jueves, 3 de octubre de 2013

El hombre de hoy debe conocer la Buena Nueva

Al impulso de la Nueva Evangelización


Pbro. Óscar Maldonado Villalpando


CIMG1787[1]Una vez que hemos vivido, a nivel Presbiterio, el Encuentro de Estudio y Convivencia sobre La Nueva Evangelización, se afianza el fruto de la Asamblea de Pastoral al establecer el objetivo Diocesano.

Ya Monseñor José Horacio Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, nos ha participado con alegría los grandes retos y exigencias de nuestro mundo latinoamericano, presentando el entusiasmo del Papa Francisco como la gran esperanza, y la hora de La Nueva Evangelización como el Tiempo de Gracia de parte del Señor.

En la misma línea, la Asamblea ha tenido un antes que hemos vivido entre todos en cada Parroquia, y un después, que es nuestro momento. Ya formulado nuestro Objetivo: IMPULSAR LA NUEVA EVANGELIZACIÓN, MEDIANTE EL ANUNCIO DEL KERIGMA A TODOS Y LA FORMACIÓN INTEGRAL PERMANENTE PARA FORTALECER NUESTRAS COMUNIDADES ECLESIALES, Y NUESTRO PUEBLO, EN CRISTO, TENGA VIDA.

Estos meses de septiembre, octubre y noviembre son adecuados para que las personas de cada comunidad, los fieles de todos los días, conozcan a fondo lo que significa “tener un Objetivo Diocesano”.


EN LA PARROQUIA

¿Puede o no puede un Agente de Pastoral comprender, comunicar, participar a los demás lo que contiene y pretende el Objetivo?

En la Jornada de Estudio y Convivencia para el Presbiterio, como lo hemos mencionado, cada señor Cura adquirió los Folletos del Subsidio para el Equipo Coordinador Básico de la Parroquia, lo cual hasta ahora fue posible por una cosa y otra.

En la junta ordinaria del Equipo Coordinador Básico, de una Parroquia del Decanato de San Pedro Tlaquepaque, que se verificó el viernes 13 de septiembre, se planeó entregar y explicar el Folleto. Claro que en la junta anterior del mes de julio se había anunciado ya el trabajo sobre esta importante tarea, repasando el mismo Objetivo.

Se comisionó al Grupo de Adolescentes para que escribiera en un cartelón, con letras resaltadas, el texto del Objetivo, pero hubo un inconveniente: podrían ahorrarse algunas letras; otro pensó que al final se le podría poner “Amén”; pero entonces recapacitaron que el Objetivo debía ponerse tal cual, pues era de todos; era lo que nos unía y guiaría nuestro quehacer pastoral en todos los niveles. Así en todo lo alto del salón, lució el Objetivo en letras plateadas muy visibles.

Este estudio y contacto se propuso que fuera haciéndose en las reuniones ordinarias gradualmente. A cada quien se le asignó un número; cada Agente propuso el texto, y entre todos se fue completando el sentido a su entender; o sea, con sus palabras, respetando el sentido, cual debe ser.

Se fue tomando conciencia en toda la asamblea del Equipo, que un aire eclesial se dejaba sentir en todos, como integrados a un caminar muy importante, y así era efectivamente. Era como pasar de unas palabras a un contenido en el que la Fe y la Esperanza de la comunidad iban tomando cuerpo.

En esta vez, entre todos, avanzamos hasta el Número 25, lo cual significa entender lo que es la primera parte de esta Glosa. Cada Encargado de Sector o de Grupo tenía ya su propio texto. El tiempo se agotaba, y fue necesario dejar un espacio para los avisos, sobre todo revisar las tareas hasta esta fecha y las propuestas para la Fiesta Patronal. Luego el señor Cura les dijo que si dejaban su folleto para la próxima sesión o preferían llevarlo consigo para aventajar, y decidieron llevarlo para repasarlo en cada Grupo, y así, en la próxima junta, venir ya con más ideas para participarlas y aplicarlas en su propio campo.

Se terminó la junta con fervorosa oración. Daba la impresión de que cada Agente de la Parroquia aprisionaba bajo su brazo algo muy valioso; que se llevaban la aportación de toda nuestra familia diocesana. Algo precioso, que nos da identidad, nos une a pastores y fieles.


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