Inicio de las Fiestas Patronales
El viernes 11 de octubre comenzaron las Fiestas Patronales de la Arquidiócesis de Guadalajara con la Misa de Renovación del Patrocinio de Nuestra Señora de Zapopan, celebrada en la Explanada del Instituto Cultural Cabañas
Dulce Natalia Romero Cruz
La Eucaristía de Renovación del Patronato de la Virgen de Zapopan fue presidida por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, y concelebrada por los Obispos Auxiliares José Trinidad González Rodríguez, Miguel Romano Gómez, Juan Humberto Gutiérrez Valencia y José Francisco González González. Asimismo, por el Obispo Auxiliar Emérito Francisco Rafael Martínez Sáinz; el Arzobispo Emérito de León, José Guadalupe Martín Rábago; el Obispo de la Prelatura Misional del Nayar, José de Jesús González Hernández; los señores Canónigos y un centenar de Sacerdotes.
Durante la Misa se estuvo insistiendo en la figura de María como ejemplo de la vida misionera; además, se recordó que el Patronato cumple 25 años de haber sido aceptado por el Papa Juan Pablo II, a petición del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, entonces Arzobispo de Guadalajara, en nombre de Sacerdotes y fieles Laicos.
¿Qué significa renovar el Patronato?
Durante la homilía, el Cardenal Francisco Robles explicó: “El Título recibido como Patrona de la Arquidiócesis significa que es Ella la que protege con su intercesión, custodia con su amor y guía con su ejemplo, el trabajo pastoral y la vida de esta comunidad cristiana en particular. En el cántico de María que rezamos en el Salmo Responsorial, se expresa la consciencia y humildad que animaba a María, que reconoce las grandes obras que Dios ha hecho a través de Ella”.
También, el Arzobispo Metropolitano insistió a los presentes a cuestionarse: “Preguntémonos, ¿qué nos impide descubrir y vivir la presencia de Dios en nuestra vida? La actitud de María ante la Palabra, expresa el ideal que San Lucas, en el Evangelio, quiere comunicar al pueblo: no encerrarnos en nosotros mismos, sino salir de casa y estar atentos a las necesidades concretas de otras personas y ayudarlas en sus necesidades.
María Santísima es el reflejo maternal del Amor de Cristo Jesús, que a su vez es el Amor del Padre. Ella es, sin lugar a dudas, el amor patente y permanente, un amor de tal manera dinámico, que transforma y anima los corazones de quienes humildemente la veneramos”.
El amor y el perdón
Comentó, asimismo, que a estas Fiestas Patronales de la Arquidiócesis de Guadalajara, que son la Misa de Renovación del Patrocinio y La Romería, no nos convoca una imagen, sino la presencia real de María, que nos da Esperanza y nos impulsa a dejar todo en manos de Dios: “Al recibir la propuesta de ser la Madre de Dios, Ella puso plenamente su confianza en ese Plan Divino diciendo: ‘Hágase en mí según tu Palabra’. Su presencia se vuelve ejemplo y motivo de Esperanza, contra toda lógica humana. Ella es el rostro del Amor frente al odio y el rencor que destruye; es el amor que ablanda el corazón y purifica los sentimientos para encontrar el perdón y la paz. Ella, al pie de la Cruz, junto con su Hijo, perdona de todo corazón a aquéllos que cometieron tal barbarie, siendo el culmen de aquel perdonar setenta veces siete”.
Por otra parte, el Cardenal Francisco Robles recomendó acercarnos a María en tiempos difíciles: “La venerable imagen de la Virgen de Zapopan no puede quedarse en una figura inerte que peregrina, sin calar en nuestra vida y actitudes, sino que su presencia dinámica y protectora nos libre de la maldad, del pecado, de la corrupción, de la mentira, del odio y del afán desmedido del poder y la riqueza. Que a través de sus ojos descubramos el rosto sufriente de Jesucristo en cada uno de los que nos rodean, especialmente en el más necesitado. Nos reúne una presencia espejo de luz y virgen soberana que es para nosotros lucero de la mañana, signo de la fe”.
El Salvador, nacido de mujer
Para finalizar, pidió a todos los presentes comprometerse con el llamado que nos hace Dios a través de la devoción a la Virgen de Zapopan, de “conocer a su Hijo Jesucristo, porque en Ella nos encontramos con el Hijo, el Padre y el Espíritu Santo. María, Madre de la Iglesia, además de modelo y paradigma de la Humanidad, es artífice de comunión. Ella atrae multitudes a la comunión con Jesús y su Iglesia, como lo experimentamos en los Santuarios Marianos. En el centro de la Fe se encuentra la confesión de Jesús, hijo de Dios nacido de mujer”.
Cuando terminó la Eucaristía, que solemnizaron la Schola Cantorum del Seminario Mayor y la Escuela de Música Sagrada cantando la Misa “San José” (cuyo autor es el Maestro Jesús María Virgen), se llevó a cabo el Acto de Renovación del Patrocinio y se condujo en peregrinación, en hombros de cuatro Sacerdotes, la venerada imagen a la Catedral Metropolitana, acompañada por el rezo del Santo Rosario. Ahí permaneció en vela toda la noche.
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