jueves, 2 de enero de 2014

Paz para 2014

El Papa Francisco presentó su Mensaje, el primero para esta ocasión, en la Celebración de la XLVII Jornada Mundial por la Paz (1º de enero)


n3


Lleva por tema “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”, y denuncia diversas causales que violentan la paz en el mundo. Son las siguientes:

-“Las organizaciones criminales, desde los grupos pequeños a aquellos que operan a escala global, ofenden gravemente a Dios, perjudican a los hermanos y dañan a la Creación, más todavía cuando tienen connotaciones religiosas.

-El drama lacerante de la droga, con la que algunos lucran despreciando las leyes morales y civiles.

-La devastación de los recursos naturales y la contaminación.

-La tragedia de la explotación laboral.

-El blanqueo ilícito de dinero y la especulación financiera, que asume rasgos perjudiciales y demoledores para los sistemas económicos y sociales, exponiendo a la pobreza a millones de hombres y mujeres.

-La prostitución, que cada día cosecha víctimas inocentes, sobre todo entre los más jóvenes, robándoles el futuro.

-La abominable trata de seres humanos.

-Los delitos y abusos contra los menores.

-La esclavitud, que todavía difunde su horror en muchas partes del mundo.

-La tragedia, frecuentemente desatendida, de los emigrantes, con los que se especula indignamente en la ilegalidad.

-Las condiciones inhumanas de muchas cárceles, donde el recluso, a menudo, queda reducido a un estado infrahumano y humillado en su dignidad humana, impedido también de cualquier voluntad y expresión de redención.

- No custodiamos la Naturaleza, no la respetamos, no la consideramos un don gratuito que tenemos que cuidar y poner al servicio de los hermanos, también de las generaciones futuras. La Naturaleza está a nuestra disposición, y estamos llamados a administrarla responsablemente. En cambio, a menudo nos dejamos llevar por la codicia, por la soberbia del dominar, del tener, del manipular, del explotar.

-La persistente vergüenza del hambre en el mundo me lleva a compartir con ustedes la pregunta: ¿cómo usamos los recursos de la Tierra? Las Sociedades actuales deberían reflexionar sobre la jerarquía en las prioridades a las que se destina la producción. De hecho, es un deber, de obligado cumplimiento, el que se utilicen los recursos de la Tierra de modo que nadie pase hambre. Las iniciativas y las soluciones posibles son muchas y no se limitan al aumento de la producción. Es de sobra sabido que la producción actual es suficiente y, sin embargo, millones de personas sufren y mueren de hambre, y eso constituye un verdadero escándalo”.


La fraternidad mantiene el equilibrio


Ante este panorama, grave y desolador, que se sufre en el mundo y que amenaza el desarrollo del año 2014, el Santo Padre afirma, con la certeza que da la esperanza en la vivencia de las virtudes, que la crisis económica actual, “con graves consecuencias para la vida de las personas, puede ser, sin embargo, una ocasión propicia para recuperar las virtudes de la prudencia, de la templanza, de la justicia y de la fortaleza. Estas virtudes pueden ayudarnos a superar los momentos difíciles y a redescubrir los vínculos fraternos que nos unen unos a otros, con la profunda confianza de que el hombre tiene necesidad y es capaz de algo más que desarrollar al máximo su interés individual. Sobre todo, estas virtudes son necesarias para construir y mantener una Sociedad a medida de la dignidad humana.”


En referencia al desempeño de la vida pública y política, el Papa sostiene que “la fraternidad genera paz social porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre responsabilidad personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el bien común. Y una comunidad política debe favorecer todo esto con transparencia y responsabilidad. Los ciudadanos deben sentirse representados por los poderes públicos sin menoscabo de su libertad. En cambio, a menudo, entre ciudadano e instituciones, se infiltran intereses de parte, que deforman su relación, propiciando la creación de un clima perenne de conflicto”, y agrega que “es necesario recordar que somos hermanos y, por eso mismo, educar y educarse en no considerar al prójimo un enemigo o un adversario al que eliminar”.


Hacia la parte final, el Papa Francisco nos anima a que “el empeño cotidiano de todos siga dando fruto y que pueda lograrse también la efectiva aplicación, en el Derecho Internacional, del derecho a la paz, como un derecho humano fundamental, pre-condición necesaria para el ejercicio de todos los otros derechos”, y encomienda este año a la protección de la Virgen María: “Que la Madre de Jesús nos ayude a comprender y a vivir cada día la fraternidad que brota del Corazón de su Hijo, para llevar paz a todos los hombres en esta querida Tierra nuestra”.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario