendas destruidas, en esa ocasión. Hoy, gracias a Dios, no. Se recuerda también la tragedia natural de 1960.
Desde Costa Rica y Panamá, en Centroamérica, y obviamente en la Costa de Colombia, Ecuador y Perú, estuvieron alertas por sus Institutos Oceanográficos Nacionales y los Sistemas de Vigilancia.
En Arica, que puede citarse como el epicentro, a 1,600 kilómetros al Norte de Santiago, se reportó un gran desastre natural, pero afortunadamente sin víctimas mortales. Chile, a través de los años, ha sabido fortalecer sus construcciones modernas, desde las viviendas familiares hasta sus grandes y recios edificios públicos. Santiago, la Capital, es un ejemplo mundial. Y ése es su perfil.
Otro punto muy positivo, esta vez, ha sido la organización de la evacuación hacia zonas de seguridad y el funcionamiento de los albergues. La Presidenta Michelle Bachelet, ya con su experiencia pasada, ha sabido responder en desastres, con su presencia física en sitios de riesgos y zonas de catástrofe. Y sus instrucciones a los Ministerios y Alcaldías fueron pertinentes. ¡Vaya si aprendió de su anterior mandato ante casos concretos de derrumbes e inundaciones!
En estas semanas intermedias, la ONU ha sabido no sólo felicitar, sino apoyar esa reacción de la Doctora Bachelet ante la contingencia. Faltan renglones como el agua, la luz, la inseguridad, en casos muy concretos. Todavía se sigue visitando esas zonas de Tarapacá. México, fraternalmente, supo hacerse presente, no sólo con condolencias, sino con solidaridad y apoyo preciso.
PERSPECTIVAS Y APRENDIZAJES
Siguen esperándose réplicas por la energía acumulada en 137 años (¡?), debido al ‘roce’ de las Placas Nazca (Perú) y Sudamericana, en el fondo marino. Ya ha habido réplicas de hasta 7.8°. Se ha cancelado, decíamos, la alerta de tsunami. Las actividades van volviendo a la normalidad. También la Ciudad de Tacna, muy importante, estuvo en alerta estas semanas. Las fotografías no son alarmistas, y sí son base de estudio y conclusiones en viviendas, carreteras, aeropuertos, puertos de mar, y para las agencias y transportes de viajes. La Divina Providencia de nuestro Buen Padre Dios nos proteja e ilumine.
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