Cardenal José Francisco Robles Ortega,
Arzobispo de Guadalajara
Amigos, amigas:
Desde hace algunos años, los cambios son cada vez más profundos y más frecuentes; hay mucha movilidad en las poblaciones. Los nuevos Medios de Comunicación facilitan el traslado de conocimientos y de experiencias entre los pueblos. Todo esto repercute en la vida de las comunidades cristianas. En esas áreas cada vez más grandes de las regiones tradicionalmente cristianas crece el número de las personas que viven ajenas a la Fe, que son indiferentes a la dimensión religiosa o están animadas por otras creencias. Muchos son los que todavía no han sido alcanzados por la Buena Noticia de Jesucristo.
Ante esta situación tan compleja, se vuelve más urgente llevar esa realidad y compartir con valentía el Evangelio de Cristo, que es anuncio de esperanza, de reconciliación, de comunión, de cercanía de Dios, de su Misericordia, de su Salvación.
La labor misionera de la Iglesia no es proselitismo, sino de testimonio de vida que ilumina el camino que lleva a la Esperanza y al Amor, como ha dicho el Papa Francisco: “La Fe es un don que no se reserva sólo a unos pocos, sino que se ofrece a todos generosamente. Todo el mundo debería poder experimentar la alegría de ser amado por Dios, el gozo de la Salvación. Y es un don que no se puede conservar para uno mismo, sino que debe ser compartido. Si queremos guardarlo sólo para nosotros mismos, nos convertiremos en cristianos aislados, estériles y enfermos.
El Anuncio del Evangelio es parte del ser discípulos de Cristo y es un compromiso constante que anima toda la vida de la Iglesia. El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial. El Anuncio del Evangelio es el compromiso de todo bautizado”.
Y esta labor misionera a todos los rincones del mundo requiere de apoyo, mucho apoyo, por lo que solicito a los Párrocos y Rectores de los Templos que, para llevar a cabo esta Jornada Misionera en las Parroquias y demás Comunidades de la Arquidiócesis, intensifiquen la oración por la difusión del Evangelio. A los fieles les pido ofrecer toda clase de buenas obras con esta intención.
De manera particular, les pido su respaldo, pues, para la Colecta Especial de este domingo 20 de octubre. Ojalá todos podamos colaborar con ayuda material al sostenimiento de las obras misionales, que tanto necesita el mundo.
Yo les bendigo
en el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo.
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